Velaí! Voici!

Solo

Me pregunto si uno puede estar SOLO encima de un escenario. Me pregunto si existe el monólogo o el soliloquio.

Esa soledad, ese hablar (actuar) solo, en teatro, no es más que un juego (una convención, un pacto) metafórico, una figura de la retórica escénica. La acción (post)dramática apela al imaginario de la recepción para concitar múltiples presencias invisibles, pero tangibles. La acción persigue la atracción de la espectadora y del espectador, en su particularidad individual y como público, como colectivo, en su capacidad de empatizar y contagiarse (como quería Antonin Artaud).

Un solo actor, una sola actriz, haciendo algo en un espacio que se torna escénico y pleno de presencias y sugestiones, aunque nada más exista un espectador o una espectadora. Esa es la capacidad demiúrgica del teatro. Conjurar la soledad humana y tender puentes reflexivos (un juego de espejos) cuya belleza sublima los conflictos del vivir. Esa necesidad de expresarnos y de comulgar y disentir. Comulgar: experimentar en lo común nuestras diferencias particulares. Beber juntas/os en lo universal desde nuestra unicidad. Reflejarnos. Relacionarnos para crecer, para aprender, para conocer(nos) y, en definitiva, para SER.

WAJDI MOUAWAD, antes de realizar su obra «SEULS», buscaba romper con los moldes y los hábitos creados por sus anteriores espectáculos (Incendios. Bosques. Litoral), en los que el escenario estaba poblado por amplios repartos. En la conversación que mantuvo con el público, el 5 de octubre de 2013 en el Teatro Valle-Inclán de Madrid, Wajdi, manifestó su necesidad de liberarse de lo ya hecho, de lo ya sabido y de las expectativas creadas en el público con su exitosa obra anterior. Para su nueva aventura decidió permanecer solo en la sala de ensayos y en el escenario. Quiso recuperar la habilidad de cuando era un niño y podía jugar solo. La capacidad de niñas y niños para concentrarse en el juego y la «indiferencia» respecto a las interferencias externas, al mismo tiempo que están dispuestos a lo que pueda surgir. En la infancia se da esa capacidad de concentración en el juego y, a la vez, de integrar a cualquiera que pueda aparecer, sin cerrarse.

El resultado es un «solo» escénico titulado «SEULS» en el que Wajdi Mouawad nos muestra la aventura solitaria de un joven que prepara su tesis doctoral sobre la «sociología del imaginario» y «el marco como espacio identitario en los solos de Robert Lepage». Homenaje al maestro.

Toda la obra es una metáfora de la soledad. A través de la historia de ese joven doctorando se establece un paralelismo con el recorrido vital solitario de todo ser humano, anclado en la infancia y transpuesto por los accidentes (peripecias) de la vida.

Mouawad realiza una acción escénica al servicio de una historia o fábula fragmentaria, actuada con precisión y profusión de detalles.

Cuarta pared y secuencias monologadas en las que «l’adresse» cambia de destinatarios, utilizando el recurso del monólogo telefónico (al padre, a la hermana, a las autoridades académicas, etc.) o ficcionalizando al público, en el comienzo del espectáculo, como si se tratase de un hipotético tribunal de tesis doctoral.

Verosimilitud y realismo, contrapuntos cómicos, puntos de giro en esa línea de acción que se va configurando con las escenas fragmentarias. Catarsis propiciada por un último giro sorprendente en la historia. Y un final en el que la obra dramática, de tradición mimética, se convierte en una performance próxima a una metafórica «action-painting», o al «body-painting».

Uno de los aspectos más impresionantes de «SEULS» quizás sea la íntima fusión de los temas y de la historia que los sostiene. La simbiosis es tal que, argumento y temas, semejan la misma cosa. La estrategia más fácil de captar para alcanzar esta comunión radica en que los temas son abordados de manera directa en las conversaciones que mantiene el personaje en sus monólogos, a través de frases casi aforísticas de efectividad clara (por ejemplo: «Uno vive la vida como si fuese un borrador y después viniese la versión buena…»). Lo poético y lo filosófico se nos presentan con la apariencia de lo cotidiano, de manera sencilla, y con los «coups de théâtre» necesarios para que «SEULS» sea un éxito si o si.

Finalmente descubrimos que solos estamos todas/os, aunque, tanto en el escenario como en la vida cotidiana, no acompañen otras/os.


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