Críticas de espectáculos

Qui non c’è perchè/Andrea Molino/Comunale de Bolonia

Estreno Munidal en el Teatro Comunale de Bolonia 

Andrea Molino (1964), compositor y director de orquesta ya muy conocido, se ha dedicado desde el comienzo a un teatro musical innovador, multimedial y comprometido. Entre sus composiciones recordamos Credo (2003-2004), sobre los conflictos étnicos y religiosos, y Winners (2005-2006), sobre vencedores y vencidos. El espectáculo que acabamos de ver es también teatro musical multimedial, mejor aún intermedial, que el mismo compositor ha concebido con la colaboración de Giorgio Van Straten. El libreto puede considerarse un trabajo de intertextualidad entre diferentes fuentes y carece de una narración, confiándose la dramaturgia a las expresiones de los rostros y gestos proyectados en una pantalla. La actuación de los intérpretes se ciñe a los sonidos, movimientos, citas de textos a menudo en lenguas extranjeras, y palabras a veces fragmentadas en fonemas. Se mueven y representan a sí mismos delegando a cada espectador la elaboración de una propia percepción subjetiva. Sin duda todo colabora a subrayar la dimensión ético-política del espectáculo, que consiste en una amalgama de música, acciones y textos que estudian y profundizan el tema del mal, el mal causado por el propio hombre.

El título de la obra, tomado del libro Se questo è un uomo de Primo Levi, es leído en vídeo al principio del espectáculo por viandantes en las calles de Bolonia en los momentos de pausa de los dos luchadores que abren el espectáculo, guiados por los percusionistas situados en el escenario. «Qui non c’è perchè» (Aquí no hay por qué) es la ruda y cruel respuesta de un guardián de Auschwitz al escritor prisionero que pregunta la razón por la que le impide apagar su sed con un carámbano de hielo que cuelga de una ventana. Al final de la lucha, del techo que se derrumba, cae toda clase de escombros, que ocuparán buena parte del escenario a lo largo de la representación. El famoso performer americano David Moss, con su voz solista, guía toda la función como maestro de ceremonia, mientras numerosos jóvenes intentan inútilmente recomponer los cascotes del derrumbe.

Entre los cuadros que se suceden destacamos los más emotivos: la visión de jóvenes que juegan al balonvolea con extraños al otro lado de uno de los tantos muros que dividen a las personas: Israel, Belfast, Tijuana Beach… Otro momento mágico es la nana que Anna Linardou canta con dulce voz, pero que poco a poco se ve arrollada por la tensión que revela el más desgarrador de los delitos: el asesinato por las madres de sus propios hijos. A partir de este momento, mientras se proyectan vídeos, asume el protagonismo la música desde el foso, interpretada por la Orquesta Sinfónica del Teatro Comunale, elaborada digitalmente y entrelazada con otros instrumentos sobre el escenario, desde el que dos saxofonistas se desplazan a los palcos laterales para después recorrer lentamente el patio de butacas.

En todo el espectáculo predomina el carácter coral y en la escena final aparecen en la pantalla del fondo una multitud de caras, hombres y mujeres que buscan una respuesta a las numerosas preguntas que surgen a lo largo de la representación sobre el mal producido por el ser humano. «Aquí no hay por qué, pero nosotros estamos aquí», y, en cuanto individuos insertados en una comunidad, tenemos que intentar todos juntos reducir el mal que nos atenaza.

En lo musical el Maestro ha obtenido un gran resultado gracias a la entrega de la orquesta, a la extraordinaria ejecución del grupo BLINDMAN de saxo y percusión, al perfecto trabajo de David Moss ayudado por tres miembros del Institute for Living Voice, y a Anna Linardou, experta cantante solista de la nana griega. No queremos olvidar la apasionada participación de los jóvenes de la Escuela de Teatro Alessandra Galante Garrone.

Tanto visual como musicalmente todo contribuye a angustiar al espectador remarcando la tragedia del mundo moderno. Un espectáculo sin duda muy interesante que hubiera atraído a un público mucho más numeroso y joven de no haberse insertado en una programación de lírica con la que nos parece que tiene muy poco en común. Los escasos espectadores del segundo día de representación han seguido la performance con atención y han aplaudido repetidamente.

Magda Ruggeri Marchetti

Compositor y Director musical: Andrea Molino. Director de escena: Wouter Van Looy. Libretista: Giorgio Van Straten. Montaje del Teatro Comunale di Bologna en coproducción con el Muziektheater Transparant Anversa.


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