Críticas de espectáculos

El intérprete/Asier Etxeandia

Celebración

 

Cerca de los cuarenta, Asier Etxeandia, se ofrece en cuerpo y alma a una celebración escénica, a un espectáculo teatral cuya dramaturgia sentimental es una banda sonora que recoge fragmentos de los residuos de una educación en colegio religioso que se enfrentaba a una necesidad del niño Asier por «cantar solo para no estar solo», una de las inspiraciones de la propuesta teatral en la que parece central la credibilidad que transmite, la biografía mostrada a base de retazos, detalles, unos apuntes para orientar, que van dando una suerte de continuidad emocional, y que en la función presenciada contó con un hecho añadido: la presencia del padre del propio Asier, uno de los momentos más emotivos de la velada.

Una propuesta teatral torrencial, una entrega física desbordante, unas descargas de energías positivas que se van canalizando a base de esas canciones que van configurando un mundo sonoro no homogéneo estéticamente, porque parece trabajar con la memoria familiar o ambiental, de sus padres y las canciones que les gustaba, y la propia, la más generacional, más de rock and roll, que le dota de una cercanía a los espectadores que se manifiesta de una forma inmediata, casi automática y manifiesta.

Asier Etxeandia logra ese punto de madurez escénica y uno de las aspiraciones de cualquier artista, hacer lo que quiere, cantar lo que le gusta sin demasiados intermediarios, inmolarse teatralmente, acompañarse por una banda de músicos excelentes y unas colaboraciones esporádicas en coros, voces y actuaciones que le dotan de un valor excepcional. Y el planteamiento discursivo no es solamente descubrir a ese niño que cantaba contra la pared, solo, para no estar solo, sino al artista que sigue cantando solo, pero esta vez en compañía de todos, para no sentirse solo, y con ellos hacer una celebración teatral, un espectáculo musical, un derroche de matices y calidades en lo interpretativo, corporal, de buen gusto que logra complicidades más allá de lo puntual. Un lujo.

Carlos Gil Zamora

Obra: El intérprete – Dramaturgia y dirección: Álvaro Tato – Intérpretes: Asier Etxeandia, Annamae, Raketa Brokobitx, Guillermo González, Enrico Barbaro, Pino Roveretto, Ivan Prada, Tao Gutiérrez – Iluminación: Juan Gómez Cornejo – Producción: Factoría Madre Constrictor – Teatro Arriaga –Bilbao- 10-01-14


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