El Chivato

Cierre de la madrileña sala Sol de York

La madrileña Sol de York, una sala que había logrado crear un espacio de dignidad profesional y de programación constante, entre otras funciones importantes, cierra el próximo domingo. Reproducimos íntegro su manifetso de despedida que lleva el contundente título de «Fracasar más, fracasar mejor. Adiós a todos».

Nos vamos. El domingo haremos nuestra última función. Y después cerraremos. Definitivamente. La propiedad nos hace inviable el poder seguir con la actividad.

Gracias.

Gracias a todos los que habéis hecho de El Sol de York lo que hoy es. Gracias a las compañías que la habéis llenado de contenido y le habéis dado un sentido. Gracias a Producciones Cachivache, a Eladio Sánchez y María Jesús, a Rafa Navarro, a Raquel Berini, a Jorge Lorente, a Antonia Paso, a Pablo, a Maykel , a Mike Dosperillas a Rafa a Juanfra Rodríguez y a Alberto Castrillo-Ferrer, que desde el principio nos ayudaron a darle forma al sueño. Gracias a Chema Ciarreta y a Mariano de Paco a Hugo y a Leire, que han estado codo con codo siempre que hizo falta. A Emilio Gonzalez Sanz, que nos regaló su increíble talento y generosidad para la música, A Antonio Castro, que nos llenó las paredes por primera vez, y a todos los amigos de la prensa que se han esforzado por darnos cabida en el cada día más difícil periodismo cultural. Gracias a los amigos, como Robert Muro y su equipo de Elmuro y Asimétrica, porque sin saberlo nos hicieron mejores con sus posts, sus recursos y su amistad. Gracias a Alejandro García May, que bautizó nuestro espacio y lo hizo mágico. Y a todos los narradores que lo llenaron de historias que aún resuenan. Y gracias sobre todo al público que se ha asomado a ver lo que podíamos ofrecer y ha vuelto para disfrutar de una manera de entender nuestro arte.

Pedimos perdón por los errores cometidos, que son muchos. Por no haberlo sabido hacer mejor. Por las compañías a las que no tratamos bien, y a las que no se sintieron bien tratadas. Nos queda el consuelo de saber que cada día lo hemos dado todo. Sin guardarnos nada para mañana. Y el orgullo de haber intentado hacer las cosas de otra manera en condiciones adversas. Nos habéis hecho muy felices durante todos estos días, y hemos tenido experiencias maravillosas con personas increíbles: 2 residencias, (estamos en mitad de la tercera) éxitos como «Los miércoles no existen» o «Cuando Fuimos Dos», webseries, cortos, teatro documento, comedias, circo, cuentos, magia, exposiciones, poesía…. Si no supimos hacerlo mejor, aprenderemos. Porque hay quien lo está logrando: Kubik Fabrik, Nave 73, Teatro del Barrio, Lagrada, Kamikaze… proyectos con un sentido, con calidad y con intención. Enhorabuena. No importa irse cuando existen lugares que siguen haciendo posible soñar con que las cosas pueden ser diferentes.

A quien nos hace imposible continuar, le dedicamos las últimas palabras de Domingo Montoya, tan válidas en estos tiempos: «Habéis echado mano de subterfugios. Habéis regateado. Aquí estamos hablando de arte y vos sólo habéis visto dinero. Teníais a vuestra disposición una bella pieza y sólo habéis visto vuestro bolsillo lleno.(…) Sois un enemigo del arte y me apiado de vuestra ignorancia». (William Goldman. «La Princesa Prometida»)

En cuanto a nosotros, seguiremos por ahí, dando la vara. En palabras de Beckett, «fracasando más, fracasando mejor», hasta acertar. Porque cualquiera que haya pisado una sala de ensayos sabe que no hay otra manera de hacerlo en nuestro oficio. Una vez le oí al gran Pepe Viyuela decir que en esta profesión «hasta para hacerlo muy mal, hay que trabajar mucho», hablando del respeto que tiene a los artistas. Así que cuando entréis en una sala o un teatro, acordaos de que también el empresario, el de producción, el de gestión, el de prensa, el técnico o el taquillero vencen todos los días sus miedos, se enfrentan a sus deudas y sus dudas, ganan la batalla a la mediocridad imperante y que también ellos, como los artistas, están hechos «de la misma materia que los sueños»

Todas

Toda una pared llena de vuestras opiniones. Las hay hasta buenas

Cerramos. Gracias a todos. En palabras del gran dramaturgo Luis García Araus:»Adiós a todos» o en las del inmortal Mihura: «¡Hoop!»

Y el infierno para los cobardes.

Vale.


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