Alegrías
Va transcurriendo el mes de agosto y seguimos al pie del cañón, como debe ser. Y además, disfrutando y con alguna que otra alegría. En esta ocasión me refiero al teatro en euskera dirigido al público adulto. Es sabido que las producciones en euskera que se dirigen a las niñas y niños suelen obtener una respuesta del público buena o muy buena. Existen producciones interesantes, con calidad y sensibilidad artística. En estas producciones los objetivos artísticos y los lingüísticos se equiparan en importancia. El euskera es un aliciente importante a la hora de llenar los teatros. Es más costoso llenar un teatro cuando las propuestas en euskera van dirigidas a un público mayor de edad. Por eso, nos alegramos mucho cuando se producen circunstancias positivas y que apuntan a la creación poco a poco de un publico en este ámbito.
La primera alegría ha venido de la mano de Lingua nabajorum que ha obtenido una ocupación de un 80% durante las diez funciones ofrecidas en agosto en la sala Club. Patxo Telleria (Premio Max al mejor texto en euskera) y Mikel Martínez son una pareja muy compenetrada. Capaces de jugar con el manejo del euskera con un alto nivel de complejidad e inteligencia. Lo exprimen hasta niveles insospechados. Ha creado su estilo propio en el teatro de humor en euskera.
La segunda ha sido el estreno del texto de Juan Carlos Rubio, Hiru producido por Txalo Producciones. Tres amigas inseparables han tenido experiencias vitales muy distintas pero a punto de cumplir los cincuenta están solas. Crece en ellas el deseo irrefrenable de ser madres. Para ello necesitan un hombre. ¿Conseguirán hacer realidad su deseo? Teatro lleno en San Sebastián. Mucha más venta que los invitados propios de un estreno. Una tarde memorable. Un trabajo efectivo que funcionó muy bien con el público. Consiguen momentos de alta comicidad. No en vano el elenco esta formado por tres actrices importantes en el panorama teatral vasco como son Loli Astoreka, Miren Gojenola y Ana Elordi acompañadas por Zuhaitz Gurrutxaga. La dirección de escena la asume Begoña Bilbao, curtida en mil batallas. Todo apunta que va a ser un éxito. ¡Felicidades!
La tercera alegría viene precisamente de la mano de Zuhaitz Gurrutxaga y su espectáculo Futbolisto baten konfidentziak estrenado también hace poco en su versión en euskera. Tiene soltura en escena, desparpajo. Es capaz de reírse de sí mismo y de hacer pasar un rato bien agradable al respetable. Genera un ambiente distendido y cercano con el público. Zuhaitz Gurrutxaga, ex futbolista de la Real Sociedad, ha realizado una transición desde el deporte hacia la escena. Es un actor que está de moda. La gente quiere verle evolucionar sobre las tablas. La verdad es que no echa balones fuera y da juego, mucho juego. Bienvenido.
En todos estos casos el público ha respondido con su presencia y con sus aplausos. Han sido alegrías escénicas correspondidas y apreciadas. Para los tiempos que corren debemos valorar y pensar que las cosas van cambiando y que también se va consolidando un público que quiere disfrutar de propuestas teatrales en euskera. Y cuando el público quiere…