Festival de Atenas, o las artes se visten de gala
Hace aproximadamente diez meses, en esta misma columna, en mi artículo intitulado «Un oasis cultural en medio de un colapso social» (para más información, lean el artículo aquí: http://www.artezblai.com/artezblai/un-oasis-cultural-en-medio-de-un-colapso-social.html), presentaba a los lectores de esta revista digital, un breve historial del Festival artístico más importante de Grecia, el denominado «Festival de Atenas y Epidauro», que este año cumple su sesenta aniversario y lo celebra por todo lo alto.
A lo la largo de su recorrido por la historia reciente de un país que en estos últimos sesenta años, ha tenido que cicatrizar sus heridas abiertas de su participación en dos guerras mundiales, de una guerra civil, de la extrema pobreza, de una dictadura militar y más recientemente, de los programas de consolidación fiscal de la troika, el Festival de Atenas, en su última etapa, que cubre el período desde 2006 hasta la fecha, ha apostado fuerte por dar voz a los jóvenes, combinando en su programación las voces innovadoras del interior con el último grito de las tendencias provenientes del extranjero.
Según las propias palabras de los responsables del Festival, tal como se reflejan en el editorial del programa de su última edición que se dio a conocer hace aproximadamente tres semanas, «una vez más, el telón del Festival se levanta, con una programación que se inscribe en los principios y los estándares fijados hace nueve años: brindar arte de calidad para todos, sin ningún tipo de demagogias, dar a conocer al público la creación griega contemporánea, confiar en los proyectos de los jóvenes, ofrecer un canal de diálogo abierto con las tendencias artísticas de otros países del mundo. Al mismo tiempo, al ser una institución vivaz y vigorosa, el Festival está al corriente y busca poner de relieve los asuntos sociales actuales.»
Más adelante, el equipo artístico del Festival, encabezado por su director Yiorgos Lucos, hace hincapié en el eje en torno al cual gira la propuesta artística de esta última edición 2014: «Tras haber contribuido, a lo largo de estos últimos años, a la recuperación del terreno perdido respecto al contacto con la actividad artística del extranjero, hemos considerado oportuno enfatizar, en esta coyuntura crítica, en las propuestas artísticas de los creadores griegos. Por consiguiente, se van a presentar esta temporada 27 producciones nacionales, de obras provenientes tanto de la dramaturgia griega como de la dramaturgia de otros países. La puesta en escena de gran parte de dichos montajes firman directores jóvenes, siendo para algunos su bautismo de fuego en el Festival. Al mismo tiempo, se han invitado para presentar su trabajo 6 producciones internacionales, ejemplos ilustrativos de las tendencias estéticas actuales.»
En esta edición del Festival, habrá presencia ibérica, reflejada en el rostro de Angélica Liddell. La dramaturga, directora de escena y actriz española verá dos obras suyas en cartelera, ambas en el marco del Festival de Atenas y de Epidauro. Es más, los días 15, 16 y 17 de junio, Liddell viajará junto con su compañía a Atenas, para presentar al público griego la obra «Todo el cielo sobre la tierra, el síndrome de Wendy», con sobretítulos en griego. Además, dos días antes, el 14 y 15 de junio, a los amantes del teatro griegos se les brinda la oportunidad de ver otra obra de la dramaturga española. Se trata de «Y los peces salieron a combatir contra los hombres», dirigida por Cémelis Glynatsis, un joven director de escena que trabaja por primera vez en el marco del Festival. Glynatsis es un amante y viejo conocido del teatro español, ya que estrenó en 2012 en la sala «Knot Gallery» la obra «La Leyenda del hombre que flota sobre los parques», del dramaturgo catalán Enric Nolla.
Las demás producciones del extranjero que acogerá el Festival de Atenas y Epidauro, en los tres meses de su duración son la obra de Pierre Marivaux «Las falsas confidencias» («Les fausses confidences»), dirigida por Luc Bondy, el dramaturgo suizo que dirige desde 2012 el «Théâtre de l’Odéon» en París; la Compañía Teatral Ópera de la Región china Fujian «Liyuanxi»; «Green Porno» de Isabella Rossellini, hija de Roberto Rossellini e Ingrid Bergman; «La balada del marinero de antaño» de Taylor Coleridge, dirigida por la emblemática actriz irlandesa Fiona Shaw; «Ionesco Suite» de Eugène Ionesco, dirigida por Emmanuel Demarcy-Mota.
«¡Señoras y señores, el espectáculo está servido!»