Te vas a ver negro/José Moreno Arenas/
Retablo de complejos
Es siempre un desafío, sobre todo actoral, intentar mantener la atención del público con un monólogo. No hay duda de que este montaje de Karma Teatro ha logrado el objetivo, combinando el entretenimiento con apuntar algún motivo de reflexión que nos ayude a barrer mitos y defectos colectivos.
Brevemente, comenzando por el valor polisémico del título, se nos ofrece un retablo de complejos y prejuicios populares que configuran un fresco costumbrista en torno al aborigen peninsular que, en el nuevo papel de receptor de oleadas demográficas, se siente actor de un contexto internacional que pone a prueba su presunta tolerancia racial. Se trata de una generación, marcada por la experiencia de la emigración a Europa y el desarrollismo, que ahora vive la inmigración actual como un reflujo de la historia con el que no puede evitar hacer comparaciones.
Nuestro protagonista, Romerito, se nos presenta, naturalmente, en un entorno de playa, mito balneario del español de tierra adentro, aunque los tiempos acentúen cada vez más su versión low cost: escasa afición deportiva al agua salada, sino más bien a la cerveza o tinto traídos en nevera de mano, últimos retazos de un pasado lujo de sombrillas y delicias de chiringuito. Quizá el canto inicial deseoso de mar, expresa una nostalgia de conocer mundo o de un tiempo mejor.
El monólogo transcurre en una sucesión de cuadros temáticamente bien caracterizados que se abre y cierra con una referencia al racismo ante la invasión de las pateras, negado en su persona con tanta vehemencia como poca convicción. Entre los temas tratados encontramos la admiración por Alemania, «un país como Dios manda» aunque la vida allí hubiese sido dura, la nostalgia por las costumbres dejadas atrás, la exhibición del éxito y riqueza, supuestamente alcanzados, con la muestra a los paisanos del automóvil y lujos que han traído a casa, que nos recuerda al personaje del «Carburo» de La taberna fantástica sastriana. En cualquier caso una emigración más digna porque «nosotros íbamos más preparados» que los que vienen ahora con las pateras.
La particular relación con la religión vertebra los sentimientos de nuestro hombre, que canta las virtudes ejemplares del párroco Don Leovigildo frente a la sensualidad playera y el «todo vale» de la cultura laica imperante, proclama su devoción personal a la «Virgen del Aguijón» y la fe en sus poderes de intercesión, y afirma el valor del matrimonio como vínculo sacro aun habiéndose separado de su mujer.
Un preservativo de enormes dimensiones encontrado en la arena dispara los tradicionales complejos generacionales sobre la raza blanca y la mítica exhuberancia anatómica de los africanos, para terminar con la denuncia del libertinaje, de la mala educación y descuido en tirar basuras, y la «terrible carencia de valores de hoy».
El colmo y síntesis de sus debates internos le llega con una muñeca hinchable negra arrojada por el mar. La debilidad de la carne, que reconoce como «[su] perdición» le hace superar la barrera racial, borrando el color en nombre de la callada sumisión y capacidad de escucha únicas que le ofrece a cambio. El presunto racismo, que niega de nuevo enérgicamente al despedirse, es una manipulación escandalista más del periodismo canalla.
Un espectáculo bien dirigido por Carmen Dólera con oficio y gran ritmo e interpretado magníficamente por Joan Llaneras en un espacio escénico sencillo pero eficaz, bien iluminado y con un acompañamiento musical acertado. Largos y repetidos aplausos.
Magda Ruggeri Marchetti
Obra: Te vas a ver negro – Autor: José Moreno Arenas – Intérprete: Joan Llaneras – Dirección: Carmen Dólera – Sala Triángulo – Madrid – 08-04-13