Cuidado con las redes
Las redes son algo que, de acuerdo con las principales definiciones del diccionario tienen como objetivo cazar a alguien, y como el verbo cazar implica un propósito perverso, nos atrevemos a agregar que quien es escogido para ser objeto de dicha cacería, es sometido a un proceso de asedio cuyo fin es debilitar su capacidad de alerta, para luego ser capturado sin dificultades por quien administra o posee la red.
El diseño de una red tiene íntima relación con el objetivo de captura, y por eso el estudio de cada una merece capítulo especial.
El conocimiento acerca de cómo se tejen las redes es restringido, no porque sea un asunto cuya comprensión esté destinada por alguna fuerza superior a unas minorías privilegiadas, sino porque la educación está diseñada para hacer del individuo un receptor de productos terminados y desestimular de esta manera cualquier deseo de conocimiento acerca de cómo son los procesos de los mismos durante su producción.
La educación no está diseñada para evaluar o valorar sino para aceptar sin reclamos.
No poseemos, entonces, claridad acerca de cómo se tejen las redes, y de lo cual se infiere nuestra ignorancia sobre cómo conducirnos dentro de ellas, y nuestra vulnerabilidad ante sus trampas, por lo que consideramos de utilidad sugerir a cada quien la necesidad de hacer un poco de pedagogía acerca de qué es una red, cómo se teje y los cuidados que debemos tener para hacer tránsito dentro de ellas, si es nuestra intención conocer su importancia en el desarrollo de las comunicaciones, y queremos, además, impedir el automatismo que las mismas intentan imponernos.
Las redes, tal como sucede en la naturaleza, son muy diversas, y su diseño depende del número de cautivos deseados por cada uno de sus hacedores, pero tienen en común el objetivo de cazar a alguien para ponerlo bajo servidumbre o engullirlo, según sea la naturaleza de quien teje la red, y el destino que tenga reservado a su presa.
En la naturaleza existen múltiples ejemplos de cómo tejer una red, y tal parece que las más efectivas para atrapar la presa son aquellas en cuya fabricación se emplean unas telas recubiertas con seda pegajosa o peluda. Algunas de estas telas, que parecen formar una sola superficie, presentan desniveles que la visión no alcanza a detectar en su primera mirada, porque se distrae devorando sus tonos resplandecientes, que convidan al deseo a vagar sin rumbo, mientras quien camina sobre ellas, aturdido por la promesa de una vida placentera, comienza a descender los niveles hasta quedar cautivo, porque en ese andar termina en un laberinto que lo desorienta, hasta hacerle perder el rumbo.
Por pedagogía, saludable para mantener la comprensión en buenos niveles, y proteger la razón y el discernimiento, es de utilidad hacer una comparación entre las redes que teje la naturaleza como parte de la dialéctica de su desarrollo, y las que se tejen en la sociedad para ajustar las conciencias, modular las conductas e imponer ideologías, porque en la naturaleza hay seres vivos, capaces de sortear el peligro de caer en las redes y quedar cautivos, y lo mismo debe ocurrir en la sociedad, porque ésta es una fiel copia de la naturaleza.
Así es que nos parece importante detectar cuáles son, en las redes sociales, esas capas que contienen sedas pegajosas y peludas, que atraen a la presa con señales que terminan volviendo obsesivo a quien las frecuenta.