¿De qué sexo es la palabra?

Tres millones

Somos el país con menos población de América del Sur. Sin embargo suceden cosas que trascienden a la cantidad , y al poder económico que dicha población genere.

Este año Uruguay aprobó el matrimonio igualitario y la despenalización del aborto. Ha estado mucho tiempo al frente de políticas progresistas, siendo una de las primeras naciones en garantizar derechos de divorcio para la mujer, la institucionalización de las ocho horas laborales y el voto para la mujeres. Nunca criminalizó la prostitución y la ha regulado legalmente desde el 2002. En el 2009, garantizó derechos de adopción para parejas del mismo sexo y el derecho a elegir la propia identidad sexual. Todo esto viene de un país en el que la iglesia y el Estado han estado oficialmente separados desde 1917. No es casual.

Hago esta introducción porque es lo mismo que se vive con el arte, o al menos en los sistemas estatales que no subsidian los espacios públicos bajo el argumento: no tienen llegada a las mayorías, son gustos de minorías. No rozan la verdadera población. Son gastos y hay que recortar el presupuesto. No sirven, no importan, nadie los necesita. Suelen ser algunos comentarios sobre el cuestionamiento continuo del rol del teatro en las sociedades actuales.

Siempre se desliza una sola imagen: educar para que las personas puedan razonar desde sí y no desde la imposición cultural, social y política que les toca vivir. Ese azar histórico y geográfico que determina hasta la conciencia y la capacidad de reflexión sobre qué está bien y qué no. Qué se necesita y qué no. Pero hay un bicho al que le nadie le pone la vacuna que se llama CAPITALISMO al que se le antojó que necesitamos todo lo innecesario y prescindimos de lo necesario.

Pensando bajo esa óptica y esa perspectiva, todas las trasnsformaciones deberían estar basadas en: grandes cantidades, estudios de mercado, tendencias, marketing, estadísticas sobre los movimientos sociales y económicos, y las cataratas de tinta que se han volcado en pos de un «mercado de «. Y todo ha fallado o falla y surgen otros litros de tinta, que es: el contexto no es favorable, la bisagra histórica, la coyuntura, el enlace y la circunstancia. Cuando es más simple detener las rotativas y decidir sobre cosas que se pueden hacer y se pueden decidir, dejar de fantasear sobre conceptos y territorios a donde sólo se llega a través especulaciones abstractas. La historia nos devuelve la pelota: el arte es funcional a las personas. Utilitario, además de desarrollar inteligencias, educar y sensibilizar.

No hablemos más de: arte para muchos o ´para pocos, popular o elitista, convencional o rupturista, alternativo u oficial. El arte es y está en cada uno cuando sucede el encuentro con la obra y el artista. Luego esa idea se concreta, porque se quiere, se defiende y se ejecuta.

No podemos perdernos en entelequias del lenguaje y los estafadores de turno.

Uno puede mirar algunos ejemplos y aplicarnos a nuestra realidad artística de producción, análisis e inserción social.

Entonces cuando la historia se empequeñece porque la autoridad así lo decide, los artistas tenemos un mayor compromiso y una mayor responsabilidad. Crear para los que estarán más lejos de nosotros porque no pueden llegar. Y cuando el paisaje se dilata a pesar de que la geografía mantiene las mismas distancias, debemos estar ahí de pie y en red humana haciendo frente y demostrando a pesar de los discursos de moda y los gobernantes de turno. Estar y hacer.


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