Carpetazo al 14
Se ha ido el 14. Han pasado muchas cosas, muchas imágenes, muchos espectáculos. Luces y sombras. Presupuestos escurriditos y a la búsqueda de voluntades para ir consiguiendo ganar pequeñas batallas que permitan mantener la dignidad y si se puede un poco de distinción.
En lo político nada nuevo. La estrategia del Gobierno de Rajoy de aniquilar las artes escénicas españolas sigue su curso implacable. El IVA al 21%. Subvencionan a los suyos por aquí y por allá, sin disimulos. ¿Para qué? Siempre cumpliendo la Ley, la que confeccionan y aprueban ellos a medida, a su medida. Se inventan PLATEAS, que todo el mundo critica pero que nadie se atreve a rechazar, o muy pocos. Programas que sirven para tres cosas: maquillar una política cultural destructora, ofrecer diez funciones a las grandes productoras en lugares impensables para ellos y hundir al resto. Y tan contentos…los programadores de rodillas, los artistas de rodillas y todo quisqui de rodillas en un país en el que la religión ha debido entrar con fuerza…porque están todos de rodillas. Menos algunos, menos mal. Han surgido fenómenos nuevos. Porque la gente está harta, porque mienten con todos los dientes pero ya no se les cree, porque lo que hacen es conocido y no gusta a nadie, porque dan asco. Se van a ir, les queda un cuarto de hora a estos lumbreras, los del esfuerzo, el de los españoles, el impuesto por ellos hacia todos los demás. Desprecian la cultura y el teatro, lo detestan, lo temen, lo quieren erradicar de España, les molesta profundamente. Son censores, son nostálgicos ya que han recuperado la gloriosa Inquisición y llevan ya tres años quemando brujas con o sin escoba.
En lo artístico…menos mal que todavía estos locos siguen haciendo espectáculos, me quedo con unas cuantas joyas. Se me olvidarán otras y otras muchas que no he tenido la suerte de disfrutar. Me emoció el Giulio Cesare de Andrea Baracco, un nivel excepcional. Goyo Jiménez y Asier Etxeandia entran en el firmamento de las estrellas con luz propia, ¡qué cracks!. Regresé al Circo Raluy y se mantiene en un marco poético difícilmente superable. Siguiendo con el circo, me sorprendieron las gente de Cirque Zanzibar con su Blast en Manizales y como no Finzzi Pasca con La Veritá en la Scene Nationale de Baiona. En Artes de la Calle Thomas Chaussebourg danza con su caballo en Ma bete noire, excelente. En el capítulo de sorpresas agradables, por supuesto, citaría a La Maldita Vanidad de Colombia, Vaca 35 de México, Matías Umpiérrez de Argentina, Cie Antípodes de Francia con una propuesta comprometida entre danza y teatro en espacios no convencionales reivindicando distintos rolles de la mujer. Espectáculos necesarios. Como necesario es La Escuela de los Vicios de Morfeo Teatro basado en los textos políticos de Quevedo. Teatro Necesario para el público, ¿lo entendemos?, innecesario para muchos políticos, y por lo tanto, ninguneado. En danza, el Ballet Sodre de Uruguay dirigido por Julio Bocca dejó huella en su gira europea. Titanium de Rojas&Rodriguez es diferente, magnífico, realmente excepcional. Como excepcional es Torobaka de Israel Galván y Akram Khan. Son de otra Galaxia. Como de otra Galaxia es Los miserables de Stage, ¡que grande!. Por cierto, felicidades por los 15 años en la batalla. Descubrimos el concepto de la Opera china de Pekin en Tianjin. Realmente es otro mundo.
Para finalizar, me quedo con dos cosas: con el homenaje íntimo a Mikel Laboa por parte de Tanttaka en Zazpi aldiz elur y con en el homenaje-despedida por parte de actores, actrices, amigos y compañeros a Koldo Losada tras su trágica desaparición de este mundo. Notas para Koldo, fue un auténtico, sentido, sencillo y muy emotivo homenaje en un Teatro Victoria Eugenia tomado completamente por más de 500 artistas para despedir a un «grande» de la escena vasca.