Otras escenas

Capaces

Moxie Brawl es una joven compañía de danza-teatro liderada por Sarah Blanc. ‘Sit back’ es su último espectáculo, una pieza que nos transporta al Londres de principios de los años cuarenta. Se trata de una instantánea a la vida de cuatro mujeres en tiempos hostiles, un trabajo coreográfico inspirado en las mujeres que trabajaron al servicio del estado británico durante la Segunda Guerra Mundial.

Esta pequeña producción no sólo sorprende por su tema, un emotivo viaje en el tiempo, sino por el hecho de integrar a la perfección en un discurso coreográfico ambicioso el trabajo de cuatro intérpretes, una de ellas con movilidad reducida.

En el contexto hispánico estamos poco acostumbrados a trabajar con artistas discapacitados. Las artes de calle no son una excepción a este hecho.

En el Reino Unido, en cambio, la calle se presenta como un aparador de normalidad. Lejos de encerrar a este sector de la población en el espacio privado se sitúa en el centro de la vida social.

Hace años que el consorcio de festivales británicos Without Walls viene apostando por artistas callejeros con discapacidad: dramaturgos, actores y actrices, directores… ‘Alive’, de Deaf man dancing; ‘Tracking’, de StopGap; The Alexandras con ‘Priscilla Queen of the deaf world’ o ‘The iron man’, de los Graeae Theatre Company, son una muestra de dicha política inclusiva ejemplar. Lejos de paternalismos, caridad, buenismos o enfoques socio sanitarios, los artistas que participan en estas producciones dan tanto o más que cualquier otro, y se les exige lo mismo que se le puede exigir a cualquier otro creador. Se trata de profesionales formados, convencidos de sus posibilidades para la actividad escénica, tan anhelantes de expresarse artísticamente como cualquier otro ser humano, o incluso más.

Los festivales callejeros también están pensados para acoger a todo tipo de público. Las instituciones británicas apuestan fuertemente por ello. Recuerdo la primera vez que visité el festival Greenwich & Docklands International Festival. Me sorprendió que, por ejemplo, los espectáculos textuales estuvieran, en su mayoría, subtitulados. Bradley Hemmings, su director, lo tiene clarísimo. El proyecto es un ejemplo de buena práctica, una visita obligada para entender cómo se puede trabajar y hasta dónde en políticas de integración y accesibilidad.

Desde su fundación, uno de los ejes esenciales del festival es el apoyo a la creación liderada por artistas con discapacidad. Este trabajo y todos sus resultados se vieron recompensados hace unos años, cuando Bradley recibió el encargo de codirigir la ceremonia de apertura de los juegos paralímpicos de Londres 2012 junto a Jenny Sealey. Jenny es la directora de Graeae Theatre Company que les citaba anteriormente, un proyecto artístico que aboga por la inclusión de las personas sordas o con otras capacidades en el circuito profesional de artes escénicas.

El próximo 7 de septiembre, para celebrar el primer aniversario de dicha cita, Greenwich & Docklands International Festival se va a encargar de la producción del National Paralympic Day. Este evento nace con la vocación de convertirse en un gran acontecimiento dedicado a deportistas paralímpicos, pero también en un nuevo y gran escaparate de talentos creativos con potencialidades diferentes. Esperemos que la iniciativa sea todo un éxito. Por todo ello y más, muchas felicidades.


Mostrar más

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *

Mira también
Cerrar
Botón volver arriba