En infinidad de ocasiones nos movemos con prejuicios que generan perjuicio. En ocasiones la comercialidad en el teatro se considera un mal a extirpar o un daño irreparable al Arte. Que un espectáculo obtenga el beneplácito del público o consiga unos buenos resultados en la taquilla se considera como una pequeña traición a Dionisio. Parece que únicamente la desgracia nos purifica o nos aporta la garantía y el label de calidad con o sin fecha de caducidad. Pero no es cierto, existen muchos ejemplos de calidad, interés, compromiso y éxito con el respetable.
Lolita Flores defiende con uñas y dientes La plaza del diamante. Una mujer se siente perdida en la Barcelona de posguerra… Sentada en un banco añoso de una plaza de verbena, Lolita da vida, y sobre todo voz, a la Colometa más tierna y real en esta adaptación de Joan Ollé de la magistral obra de Mercè Rodoreda. Interpretación de garra con un tema comprometido que se mueve en territorios tumultuosos entre un texto con mucha enjundia, una puesta en escena sin demasiada acción y una interpretación que aprovecha esa voz para que de entre todo ello resalte y tome brillo un texto muy potente. La autora está considerada como una de las más influyentes en lengua catalana de su época. Desgraciadamente no es tan conocida como merecería a pesar de que su obra ha sido traducida a más de 15 idiomas. La plaza del diamante es una de las novelas más bellas publicadas sobre la Guerra Civil.
Verónica Forqué regresa a los escenarios al frente de un reparto extraordinario para protagonizar la función de Broadway que ha sido un éxito en todo el mundo, Buena gente. Llena de humor, emoción y sensibilidad, Buena Gente explora los desafíos, las lealtades y los deseos que una persona adulta, normal y corriente, debe transitar para no bajar los brazos en la búsqueda de una nueva oportunidad para su vida. David Serrano dirige esta comedia agridulce. Director y guionista de cine ha realizado varias incursiones en el mundo del teatro dejando trabajos tan interesantes como este que nos ocupa, o sin ir más lejos, en 2014 Lluvia constante protagonizada por Roberto Álamo y Sergio Peris-Mencheta. En Buena gente se tocan muchos aspectos de nuestra sociedad pero la idea de que nada es blanco o negro, de que no hay personas maravillosas y otras deleznables es una constante en toda la obra. Todos tenemos un poco de Dr. Jekyll y también de Mr. Hyde. El ser humano está hecho de claro-oscuros. Nada es lo que parece…o sí. Verónica está estupenda, maravillosa como siempre. Sigamos la estela teatral de David que parece que nos dará más de una grata sorpresa.
El aposento de una fonda de principios del siglo XVII. Entre burlas y engaños cuenta el pícaro su vida a la posadera, y ella, descreída de que él sea quien dice ser, queda atenta a su relato, a sus largas manos zalameras, y a darle escarmiento, sino demuestra ser el verdadero Buscón de Quevedo. Francisco Negro y Mayte Bona en escena interpretan La vida del Buscón (o Historia de la vida del Buscón, llamado don Pablos; ejemplo de vagamundos y espejo de tacaños). Única novela escrita por Quevedo sigue la línea de la picaresca iniciada por el Lazarillo de Tormes. El Buscón asume sus propias acciones siguiendo a pie juntillas su propia voluntad. Quevedo no intenta moralizar ni aleccionar. Queda patente la dificultad de ascender en la sociedad, lo imposible de cambiar de clase social independientemente de la conducta de cada cual. Personajes grotescos, no realistas, que rozan el esperpento. Quevedo en estado puro de la mano de Morfeo Teatro, magnífica compañía especializada en teatro, en clásico, en clásico contemporáneo porque no puede ser más contemporáneo y moderno un texto hasta que no cae en las manos de Morfeo, que no da una puntada sin hilo o sin nudo.
Son únicamente un ejemplo, que perdonen otros tantos no mencionados en este artículo pero ojalá cualquier espectáculo que mereciera llenase los teatros.
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