Llega el buen tiempo
Llega el buen tiempo, el personal tiene ganas de salir, de olvidarse de los problemas, soltarse un tanto el cinturón tan constreñido durante todo el año y disfrutar de la ciudad, de los amigos, de un ratito de evasión y relax. Y llega el buen tiempo y la luz. Parece que los espacios cotidianos toman un nuevo aire, que las plazas, los rincones y callejones de las ciudades son más accesibles. Los días se alargan y la noche se convierte en una confidente que te envuelve y acoge con un abrazo sospechoso.
Llega el buen tiempo y los artistas callejeros, como Ave Fénix, inundan las calles y plazas de ciudades como Lekeitio, Zarautz, Leioa, Bilbao, Vitoria, Villarreal, Viladecans, El Ejido, Valladolid, Málaga, Gijón, Segovia, Tárrega, Aurillac, Chalon, Avignon, Stockton, Andorra, Amsterdam, Laussane, Berna, Ferrara… y tantos y tantos rincones en todo Europa, en todo el mundo.
En Italia, el Ferrara Buskers Festival, con sus 800.000 espectadores, está considerado como uno de los eventos más importantes del mundo dedicado al arte callejero. El festival alcanza y supera todas las expectativas año tras año, convirtiéndose en un verdadero motor en la economía de la ciudad, cada vez más centrada en el turismo cultural (alrededor de 1 de cada 3 espectadores afirman haber descubierto Ferrara gracias al Festival). Podríamos citar los motores económicos que supone en sus entornos Avignon, o Edimburgo, o Tárrega, por citar algunos ejemplos.
La poesía y el humor protagonizan todos estos eventos a lo ancho y largo de todo Europa. Los artistas ofrecen su trabajo en los rincones y espacios públicos de las ciudades donde se celebran con un amplio horario. Gentes y gentes, el público inunda las calles de las ciudades. Muchos de ellos distraídos y despreocupados, otros interesados, otros curiosos…hay de todo, incluidos algunos profesionales del sector a la búsqueda de talentos.
Pero estos festivales son mucho más que motores económicos. Dan visibilidad a la arquitectura y resaltan la belleza urbana. Son capaz de crear una relación diferente entre el ciudadano y lo público. Se reinventan los procesos, se generan nuevas perspectivas y se crean relaciones múltiples y distintas entre el ciudadano y la ciudad.
Las Artes de la Calle ordenan y transforman el espacio dotándolo de un dinamismo propio que genera magia y comunicación. Lo extraordinario invade nuestro cotidiano. El espacio público se convierte en el escenario ideal para reinventar los espacios, para reinventarnos a nosotros mismos, generando nuevas perspectivas. Se convierten en espacios para soñar. El actor provoca, el público reacciona y la ciudad a modo de escenario los acoge creando siempre una mirada nueva y renovada.
Llega el buen tiempo, llega la noche, llega la playa, llega el optimismo y llegan las Artes de la Calle en multitud de ciudades.