Amantes empalagosos, detractores gruñones, y otros tantos vestidos de diferentes colores que se encuentran entre los dos extremos, nos montamos en el tren navideño por inercia y nos abandonamos al dolor. Existen muchas Navidades, tantas como personajes las habitamos año tras año -y hasta que nos dejen-.
La pasada noche de reyes, cruzando Barcelona en coche -por la calle Aragón, aunque por su luminaria parecía una avenida de Shanghái-, empecé a preguntarme por mis últimas navidades, por lo que les daba sentido o, sin ir tan lejos, por lo que más me gustaba de ellas, el hecho o el momento que tendía a guardarme, a recordar con más cariño.
Los momentos con la familia y amigos suelen ser muy agradables. El tiempo para regalos y la ilusión también. Es fantástico ver como los niños pueden llegar a disfrutar estas fiestas; observar cómo viven, alucinados, las agresivas campañas comerciales orquestadas por los adultos. Pero que quieren que les diga, a mi edad me toca emocionarme más por un regalo inesperado, una visita sorpresa, una cena improvisada, un abrazo o un deseo de felicidad espontáneo, sincero y fuera de la subida de azúcar colectiva que la inercia puede llegar a generar.
Después de darle algunas vueltas llego a la conclusión de que quizás uno de los momentos más ‘navideños’ de estos últimos años tenga que ver con un ritual que vengo llevando a cabo desde 2004, y que consiste en no perderme el ‘Circ d’Hivern’ del barcelonés Ateneu Popular 9 Barris, una experiencia que les recomiendo de manera encarecida. Cada producción es una aventura, un reto completamente diferente que destaca por valiente, en la que el riesgo, la honestidad y la predisposición a la búsqueda son primordiales. Artistas de la talla de Marcel Escolano, Piero Stenier, Leandre, Adrián Schvarztein o Jordi Aspa han participado en la dirección de alguno de los diecisiete espectáculos estrenados hasta la fecha – alguno de ellos, como ‘Circus Klezmer’, siguen girando después de 8 años de su debut navideño-. ‘El Dorado’, la producción presentada estas fiestas y dirigida por Emiliano Sánchez Alessi, estará en cartel hasta el 13 de enero. Vayan y juzguen ustedes mismos. Aprovechen también para llegar temprano y tener tiempo a respirar, ver, escuchar lo que se cuece en dicho espacio.
El Circ d’hivern no es solamente una producción circense. Es un momento óptimo para acercase a descubrir, comprender y enamorarse de una de las iniciativas relacionadas con el circo más interesantes de nuestro país. El Ateneu Popular 9 Barris es un proyecto surgido de la acción ciudadana en un barrio humilde. Un centro cultural gestionado por una asociación sin ánimo de lucro que se presenta como una herramienta solidaria de transformación social y cohesión, en el que la actividad artística vertebra gran parte de las importantes actividades realizadas (producción de espectáculos, apoyo a la creación emergente, formación o circo social).
Si no les diera tiempo a acercare a conocer ‘El Dorado’, sepan que la programación del espacio es anual y continua con otras actividades muy interesantes. Ténganlas en cuenta a la hora de organizar sus agendas. Dentro de muy pocos días, sin ir más lejos, el estreno de la nueva producción del Leandre, ‘Rien à dire’, verá la luz en dicho espacio. Disfrútenla muchísimo.
