Guanajuato
Imagina que un relámpago te sacude mientras estás realizando una tarea cotidiana como tender la ropa.
Ese estallido eléctrico en tu cuerpo y su representación en el espacio es algo muy complicado de reproducir físicamente cuando el rayo en sí mismo tiene lugar únicamente en tu imaginación.
Visualizar eso, sentirlo y ejecutar la acción con tu cuerpo es uno de los ejercicios que Ximena Garnica propone al embarcarnos en un proyecto de instalación y performance que se representará en Brooklyn este mes de Agosto.
El entrenamiento tiene lugar en Cave (Cueva), situado en Brooklyn. Cave es el espacio de trabajo de «Leimay», compañía multidisciplinar formada por el artista japonés Shige Moriya y la artista colombiana Ximena Garnica. Cave es también su casa permanente, sala de exposiciones y performance y en general el lugar de desarrollo de todo el trabajo artístico y proyectos de este dúo.
El proyecto que Leimay se propone ahora con nosotros tiene un carácter de comunidad.
Gente del barrio, profesionales en su mayoría pero también curiosos y artistas de diferentes disciplinas que se darán cita en un jardín con el objetivo de llevar el arte escénico a la calle.
Sacar el Teatro de la sala y hacer que esa gente que a lo mejor no iría al teatro, pueda disfrutar casualmente de un espectáculo en un momento de descanso, de camino al gimnasio o al salir a tomar una copa.
Ximena y Shige creen que el trabajo y la vida son formas de arte que evolucionan con el el concepto del tiempo: Todo es efímero, presente, histórico, inmaterial; todo fluctúa y se relaciona.
La palabra Leimay es un término japonés que simboliza un momento de cambio. Como ese momento de cambio que se extiende entre la oscuridad total y la luz del atardecer, o la transición de una era a otra a lo largo del tiempo.
Leimay se cuestiona a menudo cosas que son ambivalentes en la naturaleza del ser humano y que además le sirven de estética en la búsqueda de esa transformación.
Un elemento clave en su trabajo es la transformación de espacios específicos, por lo que el espacio- a veces un cuerpo, atmósfera u objeto- y el cuerpo mismo- a veces un bailarín, un actor, un performer u objeto- se hacen fundamentales en el trabajo de la compañía.
Su obra y la extensión de este trabajo se mueve entre la escultura, el video, las instalaciones de luz y fotografía, varios cursos de entrenamiento de ‘butoh’ y la «performance».
Hace unos meses una organización no gubernamental había propuesto al Ayuntamiento de Nueva York este proyecto de realización espectáculos en jardines de Brooklyn para este verano. Tras ser una de las compañías emergentes en el festival «New Wave» del prestigioso BAM (Brooklyn Academy of Music), Leimay ha sido invitada a crear su propia pieza en un jardín.
Tras una mañana de intenso trabajo físico Ximena nos muestra las fotografías de las famosas momias mejicanas de «Guanajuato», y hace este comentario:
«Yo algo que siempre busco en mi trabajo es dignificar la muerte para poder ver la vida».
Evidentemente la mezcla de las imágenes de esos cadáveres vestidos y esa reflexión hace que el silencio se apodere de la sala.
Impresiona mucho ver esos cuerpos petrificados en el tiempo.
Son representaciones muy teatrales de la muerte y que guardan una historia muy curiosa y de gran valor antropológico.
Las momias de Guanajuato son cuerpos momificados naturalmente enterrados en su mayoría durante un brote de cólera en Guanajuato, México, en el año 1833.
La hipótesis que explica la existencia de las momias es que en muchos cementerios municipales se requería un pago por el derecho a sepultura si no se tenía contratada la perpetuidad, así que en el año 1865 del Panteón de Santa Paula se exhumó el primer cuerpo momificado, ya que la fosa en la que yacía no tenía registrados los pagos pertinentes.
Desde entonces y hasta 1958 continuaron los descubrimientos de cuerpos momificados debido a las especiales condiciones del subsuelo del lugar, sumadas a la presencia de nitratos y alumbre.
Las momias son una mera inspiración, un punto de partida para la creación que está por construirse.
Ximena juega con la teoría de que las piezas que se crean ya existen de alguna u otra manera; y que la labor del creador es descubrirlas. Como retirar las sábanas de una momia cubierta en el tiempo, apoyada en una pared.
Esos cuerpos no se mueven pero hay en ellos un halo de movimiento, un ruido interno inapreciable. Como esos barcos gigantes que vemos en el horizonte y no podemos asegurar de forma instantánea si avanzan o no…