Double Bill (y V)
Saber convivir con los imprevistos es el día a día de la producción. Una mañana se te va un actor. Y al día siguiente se te va otro. Y al tercer día ya estás ensayando con los nuevos. Y arriba, que no hay tiempo para pensar en lo sucedido. Esto es lo que nos pasó a la segunda semana de ensayos, a dos semanas del estreno, cuando un actor dejó el proyecto y al día siguiente su compañero. Momentos personales difíciles y discrepancias artísticas. Estas cosas pasan y la gestión de estos imprevistos es parte del trabajo. La compañera Marianella Morena lo explica muy en su última columna (Los actores se van). En nuestro caso, al final resultó que los nuevos fueron una mejor opción. Los resultados de las pruebas de cástings pueden ser hipnóticos, pero luego viene la cotidianidad y las circunstancias de cada uno, invisibles a primera vista.
Antes del affaire de los actores salientes, ya habíamos tenido algunas patatas calientes, como por ejemplo con la cuestión de los locales de ensayo. Los precios de los locales comerciales de Londres son más que prohibitivos para las producciones pequeñas. Encontrar espacios baratos se convertía en una pesadilla cada semana, sobre todo cuando el conocimiento del terreno es limitado. Al final descubrimos que la gran mayoría de grupos jóvenes y con pocos recursos, ensaya en espacios como pubs o iglesias, sitios poco frecuentados en determinadas franjas horarias que son ideales para la práctica artística.
Una vez dentro del teatro nos encontramos con otros problemas. El estado de la tienda (el espacio 3 del Arcola Theatre) dejaba bastante que desear. Cuando llovía fuerte, entraba agua por todas partes, sobre todo en el backstage. Sufrimos mucho por nuestra escenografía, la mayor parte hecha de madera y cartón. Suerte que al final hicimos la producción en mayo y no en marzo, como estaba previsto, porque el frío hubiera sido insoportable para el público. La tienda puede ser un espacio fantástico para eventos más populares durante el verano (conciertos, galas, cabaret…), pero es demasiado duro para obras que requieren de una intimidad teatral, como es el caso de «El veneno del teatro». Las ambulancias, el ruido del metro, la música de los vecinos, las fiestas populares de la calle… sufrimos los efectos colaterales de estar en un barrio que rebosa actividad artística.
A pesar de estos condicionantes ambientales y de los imprevistos con los actores, el resultado de «The Audition» fue muy digno. El texto es maravilloso y los actores consiguieron imponerle el ritmo necesario. La frescura y el dinamismo formal de «Against democracy», salvó las dificultades técnicas y ambientales del espacio y los espectadores se mostraron muy satisfechos y sorprendidos con esta propuesta. Sería fantástico que esta primera degustación de una parte de la obra de Esteve Soler en UK, sirviera de punto de partida para el futuro montaje de la trilogía de las «Contras» en Londres. Veremos.