Incendiaria en combustión

Carta de amor

La columna iba a tener otro título. La columna quería ser una carta de amor a tres creadoras que han hecho posible un sueño propio que también se convirtió en el suyo. Pero en estos días, la columna amplió su sentido y ha querido ser una declaración de admiración al trabajo de las múltiples creadoras que tejen sus propios sueños y sus propias redes para conectarse, reforzarse, reinventarse e intentar no perpetuar el estado de cosas heredado.

El 16 de octubre arrancaba en Cádiz el XXVII Festival Iberoamericano de Teatro y dentro de él, el XVI Encuentro de Mujeres de Iberoamérica en las Artes Escénicas. Durante cuatro jornadas, la cita ofreció un intenso programa de ponencias y demostraciones de creadoras llegadas de México, Argentina, Costa Rica, Puerto Rico, Chile o España que se fue intercalando con homenajes como el que el encuentro rindió a la actriz y directora Charo Francés –fundadora del Laboratorio Teatral Malayerba- o el Premio FIT Atahualpa del Cioppo que recibió la dramaturga argentina Griselda Gambaro: una creadora incansable, una dramaturga que nunca ha cejado en su empeño de abrir huecos en las paredes, regirse por normas propias e intentar impugnar el orden existente a través de ese hacer teatral que consigue encerrar la eternidad en un día.

Desde Galicia, Inversa Teatro ha participado con una demostración de trabajo y la ponencia «Tomar las riendas y crear a la inversa: una perspectiva feminista de la creación teatral en Galicia». Y es que en los últimos diez años han surgido numerosas compañías y proyectos escénicos que moviéndose en las tendencias de la contemporaneidad y el posdrama son impulsadas por mujeres. Si bien es cierto que no todas las miradas que dirigen las mujeres tienen una intención feminista, directa o indirectamente, cierto es que su decisión emprendedora influye sobre su visibilidad en el campo artístico.

Desde la gran presencia de iniciativas dirigidas por mujeres en el campo de la danza a proyectos que abren el diálogo entre disciplinas, el interés por el cuerpo frente al texto o a la búsqueda de una jerarquía horizontal a la hora de crear han sido algunas de las claves de estos nuevos proyectos de mujeres que toman las riendas de sus creaciones y toman también el relevo de otros nombres ya asentados en el panorama gallego. Uno de esos nombres es el de Ánxeles Cuña, directora del Festival Internacional de Teatro de Ourense en cuya última edición se ha apostado por cinco nuevas compañías gallegas junto con nombres reconocidos y grupos internacionales. Precisamente, de esas cinco compañías, tres de ellas estaban dirigidas por mujeres.

Además de poner sobre la mesa temáticas propias, en la creación feminista hay un interés por buscar nuevas formas de construir, de organizar y de intervenir en lo que viene dado; hay un querer desvelar silencios propios; hay un tomar conciencia de todo el trabajo que muchas mujeres vienen desarrollando para hacernos conscientes de cómo ese trabajo también incide en su entorno social más inmediato: es una forma de normalización. Ahora que se conmemora el Bicentenario de esa Constitución europea de las libertades masculinas que se nombró en femenino como «La Pepa», comprobar la proliferación de proyectos guiados por mujeres y la contundencia con la que son defendidos sirve para constatar que se van dando pasos para el equilibrio aunque aún estemos lejos de celebrar un bicentenario de la igualdad. Por ello, espacios como el Encuentro de Mujeres de Iberoamérica en las Artes Escénicas son tan necesarios y tan sanadores: porque tal y como señala la coordinadora del mismo, Margarita Borja, «permite situar espejos de realidad para elaborar reflejos multidireccionales de cara al futuro». Toda una tarea que hacer en sororidad y en diálogo, sin cansarse y sin descanso.


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