Giulio Cesare, en italiano sobretitulado
Andrea Baracco, dirige Giulio Cesare. Vincent Hanna y Andrea Baracco realizan una especial adaptación del texto de William Shakespeare reduciéndolo para seis actores. Julio Cesar, el personaje principal está ausente. Es el personaje ausente con más presencia en la versión de Baracco. Su pensamiento, su conciencia aparece a través de una voz en off. Su presencia sobre todo se plasma a través de las voces de sus leales amigos y a través de sus enemigos. Es impresionante la rotundidad de este Julio Cesar, ausente en escena. Los apoyos en la puesta en escena son sólo tres puertas antiguas y desvencijadas. Raídas por el paso del tiempo, parecen restos de la batalla de la que son testigos mudos. La iluminación tenebrista acentúa las sombras para definir las distintas escenas. Se crea una impresión visual, metáfora de una pesadilla oscura de una traición anunciada. Ambición, violencia, corrupción y venganza. Julio Cesar pone en escena una sociedad en vías de extinción. No se basa en la figura de Julio Cesar, ni mucho menos en la de sus asesinos. Se focaliza en la violencia y en su origen. Una violencia descontrolada que nace a partir de la incertidumbre, la precariedad y la crisis, que se manifiesta tanto en las decisiones de hombres «iluminados» y públicos, como en las reacciones de una masa manipulable y habida de sangre y, de héroes. La propuesta, metáfora de una cuchilla de silencio forzado, en este ambiente de bocas amordazadas y silbidos de oído a oído, constituye la opción más contundente de la traición y el magnicidio que plantea Baracco.
Un espectáculo original y único, una apuesta de riesgo llena de imaginación, que consigue conmover al público, respetando y enriqueciendo los valores de la tragedia shakesperiana por su planteamiento dramatúrgico a través de multitud de metáforas escénicas. Ejemplar utilización del espacio y precisa y magistrales interpretaciones. Espectáculo sobrado de imágenes y de significantes rotundos. En algunos momentos las coreografías son tan importantes que pareciera que estuviéramos ante una propuesta de teatro-danza. Calpurnia desesperada rueda de un lugar a otro, de unos brazos a otros en un grito desesperado. Muchos momentos para el recuerdo: la muerte de Julio Cesar simbolizada en pintar con tiza roja una silla rota es impresionante. Casca ajusticiado preso de sus actos atado a dos cuerdas que definen su punto final o la representación utilizando sombreros y flores del pueblo romano. Espectáculo psicológico en que cada personaje es reflejo de su alma con una exactitud conmovedora.
Giulio Cesare, dirigida por Andrea Baracco, de 369gradi resultó ganadora del segundo Certamen Internacional Almagro Off 2012. La compañía fue invitada a representar a Italia en el Shakespeare Globe Theatre y también en las Olimpiadas de Londres en 2012.
¿Por qué no disfrutar de espectáculos de estas características? ¿Por qué privarnos de ellos? Es factible, recomendable e incluso saludable programarlo en italiano sobretitulado en el idioma que sea pertinente. Insistamos y el público poco a poco aceptará disfrutar versiones originales de cualquier país del mundo y leerlo. Trabajemos por la internacionalización del teatro también fuera de los marcos que ofrecen los festivales o eventos especiales.