Estreno de ‘Sueños y acantilados’ de Alejandro Sly en el Espacio Cultural Pata de Ganso de Buenos Aires
Con dirección de Mónica Maffia, el montaje ‘Sueños y acantilados’ se presentará el sábado 14 de febrero en el Espacio Cultural Pata de Ganso de Buenos Aires (Argentina). Alejandro Sly firma la dramaturgia de la obra. En cuanto al reparto, lo componen: José Miguel Gallardo Valdés, Aitor Miguens, Ezequiel Fernández, Ramón Pólvora, Gigi Courtade, Mhoris Emm y Paz Castro Corbat.
En la historia, Irineo atribulado se encuentra solo en un sótano. Para salir de este encierro se dispone a soñar dando comienzo así a una serie de navegaciones oníricas por distintos espacios y tiempos, en donde se dará lugar a que se exprese lo más íntimo de la naturaleza humana: lo trágico, lo cómico y su capacidad de sublimarse. En definitiva Irineo sale de su encierro para que la vida se muestre en la más porosa de sus realidades, múltiple y salvaje.
En palabras de la directora: «El gran desafío para la puesta en escena era lograr un texto espectacular que facilite la comprensión del público y permita decodificar qué situaciones son reales y cuáles son construcciones oníricas que se vehiculizan más que en acciones, en un viruosismo retórico. Una forma de resolver esto fue a través de un sencillo pero claro código visual. La plástica escénica con una paleta de colores que se manifiesta en la escenografía, la iluminación, la caracterización y el vestuario, obedece a criterios que si bien sostienen el juego de equívocos que plantea el texto, ubican con claridad al espectador en las peripecias de los personajes». Mónica Maffia explica que «otro desafío de la puesta en escena tiene que ver con que el texto casi no presenta didascalias. Entonces me surge una pregunta clave: ¿cómo lograr que se vean los movimientos del alma? Al ahondar en el texto aparecen otras capas significantes, que se nutre de ironías, despliega una visión espiritual de la vida y se manifiesta a través de poemas. La respuesta entonces es subrayar el humor de la obra y la emoción. A través del trabajo que hicimos con los actores para darle carnadura a estas situaciones, empezó a fluir el texto íntimamente ligado a las acciones. Nos reíamos y nos emocionábamos en los ensayos, esa fue una excelente señal de que íbamos por buen camino».