Otras escenas

NID Platform

Cada sector tiene sus virtudes y sus defectos, sus costumbres, sus vicios. Los que nos dedicamos a las Artes de Calle colaboramos con profesionales de diferentes disciplinas. El espacio urbano puede ser la casa de toda actividad artística. Es por eso que compartimos prácticas con múltiples colectivos, tenemos que tenernos mucho en cuenta.

Hace unos días tuve la oportunidad de viajar al sur de Italia y pasar un fin de semana intenso junto a compañeros profesionales de la danza. Del 22 al 25 de noviembre las ciudades de Brindisi y Lecce fueron la sede de NID Platform, una iniciativa institucional nueva destinada a dar visibilidad al trabajo de coreógrafos y compañías de danza del país vecino.

Las mañanas estaban destinadas a los encuentros profesionales – ya saben, mesas, conferencias y sesiones de ‘speed dating’- y las tardes a la recepción de materiales artísticos. Se exhibieron 18 producciones, que representaban diferentes zonas y estilos.

Tuve la oportunidad de escuchar argumentos, inquietudes o reflexiones de artistas, programadores, técnicos de diferentes instituciones e incluso políticos. La sensación de descontento era generalizada. La crisis no estaba precisamente el centro del debate. Se habló de la falta de una educación de calidad, de la poca visibilidad de la producción nacional, pero sobretodo de la falta de interlocución con las instituciones. Una vez más el modelo franco se puso sobre la mesa, y en una de las charlas matinales el delegado de la danza del ministro de cultura francés expuso con claridad su paradigma. Aunque todo tenía mucho de ‘déjà vu’, no dejó de darme una envidia terrible la tradición democrática del país galo, que ordena sus políticas culturales alrededor del derecho de acceso a la cultura del ciudadano. Las culturas del sur de Europa, los PIGS, tenemos hacer frente común, pues son muchos los problemas que compartimos.

La calidad de los espectáculos programados fue muy desigual. Entre los más destacables los que presentaron las compañías Aldes, Teatro delle Moire y la muy aplaudida Zappalà Danza. Esta última compañía presentó ‘Instrument 1, Scoprire L’invisibile’. Una enérgica coreografía de Roberto Zappalà inspirada en hábitos y tradiciones sicilianas que se pudo verse el pasado 2010 en el festival Madrid en danza. De hecho, la mayoría de los espectáculos programados no eran producciones recientes, la selección fue muy poco arriesgada.

Regresé a casa con la sensación de que la cita había sido un principio, el germen de un espacio necesario. No se cómo les fue a los compañeros la reunión que tenían programada el domingo por la tarde con el ministro de cultura italiano, ni si se presentó –más de uno pensaba que eludiría la cita al último momento-. En todo caso seguiremos el futuro de la iniciativa. La próxima edición se perfila para el 2013. Estaremos en contacto. Escucharnos entre sectores y hacerlo a nivel internacional nos tiene que proporcionar claves muy útiles a la hora de plantear estrategias eficaces para la supervivencia de la cultura europea en lo venidero.


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