¿Qué es más importante, la forma o el fondo?
Como suele suceder en cualquier área del comportamiento humano, depende del ámbito en el cual se esté planteando la pregunta.
Si se trata de vender un yogurt para niños, sin duda la forma es la más importante porque colores fuertes y el personaje de moda pueden más que un buen sabor o su aporte energético, mientras que en un esquema científico debe ser lo más unívoco posible sin admitir ningún tipo de interpretación diferente a la esperada.
En poesía en cambio, es una armoniosa combinación de ambos dejando abierta la posibilidad de que el mensaje se vea enriquecido libremente por la imaginación y el sentimiento del lector. Hoy en día en que la velocidad desmedida parece ser la medida de la vida, la tecnología está ayudándonos a crear un nuevo tipo de comunicación o en la opinión de los más ortodoxos, deformando el lenguaje. Se está creando un metalenguaje aún no aceptado por la academia.
En la en la transmisión de un mensaje se está priorizando el fondo por sobre la forma, aunque en muchos de los millones de mensajes que salen de los teléfonos mal llamados inteligentes, de fondo no haya mucho.
Se cambian letras y se eliminan otras para acortar frases, confiando que el interlocutor las entenderá perfectamente. La ch, la h, la ll, parecen ser especies en serio riesgo de extinción que deberán ser rescatas por bibliotecas así como hoy tratan en vano de hacer algunos zoológicos encerrando animales tras las rejas para salvarlos de su mayor depredador, el hombre.
El alfabeto se ve disminuido en pos de escribir y leer más rápido y la cantidad de palabras utilizadas se reducen al mínimo siendo remplazadas algunas ideas por escuetos dibujos llamados emoticones queriendo representar emociones y situaciones varias.
En un tiempo no muy lejano esas largas tertulias bohemias animadas por vino a granel capaz de inspirar la más bella poesía, serán remplazadas por el nuevo lenguaje de un poderoso híper texto mal escrito pero eficaz a la hora de transmitir un mensaje de manera veloz.
En los chat son muchas las gallinas cacareando al mismo tiempo y a pesar de todo se logra una comunicación poco legible para quien no ha nacido con la tecnología en la punta de sus pulgares.
Actuar sin pensar y escribir sin pensar se han transformado en la tónica de nuestro día a día.
¿Será por eso que se nos hace cada vez más difícil comunicarnos con un ser de carne y hueso parado frente a nosotros y se nos hace de Perogrullo chatear incluso con desconocidos?
La híper conectividad actual que teóricamente nos da más tiempo para nosotros mismos al facilitar procesos, nos está robando la posibilidad de compartir vida con otros. Un teclado no podrá remplazar la calidez de un apretón de manos, una imagen no puede mostrarnos la emoción de una mirada ni un mensaje multimedia tendrá jamás la capacidad de transmitirnos la sutileza de los silencios más elocuentes que las palabras.
Es imposible que la seductora tecnología de un paso al lado para que la riqueza del lenguaje se perpetúe en el tiempo. Debemos aceptar su influencia y debemos asimilar los nuevos verbos tales como googlear, chatear, navegar, así como algunos adjetivos que debemos dominar para no pasar como ignorantes o retrógrados.
La metodología implícita en los nuevos medios tecnológicos contemporáneos de comunicación llegó para quedarse y ser un trending topic sostenido.
Y si no lo creen, googleenlo y verán como todo esto está muy bien explicado en wikipedia.
