No siempre coinciden las imágenes que uno proyecta sobre algunos parlamentos, ya sean de ficción o reales, ¿habrá diferencia? No. La línea delgada se dilata y se llena de pliegues.
Ultimamente realizo un ejercicio que comparto con alumnos y actores.
Escucho conversaciones en la calle, casuales ,o en sitios. Por ej: el otro día, estaba en una tienda, probándome un vestido y escucho una conversación entre una clienta y la vendedora. Me generó curiosidad el tono de voz de la clienta, la forma como acentuaba algunas frases, la intención subrayada sobre cosas que yo nunca hubiera acentuado. Entonces decido quedarme ahí, escuchando, sin ver, hasta el final de la conversación, como ejercicio de construcción visual desde lo sonoro, sin otro dato más que la voz y sus matices.
Salgo y las miro. Obesrvo detenidamente a cada una. La clienta no coincidía en nada con lo
que había imaginado, proyectado.
Esa noche en la clase, les hice la propuesta a mis alumnos. Les conté el relato intentando reproducir la voz, y el mismo texto. La mayoría coincidían en un estereotipo que luego no resultó ser el real. Entonces, ¿cómo se construye verdad sobre un personaje cuando estamos tan contaminados sobre los clichés?¿Es posible tener imágenes propias, genuinas, sólo propias? El ejercicio lo sigo aplicando, el otro día escucho una conversación en la calle, en esta ocasión eran dos hombres jóvenes que venían detrás de mí. Y actué igual, ahora, no me di vuelta para verlos hasta que consideré que tenía la suficiente información.
Sucedió lo mismo conmigo ,y luego cuando lo compartí con mis actores.
Uno debería trabajar mucho más con este tipo de procedimientos, la observación cotidiana sobre cosas concretas es muy fértil pero son solamente para nutrirnos de lo real, sino para reflexionar sobre los estereotipos instalados que cada uno porta. Es algo simple, accesible, vasto, gratis, se puede hacer en la ciudad donde uno vive. Yo lo incorporía como material de estudio en la formación actoral. No trabajamos tanto con el suceso real, hablamos mucho sobre él, pero es más el comentario que la práctica o el uso directo de las fuentes para meditar sobre cómo estamos. Diagnosticar. Una buena forma de diagnosticarnos, desde la corroboración directa,y palpar en vivo, nuestros prejuicios.
Uno debería proponérselo y salir en búsqueda de esos parlamentos de la misma forma que sale en búsqueda de otros formatos que nos nutren y nos permiten crecer.
