Excelente comedia negra

Como quien no quiere la cosa y sin aspavientos, la Sala Flyhard no solamente se reafirma como pequeño centro de producción y exhibición de las novedades de la dramaturgia catalana, sino que además sus espectáculos tienen vida más allá. Como ejemplos, ahora mismo dos propuestas: Smiley, que regresa al Capitol y El Rei Borni, en el BARTS.

Marc Crehuet firma esta excelente comedia negra, su segundo texto teatral, que triunfó la temporada pasada, ha pasado por Madrid con éxito y ahora podemos volver a verla en Barcelona, a la función que asistimos con entradas agotadas, hecho que nos lleva a pensar que si algo es bueno el público responde.

En este caso no se trata de una comedia fácil de trazo grueso, al contrario, Crehuet se apunta a un género para enfrentarnos a una situación dramática, ¡qué bessstiaaaa! diría Tortell Poltrona: ¿qué pasaría si se conocieran un policía antidisturbios y un manifestante al que ha vaciado un ojo disparando una pelota de goma durante una manifestación, durante una cena organizada por sus parejas, amigas que no se ven desde hace años?

Con este inicio, que de saque puede parecer salvaje, se construye una historia que va más allá de buenos y malos, huyendo del maniqueísmo como de la peste y, vista la reacción del público, que atrapa de principio a fin. Un tema, el del uso de pelotas de goma por parte de la policía catalana que, a partir del caso de Esther Quintana, quien sufrió la pérdida de un ojo durante la manifestación del 14 de noviembre del año pasado, ha movilizado a la sociedad, ocupado espacio en los medios de comunicación y llegado al debate político. No confundir por esto oportunidad con oportunismo, ya que el autor tenía escrito el texto antes, inspirado en el caso de un manifestante italiano.

Son diversos los aciertos de este montaje: un texto valiente, una dirección y puesta en escena ágil e inclusiva con el público y unos intérpretes fantásticos.

Desde una perspectiva de la dramaturgia nos ha parecido interesantísimo que Crehuet haya escogido como motor la relación entre las dos amigas que hace tiempo que no se ven y quieren reactivar su amistad, por ello la historia se desarrolla especialmente en la casa de una de las parejas protagonistas, en pleno espacio doméstico y privado. Así los diálogos cotidianos potencian la paradoja a la que están sometidos los dos personajes masculinos.

En torno al caso concreto de la relación policía-manifestante se alza el contexto de la crisis, personificado en un quinto personaje cuyas intervenciones se inician como una noticia de televisión sobre la crisis, pasando por el vacío del míting del político sobre la austeridad hasta la evolución de este discurso tan actual, convertido en ruido hiriente para el espectador. Un recurso muy bien planteado por el director que interpreta con naturalidad Xesc Cabot. El resto del reparto ofrece un trabajo coral muy equilibrado, adecuado al tono de comedia pero con momentos dramáticos y jugado con la máxima complicidad.

Destacamos a Alain Hernández por su contundencia tanto a nivel físico como emocional en el rol del antidisturbios y el descubrimiento de las dos actrices, Ruth Llopis y Betsy Túrnez a las que habrá que seguir de cerca.

Teresa Ferré

Título: El rei borni (El rei tuerto) – Autoría y dirección: Marc Crehuet – Intérpretes: Xesc Cabot, Miki Esparbé, Alain Hernández, Ruth Llopis y Betsy Túrnez – Día y lugar: Miércoles, 5 de septiembre (hasta el 12 de septiembre) en el BARTS