El Chivato

Homenaje a Mariano Cariñena en Zaragoza

El Teatro Arbolé y el Ayuntamiento de Zaragoza han organizado para el martes 21 de enero de 2014 a las 19 horas en el Taetro Principal de un homenaje al autor y director teatral Mariano Cariñena, recientemente fallecido, en el que se presentará la publicación de cuatro obras del dramaturgo aragonés, y se colocará una placa con su nombre en el hall del Teatro Principal. A este reconocimiento se ha sumado la Sociedad General de Autores y Editores con la entrega, a título póstumo, de la Medalla de Honor de la SGAE.

Mariano Cariñena Castell (Zaragoza, 1932-2013) es figura clave de la escena aragonesa contemporánea y fundamental para el teatro independiente de España. Titulado en Dramaturgia y Dirección Escénica por el Instituto de Teatro de Barcelona, en los años 60 fue fundador y director del Teatro de Cámara de Zaragoza y del TEU. Ya en la década de los 70, al frente del Teatro Estable, ejerció un papel esencial en el desarrollo del teatro independiente. Fue, asimismo, uno de los impulsores de la creación de la Escuela Municipal de Teatro de Zaragoza, centro que dirigió desde 1984 hasta su jubilación, en 2002.

ARBOLÉ EDITA SUS OBRAS COMPLETAS. Qué mejor reconocimiento para un dramaturgo que publicar las obras de teatro a las que dedicó su vida. Arbolé Editorial presentará mañana en este homenaje la publicación de cuatro de las obras que escribió Mariano Cariñena, reunidas en dos volúmenes de la colección Titirilibros Serie Roja: los libros 16 («La ensalada» y «La fuente y la raposa»), con prólogos de Iñaqui Juárez y Joaquín Melguizo, foto de portada de una de las representaciones de «La ensalada» y diseños del autor de las escenografías de ambas obras; y 17 («Dúo a cuatro voces» y «La reunión»), con prólogos de Rafael Campos y Francisco Ortega, e ilustraciones de Mariano Cariñena.

La editorial del Teatro Arbolé inició en 2009 la edición de las obras completas de Mariano Cariñena con la publicación de los dos primeros volúmenes: «Seis piezas teatrales», número 10 de Titirilibros Serie Roja, con prólogo de Mariano Lasheras y Jesús Pescador e ilustraciones del propio Cariñena, y «Tiranía y derrota del rey Don Barrigota», nº21 de Titirilibros Serie Verde, con prólogo de Francisco Ortega e ilustraciones de Vicente Villarrocha.

SU NOMBRE, EN EL HALL DEL TEATRO PRINCIPAL. A continuación, se colocará una placa en la entrada del Teatro Principal, que dará «nombre al hall del que fue siempre su teatro», en un acto que contará con la presencia del consejero de Cultura del Ayuntamiento de Zaragoza, Jerónimo Blasco, de la viuda de Mariano Cariñena, Marisol Albiac; y del gerente del Teatro Principal Rafael Campos.

MEDALLA DE HONOR DE LA SGAE. Finalmente, Mariano Cariñena recibirá a título póstumo la Medalla de Honor de la Sociedad General de Autores y Editores (SGAE). Entregará la medalla a su viuda, Marisol Albiac, el vicepresidente del Colegio de Gran Derecho de la SGAE, Fermín Cabal.

Mariano Cariñena desarrolló a lo largo de más de 40 años una intensa y decisiva labor en la escena aragonesa como autor, director, traductor, adaptador, profesor o actor. Era socio de la SGAE desde 1971 y en su haber consta un total de 23 obras propias y 40 adaptaciones. Puso en escena más de 60 montajes, con obras propias como «El cuento al revés», «Tesorina» y ‘»De brujas, moras y diablos»; o adaptaciones de autores como Pirandello («Enrique IV»), Sanchis Sinisterra («Los figurantes»), Bernard Shaw («Amores, prejuicios e intereses»), Jardiel Poncela («Cuatro corazones con freno y marcha atrás» o Miguel Labordeta («Oficina de horizonte»).

«LA ENSALADA» Y «LA FUENTE Y LA RAPOSA». Libro 16 de la colección Titirilibros Serie Roja con prólogos de Iñaqui Juárez y Joaquín Melguizo, foto de portada de una de las representaciones de «La ensalada» y diseños del autor de las escenografías de ambas obras. Fueron escritas entre 1976 y 1978, en plena transición política y son un ejemplo de teatro de urgencia, un teatro pegado a la tierra y a su gente, que quiere intervenir en la vida social y política del momento.

«Mariano Cariñena, que tenía una idea bastante definida del compromiso y la función social del teatro -escribe Joaquín Melguizo-, tras la prohibición del Teatro de Cámara, reaparece al frente del Teatro Estable en 1971. Cinco años después, momento en el que escribe La ensalada, había consolidado dos líneas de trabajo: una centrada en grandes producciones y otra dedicada a obras de pequeño formato con reparto más limitado. Para la segunda escribió estas dos obras, textos que buscan el acercamiento a un público popular y rural, muy pegados a la realidad aragonesa… Se trataba de salir a recorrer los pueblos, de llevar a sus gentes un teatro que les hablase de sus problemas y que, de alguna manera, les incitase a la participación».

«La ensalada, Historias de antaño para gente de hogaño» (1976) es un divertido entremés, ambientado en el siglo XVI. Sus protagonistas son gente de campo que trabajan mucho y cavilan más. «Escrito con un muy buen lenguaje de la época que, a juicio de Iñaqui Juárez, posee una temática simple, directa y tremendamente eficaz que busca el juego y la comicidad y pretende, sobre todo, divertir; pero no está exento de mensajes comprometidos. Lo que en el siglo XVI podían ser sentencias y moralejas, en el XX se convierte en ideología y ansias por cambiar el mundo. ¿Qué pasará en el XXI?»

«La fuente y la raposa» (1978) es una obra más extensa y con una estructura algo más compleja. No abandona el carácetr popular, pero tiene un aire más de fábula. «De forma clara y directa, es un alegato en defensa de la tierra, de los pueblos y de sus gentes», expresa Joaquín Melguizo. «Esta obra trasmuta la vieja fábula para adaptarla a los tiempos, actualiza su moraleja para unirla al clamor popular», sotiene Iñaqui Juárez.

«DÚO A CUATRO VOCES» Y «LA REUNIÓN». Libro 17 de la colección Titirilibros Serie Roja con prólogos de Rafael Campos y Francisco Ortega, e ilustraciones del propio Mariano Cariñena. «En este volumen mostramos sus escritos realizados para trabajar con los alumnos de la Escuela Municipal de Teatro, su escuela –escribe Esteban Villarrocha en la contraportada del libro-. Mariano Cariñena sabía que es responsabilidad de todos como grupo la construcción en el aula de un clima de respeto mutuo, confianza y cooperación; los tres elementos imprescindibles para consolidar una comunidad capaz de indagar, pensar y dialogar en vistas de imaginar y construir nuevas y mejores formas de convivencia, que unido al humor inteligente, lúcido y comprometido que le caracterizaba, ha dejado huella en varias generaciones de actores y actrices que tuvieron la suerte de recibir sus enseñanzas».

Dúo a cuatro voces. Rafael Campos define este texto como «un ejercicio de generosidad y de entrega de Mariano Cariñena a su labor de profesor. Una obra para padres e hijos que empieza como un juego ingenuo de descubrimientos infantiles y termina en un final abrupto, bastante inesperado y radical. Y añadiría que muy del gusto de su autor, que parece señalar en la obra una especie de resumen, en el que una vez más, la ignorancia y la mentira desencadenan la tragedia de una comedia aparente, en la que no hay inocentes sino ignorantes…». Pero esta obra habla de «cómo su pasión por el teatro, vivida como una verdadera y absoluta vocación le llevaba a añadir a su enseñanza toda su capacidad de teatro en todas las dimensiones, autor, director, escenógrafo; y cómo esa misma pasión contribuyó a hacer de Mariano Cariñena un maestro cada vez mejor».

La reunión (1996). En la ya larga vida de la Escuela Municipal de Teatro de Zaragoza, este texto fue el taller número 41 que representaban los alumnos de tercero, concretamente en 1998 en el Teatro del Mercado. «Aquel año le tocó dirigir el taller a Mariano y eligió su propio texto, relata Francisco Ortega. Mariano no sólo adaptaba magistralmente textos de otros –de autores como su querido Arrabal, Shaw o Fassbinder, sino que escribía… de todo… Y todo lo hacía con un estilo propio, meticuloso, perfeccionista, producto de su sabiduría, su intuición y su conocimiento de las leyes internas de la dramaturgia. Y, además, con persistente tendencia a proyectar en lo que hacía, un desbordante sentido del humor….».

«La reunión es… una reunión de personas citadas de un modo absurdo, que están en un lugar absurdo por una razón absurda con el objetivo de hablar de algo que desconocen. Situación teatral sencilla y, a la vez, compleja, que obliga al actor y a la actriz a crear un personaje desde las desnudas palabras que le tocó decir. En este texto descubrimos «el aroma del mejor teatro del absurdo, de Ionesco en particular, de Beckett, o del propio Fernando Arrabal, a quien Mariano ya había estudiado en profundidad».


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