Fundación Autor, la entidad creada por la Sociedad General de Autores y Editores (SGAE) con el fin de desarrollar actividades sociales, asistenciales y promocionales para apoyar la autoría, la creación y la cultura desde 1997 pasa a denominarse Fundación SGAE.
Uno de los principales objetivos del cambio de denominación es que haya una mayor identificación entre las dos organizaciones y un mejor conocimiento y transparencia sobre lo que reinvierte la SGAE en la sociedad civil. Esta es una de las decisiones que ha tomado el Patronato de la Fundación SGAE, máximo órgano de gobierno de la entidad.
El proceso de transformación, que se ha desarrollado a lo largo del año 2013, comenzó con la creación de dos herramientas organizativas para la óptima evolución de la Fundación: el Plan Director y el Manual de Buenas Prácticas. Esto implica que el funcionamiento de la entidad se rige por un protocolo de procedimientos administrativos, riguroso y sujeto a unos parámetros definidos.
Los objetivos de la Fundación SGAE son apoyar la autoría y la creación; velar por el respeto a los derechos de autor, tanto patrimoniales como morales; posicionar la autoría como elemento clave del sector y promover la misma desde la perspectiva del desarrollo del ámbito cultural y sus repercusiones económicas en la sociedad; facilitar la relación de la autoría con el conjunto de la sociedad, promover la pedagogía social sobre el derecho de autor e impulsar el acceso a la cultura; contribuir a mejorar el funcionamiento del espacio en el que los autores desarrollan su trabajo y a explicitar la importancia de la cultura en el conjunto de la sociedad; y fomentar las nuevas expresiones artísticas y los proyectos multidisciplinares en el conjunto del repertorio sobre el que trabaja la Fundación SGAE.
Además, tal y como ha dado a conocer su directiva la entidad asume un código ético basado en los siguientes principios y valores:
Ausencia de fin lucrativo.
Compromiso con la voluntad de la entidad fundadora.
Relevancia del papel del Patronato.
Personal y técnicas de gestión especializadas.
Equilibrio y diligencia en la administración de recursos.
Transparencia.
Independencia y colaboración.
Sostenibilidad.
