Negro & negro

Eibar, teatro de 1ª División

Eibar, situada en el Bajo Deva, en Gipuzkoa, colindante con Bizkaia es una ciudad singular. Siempre ha sido una ciudad destacada por su historia, por su economía y por su cultura. Su actividad industrial basada en la manufactura del hierro y en la fabricación de armas distinguió a Eibar durante todo el siglo XX. Con algo más de 27.000 habitantes en Eibar suceden cosas extraordinarias, tienen casta. Con un tejido social cohexionado y activo en Eibar se fundó una de las únicas sociedades recreativas conformada exclusivamente por mujeres, en la que no podían acceder los hombres. La Universidad Laboral, referencia educativa, supera los límites de la comarca y genera un germen estudiantil bien canalizado. Es también una ciudad referencia en la pelota vasca, contando con uno de sus templos más emblemáticos, el Astelena de los Vidarte. Y su equipo de fútbol, el Eibar, a punto de ascender a la Primera División en la Liga. Pero lo que sí es de 1ª División desde hace 37 años son sus jornadas de teatro, las Jornadas de Teatro de Eibar.

Las jornadas de teatro son uno de los pocos festivales de teatro existentes en Euskal Herria. Con una programación abierta y muy contrastada son capaces de conjugar y hacer convivir propuestas de todo tipo. Podemos encontrarnos al lado de Juana la loca, la reina que no quiso reinar de Histrión Teatro al genio del violín Ara Malikian y La Orquesta en el Tejado. Conviven las Conversaciones con mamá entre Juan Echanove y María Galiana con el teatro de raíz de La Zaranda en El régimen del pienso. Una programación inteligente que propone el clasicismo de Ajax, y que, a la vez, asume riesgos con Hamlet en euskera, que acerca la vanguardia con Cuarteto del Alba, texto del director de esta revista, o juega con Asier Etxeandia en El intérprete. Capaz de proponer textos comprometidos como La anarquista de Magüi Mira y Ana Wagener y la magia de Juan Tamariz. Una cartelera que deja hueco a la poesía de Zazpi aldiz elur de Tanttaka sobre el universo de Mikel Laboa o se vuelve loca con la propuesta de Xexpeare. Un festival capaz de proponer un clásico muy contemporáneo en italiano sobretitulado en castellano, Giulio Cesare, espectáculo revelación en el Festival de Teatro Clásico de Almagro en 2012.

Estuve en Eibar con Octavio Arbelaez, director del Festival de Manizales, que me comentó en carretera, camino a Donostia…»en este festival hay magia». Es verdad, hay magia por los seis llenos absolutos en esta edición, por la ocupación de más del 80% del aforo, porque cuentan con un público entendido, educado, respetuoso y positivo hacia lo escénico. Porque se lo han trabajado durante 37 años con rigor y con pasión. Su alma mater, Juan Ortega, cuerpo y alma de este festival ha dedicado toda su vida a la educación de los jóvenes desde la universidad y a la promoción de las artes escénicas. Él encarna la imaginación y la fantasía. No quiero olvidarme de Txema Cornago, pedazo de ser humano, que representaba el pilar sólido en el que se asentaba el festival. Prematuramente fallecido hace un par de años. Un recuerdo entrañable para él. En los últimos años, el Ayuntamiento de Eibar, a través de su director de cultura, José Luis González, Poxpolo hombre sensible hacia lo escénico y confidente de mil batallas, se ha implicado decididamente en el apoyo de estas Jornadas de Teatro, de 1ª División.


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