Pasan los meses, están pasando años y todo sigue igual. La desidia ministerial con respecto al IVA cultural es insultante. Todas las asociaciones profesionales relacionadas con el sector se están moviendo, argumentando, gastando dinero en estudios, empleando tiempo en reuniones… Empresarios, promotores, espacios escénicos, compañías pequeñas, gentes del audiovisual, gentes del cine, artistas… Nunca una medida tomada por un ministerio, con minúscula, por lo pequeño y por lo incapaz, había unido a tantas personas y entidades en menos tiempo. Pero no importa, todo sigue igual. Les da exactamente lo mismo. El desprecio hacia los artistas de SU país es vergonzante y triste, muy triste.
Mientras, inventan parches para disimular, para que parezca que hacen algo. Pusieron en marcha PLATEA. No han explicado los resultados obtenidos pero pintan vastos. En muchos espacios no han llegado a recaudar lo mínimo exigible y muchas compañías se han quedado con el 65% del cachee. Es decir, una vez más a perder los de siempre: artistas, productores pequeños, compañías independientes… Otro fiasco más… y suma y sigue. En un sector tan castigado como éste, una pequeña lucecita se enciende y acaba en incendio. En PLATEA como máximo cada propuesta podía realizar 12 funciones. No es difícil darse cuenta lo que suponen 12 funciones a la hora de amortizar y explotar un espectáculo de teatro. Poco. Claro que se entendió como una ayuda, como un pequeño apoyo. Apoyo que da toda la impresión que se ha convertido en una debacle para muchos colectivos que han tenido que hacer esas funciones en unos costes inviables. Si estaban mal …a peor después del periplo por PLATEA. Y no pasa nada, todo sigue igual.
Las subvenciones se mantienen a la baja, en un café con leche para todos, café frío y con la leche cortada. Los criterios se fotocopian de orden a orden, funcionen o no funcionen. Sean justos o no lo sean, respondan o no a los objetivos. Claro, ¿que objetivos?… Buena pregunta. Convocan comisiones, de paripé, anuladas automáticamente por ellos mismos. En la práctica, la «cocina» que se emplea es tan sibilina y compleja que cualquier parecido con la realidad es pura coincidencia. Los resultados… un chiste. Pero no pasa nada, todo sigue igual. Lo único que pasa, que pasan… los años.
