El teatro como espacio honesto y político
El teatro es vandalizado, la política también.
El teatro es banalizado, la política también.
El teatro sobrevive con la carga de honestidad que cada uno esté dispuesto a dar, ese lugar que preserva lo genuino. Cuando cuestionamos los paradigmas que nos han fosilizado la verdad, y reclamamos verdades acordes a los momentos históricos, ¿se puede hacer un Brecht hoy en teatro desconociendo el conflicto de Israel y Palestina?¿ El teatro puede estar encapsulado en la ficción cuando habla de hechos históricos y políticos de otro tiempo?
¿Hasta dónde la ficción hoy es real y lo real se ficciona en cada edición mediática?
La línea delgada entre fronteras: ¿qué es qué, quién es quién, cuándo es cuándo?
¿Cómo se reciclan los procedimientos escénicos para tener la verdad a nuestra merced?
La honestidad es un camino, el recorrido de lo genuino, el mecanismo de ser, de limpiar lo ajeno,las construcciones, los datos, las referencias, las dependencias, lo establecido, el ojo que mira, la crítica que escribe, el jurado que premia, el concurso que avala, la legitimación pública, la vanidad y sus múltiples relatos.
La honestidad ,¿ se entrena? Uno, sólo uno, a solas con uno, despojado de las frivolidades diarias, del hiper consumo, uno a solas, debe ir por ese sitio, por ese ser genuino que aún se esconde, o protege, resguarda. Ir por él, por esa zona fértil y desde ahí producir, sin importar nada más.
Uno no debe pensarse en cada movimiento, elección, y acompañar cada gesto creativo, en reflexión, cada acción en ficción dialogando con lo real, empapado, empapada de situación, circunstancia, el suceso. Lo que se vive. La dramaturgia contemporánea tiene que ver con ese pulso, y ¿cómo se mide la temperatura? La dramaturgia ya no es solamente organizar un texto, decidir un relato, un lenguaje, los personajes. La dramaturgia también sucede cuando habla a solas entre lo que decide dar, lo que decide exponer, y desde donde uno elabora su discurso, desde donde uno edita sus ideas, y le pone contenido a las imágenes que nos persiguen.
La dramaturgia también es el diálogo con la academia, con la teoría, con los pedagogos y los estudiantes, con las miradas contemporáneas sobre la creación. Dramaturgia también son los pliegues del nuevo lenguaje híbrido, Donde las palabras ya no pertenecen a una forma realista, absurda, hiper, la gente se libera e intercambia vocabularios de procedencias distintas. Viven en libertad. Las palabras rompen formas y trafican sin pagar impuestos. Es el auge de la escritura y sus dilataciones. Dramaturgia es pensar las combinaciones, alianzas, los socios, con quienes pondremos la palabra, al lado de quién, con quién.
En épocas de crisis para preservar la honestidad, el teatro sigue siendo un reservorio para alimentar el tesoro más preciado de los seres humanos.