Agobio
A veces el peso del agobio nos aplasta hasta inmovilizarnos porque simplemente no somos capaces de mover ese peso o no buscamos la ayuda necesaria para hacerlo. La pareja, la familia, el trabajo, los impuestos, una multa de tránsito, si cada uno de estos factores puede llegar a ser insoportable por sí solo, cuando dos o más de estas pestes se confabulan para crear un pequeño infierno personal, la situación es crítica. Cualquier tipo de descripción sería un vano intento pues la intensidad de un sentimiento es imposible de cuantificar, solo se puede sentir. Del infierno solo existen dos salidas posibles. La primera es renunciar a todo y quizás aparecer a la mañana siguiente en alguna publicación de la prensa amarillista como un nuevo protagonista de un drama humano que terminó con su vida, hecho que desde siempre ha despertado el morbo de la sociedad y vendido muchos periódicos. La segunda es mucho más compleja pues se requiere de voluntad para revertir la situación y salir del hoyo negro en el que uno se encuentra. Alternativa imposible si se la mira desde el fondo del hoyo, pues el peso de las dificultades también nos ha cerrado los parpados impidiéndonos ver más allá de nuestros problemas. A respirar hondo, contar hasta diez, once o doce si fuese necesario y a buscar la salida. Quizás sea bueno hacer una pausa, dedicarse a lo que sabemos nos gusta y una vez oxigenados, re comenzar. Que mejor comienzo que una creación. Y cuando digo creación no me refiero necesariamente a una ópera prima de repercusión mundial que se transforme en un hit, un guión para una película ganadora de un Oscar de la academia, un nuevo clásico de la literatura universal o un cuadro que opaque a la Monalisa. Basta con hacer un par de trazos sobre un papel, escribir pocas palabras, sacarle una foto al cielo o simplemente tararear una canción sin mucha afinación. Crear es materializar los sentimientos en algo que trascienda al pensamiento para después de que la creación sea independiente de su creador, se transforme en motivo de orgullo del cual podemos obtener la energía positiva necesaria como para que los problemas pasen a ser solo un mal recuerdo. Si el agobio se considera como la peor de las maldiciones solo puede llevarnos a conductas con resultados nefastos, en cambio si se considera como un nuevo comienzo, solo cosas buenas pueden surgir de ello. Los grandes creadores, al igual que todos nosotros, han pasado por esos momentos obscuros pero solo los gigantes han sabido aprovechar esa oportunidad para salir fortalecidos y generar los grandes clásicos del arte mundial. Es cierto que algunos han terminado con sus vidas siendo muy jóvenes y se han trasformado en leyenda. ¿Pero qué pasó con toda esa creatividad desperdiciada por no saber sobreponerse a los problemas? ¿De qué grandiosa riqueza artística estaríamos, disfrutando hoy si esos creadores se hubiesen sobrepuesto al agobio a través de su genialidad creativa? Ante los problemas todos somos capaces de tomar uno de los dos caminos; el de terminar con todo y el de re comenzar a través de la creación. Todos somos por naturaleza creadores. Transformemos la creación en nuestra forma de vivir a plenitud con los problemas que no podremos evitar pero que si podremos resolver con la creatividad suprema que por siempre ha caracterizado al ser humano.