Jota Linares dirigie ‘¿A quién te llevarías a una isla desierta?’, obra escrita junto a Paco Anaya que se estrena en la sala Nave 73 de Madrid el 7 de noviembre y estará en cartel hasta el día 28.
Una pregunta sencilla y que casi todo el mundo se ha hecho alguna vez en la vida es el punto de partida y da nombre a la obra que dirige Jota Linares, ‘¿A quién te llevarías a una isla desierta?’. Pero esta pregunta aparentemente inocente se convierte en un juego de doble filo que provoca, en el día más caluroso de los últimos 20 años, que la vida de cuatro amigos cambie para siempre. Marcos, Marta, Celeste y Eze son amigos desde hace demasiado tiempo. Llevan doce años compartiendo sueños, secretos y fracasos entre las paredes de un viejo piso de Madrid. Hoy es el día más caluroso de los últimos veinte años, también es el día en que dejarán de vivir juntos aunque cada uno guarda sus propios secretos. Un juego, en apariencia estúpido, cambiará la vida de todos ellos de una manera en que ninguno esperaba.
‘¿A quién te llevarías a una isla desierta?’ es un retrato generacional de unos jóvenes, a punto de entrar en la treintena, que se enfrentan a algo para lo que no estaban preparados.
¿Qué ocurre cuándo todo en la vida te ha preparado para triunfar pero no para fracasar? ¿Qué pasa cuándo te enfrentas cara a cara a qué no eres la persona entre un millón? Utilizando como metáfora la ola de calor que sacude el país a finales de un junio cualquiera, el libreto ahonda en las relaciones de unos personajes que descubren que sus secretos los definen mucho más que las caretas que usan frente a los demás. Pero ‘¿A quién te llevarías a una isla desierta?’ es, sobre todo, una historia de amor y desamor que cambiará la vida de cuatro personas de la manera más ridícula, absurda y profunda que uno podría esperar.
La clave de la obra es intentar colocar frente a un espejo a los jóvenes actuales, hablarles de sus triunfos, de sus miserias, de sus sueños que conseguirán y de los que nunca alcanzarán. Es una obra divertida en su acidez y amargura, como los tiempos que nos ha tocado vivir.
