‘Campanadas de boda’/La Cubana
La boda fue una fiesta
‘Campanadas de boda’, que podría ser, según la propia compañía, uno de sus últimos espectáculos (no sabemos cuánto hay de cierto y cuánto de pequeño empujón para que la gente acuda al teatro), se presentó el jueves en el Teatro Principal de Zaragoza con un rotundo e incontestable éxito de público.
Cierto que no es una propuesta absolutamente redonda, como lo fueron su ‘Cegada de amor’ y sobre todo aquel excelente ‘Cómeme el coco, negro’ que estrenaron en 1989 y recuperaron felizmente hace seis años, pero este ‘Campanadas de boda’ maneja con acierto los elementos más característicos del modo de hacer de La Cubana, para componer un buen espectáculo teatral; cierto que su manera de entender el teatro ya no resulta ni tan novedosa ni tan vanguardista como hace veinticinco o treinta años, pero está muy bien hecho, con imaginación e ingenio, con una gran capacidad para conectar con el público, para involucrarle con inteligencia y naturalidad y con desbordante entusiasmo teatral.
La boda de Violeta, hija de Hortensia, afamada propietaria junto a su hermana Margarita de la prestigiosa Floristería Las Catalanas, servirá como vehículo para que los de L’Hospitalet de Llobregat parodien uno de esos eventos sociales en los que casi todo el mundo ha participado alguna vez. Y los Rius, empeñados en celebrar un “bodorrio” a la altura de acreditada reputación, ofrecerán innumerables momentos para ser parodiados.
El espectáculo tiene dos partes nítidamente diferenciadas. La primera coquetea con la comedia clásica, con la “comedia de tresillo”, pero desde esa mirada hiperbólica con la que nos muestran personajes, situaciones, decorados y vestuario. Son los preparativos de la boda. Trepidante ritmo, diálogos que se superponen y se pisan, conflictos que van estallando como fuegos artificiales. Magníficas las transiciones, aunque le sobra algún minuto y alguna de las escenas se alarga innecesariamente. La segunda parte es el casamiento propiamente dicho, y en ella se da rienda suelta riendo al estilo La Cubana. La cuarta pared se viene abajo. Juego, sorpresas… una desmesura encantadoramente hortera y kitsch que hace las delicias de los espectadores.
Magníficas Mont Plans y Annabel Totusaus, sin desmerecer al resto del elenco que se desdoblan, triplican y cuadruplican, en una pléyade de delirantes personajes.
Obra: Campanadas de boda
Autor: Jordi Milán.
Compañía: La Cubana.
Intérpretes: Mont Plans, Xavi Tena, Toni Torres, Maria Garrido, Meritxell Duró, Annabel Totusaus, Babeth Ripoll, Bernat Cot, Montse Amat, Oriol Burés y Àlex Esteve.
Escenografía: La Cubana/Catells Planas.
Iluminación: Adrià Ferré.
Vestuario: Cristina López.
Coreografía: Leo Quintana.
Música y dirección musical: Joan Vives.
Dirección: Jordi Milán.
Teatro Principal de Zaragoza. 4 de abril de 2013