«No hemos conseguido que la cultura forme parte de los hábitos»
Me han citado en el Palau de la Virreina, pequeño palacio a mitad de recorrido de las Ramblas barcelonesas, que desde hace años es centro logístico del ayuntamiento de Barcelona para muchas de las acciones del departamento de cultura. Subo a planta, y llego a su despacho, el espacio justo para su mesa de trabajo y una mesa para sentarse 3 personas a su alrededor, justo, justo pero con su ventana de luz natural. Me pregunto qué parte de las acciones artísticas del Festival Grec se han cocinado en esas 4 paredes o, sospecho yo, que la mayoría entre bambalinas, plateas y escenarios.
Ramón Simó es de mediana edad, de esa que ya no eres joven, pero te queda mucho mucho para ser de la tercera edad. Traspasa energía y efectividad, y no por eso anda con prisas para la entrevista, sino con un tempo justo y agradable para ir al grano.
Anna Jarque- ¿Qué no querrás que te pregunte?
Ramón Simó- Pregunta lo que quieras, -sonríe incrédulo como pensando «¿esta qué me cuenta ahora?»-. ¡No tengo manías! ¡Creo que ya me ha pasado de todo!
AJ- Bien pues, ¿qué me cuentas de tus amores y desamores….?
RS- Aah, ja, ja…….
…hecha la bromita fácil, me centro:
AJ- ¿Te sabe mal que te puedan conocer como director del Festival Grec y no por todo tu trabajo como director teatral? (¡invito a nuestros lectores que investiguen!)
RS- No. Creo que cada cosa tiene su lugar y su espacio. La gente que me conoce y ha ido al teatro los últimos 30 años, ya sabe quien soy. Y quien no, ¡todavía están a tiempo porque sigo trabajando! Está claro que al ser director de un festival tan importante, la presencia mediática es mayor. Como también ser director de una sala o de un festival, tu presencia es más continuada. Y cuando diriges una obra siempre va en relación a la promoción de esa obra, si estás de gira… Claro que he hecho cosas, ya en Fira Tàrrega, como asesor artístico en el Teatre Nacional…, y muchos espectáculos como escenógrafo, como director teatral; …la carrera es compleja y variada.
AJ- …que ahora debes compaginar menos de lo que querrías…
RS- …que ahora puedo compaginar menos de lo que querría -asiente con la cabeza. El Grec trae más trabajo de lo que querría. A ver, voy haciendo mis espectáculos, pero si antes hacía tres montajes al año, o no-sé-cuantos había llegado a hacer, ahora sólo puedo dos, o incluso a veces uno. Como soy director y escenógrafo voy combinando ambas cosas -con su expresión añade: «es lo que hay!»-. Siempre tengo un pie en el escenario, no dejo de tenerlo, entre dirección, escenografía o ensayos….si no, me moriría -ríe para esconder su sincera confesión, pero ya está hecha.
«Los tres objetivos: Teatro del presente; Un público cada vez más amplio; Internacionalización»
Esta es la cuarta edición que Simó dirige el Grec.
AJ- Después de 4 años dirigiendo el festival, ¿qué sorpresas y qué decepciones te has encontrado?
RS- Yo creo que he tenido más bien sorpresas -ahora su tono de voz es más grave-. A ver…yo llegué aquí con un proyecto, un proyecto que trata de trabajar el teatro del presente, que yo llamo, el teatro contemporáneo, el teatro vivo. Eso no quiere decir sólo teatro de vanguardia, sino teatro que habla del presente a través de múltiples lenguajes, que además sí hay una voluntad de ir hacia estéticas contemporáneas, modernas. Este teatro moderno. Y el segundo objetivo era que este teatro fuera más abierto y más popular pero sin renunciar a estas estéticas contemporáneas. Al contrario. Acogiendo lo mejor de este teatro contemporáneo para que llegue a un público cada vez más amplio. Y la tercera línea u objetivo era la internacionalización. Es decir, la posibilidad de formar parte de este concierto internacional de la cultura escénica – (me gusta este concepto)-, que a veces a la compañías de aquí nos cuesta…, nos cuesta. Nos cuesta mucho. -Silencio breve e intenso. Simó coge aire y sigue:- Umm, yo creo que en los tres ámbitos he tenido sorpresas, y sorpresa agradables. O sea, tengo poca cosa de la cuál arrepentirme, evidentemente hemos hecho unos cuantos errores que hemos corregido -sonríe como recordando alguna trastada-, como ha de ser ¡porque nadie nace enseñado! Pero, en cambio, estoy muy contento de cómo hemos ido ampliando público -su semblante es serio y conciso-, de cómo hemos ido sensibilizando en este teatro del presente o de estas artes escénicas del presente, y de cómo va consiguiendo poco a poco que cada vez tengamos más participación internacional, más coproducciones e intervenciones internacionales y más presencia de nuestras compañías a nivel internacional. Todo esto se ha ido haciendo -(entiendo yo por su gesto «elaborando», «construyendo»)-, tranquilamente, modestamente, porque tampoco no somos Avignon ni Edimburgo…
AJ- ….¿querrías serlo?
RS- No necesariamente, no son un modelo de festival que me interese….quizá obsoleto. -Aclara su respuesta:- Al contrario, parto de una base en la que la cultura, y sobretodo la cultura escénica, es como una conversación. Ha de haber intercambio, posibilidad de mostrar cosas, no necesariamente pasa todo por el star-system.. Edimburg y Avignon son festivales fantásticos, maravillosos, puedes encontrar cosas estupendas…no sé si responden, si son válidos, el mundo cambia, todo cambia, las cosas cambian, y nosotros intentamos desde la modestia hacer como una cosa más ágil, más viva, con más movimiento.
«Cualquier texto clásico te sirve porque los humanos evolucionamos poco (…). Pero no puedo hacer de Aristóteles el teórico de la sociedad contemporánea»
AJ- Cuando dices obras del presente, bien hay obras clásicas que son más presentes que nunca. Al fin y al cabo las emociones….
RS- No -Simó es tajante y claro-. Yo no creo que las obras del pasado sean más presentes que las del presente.
AJ- …más presentes no. ¿Pero al fin y al cabo las emociones y algunas situaciones no son las mismas?, ¿no se repiten?
RS- …hombre…pero siempre en general. Vamos a ver, Shakespeare es un sabio, a mí me encanta Shakespeare, ¡que quede claro! -y ríe, y así os lo explico-. Me gusta mucho. Pero me gusta mucho desde una perspectiva. Shakespeare….a mi, por ejemplo, el amor de Romeo y Julieta a mi no me sirve pa-ra-na-da -(yo también dejé los quince años hace más de treinta años…)-, es decir, actualmente, y esto es muy duro de decir, y sobretodo ahora que llega el aniversario de Shakespeare, ¿es bonito? Sí. ¿Es una historia fantástica para leer? Sí. ¿La puedes disfrutar? Sí -Suaviza su volumen:- Pero no habla del presente. Podemos esforzarnos tanto como queramos. Claro ¿qué pasa?, pasa que todo esto son los márgenes de la generalidad. Es decir, cuando tú hablas en general de la condición humana, cualquier texto clásico te sirve porque los humanos evolucionamos poco. Evidente -y ríe-. Claro, leo a Aristóteles y me sirve mucho. Desde un cierto punto de vista. Pero no puedo hacer de Aristóteles el teórico de la sociedad contemporánea. -Otra vez baja el volumen y se concentra aún más:- De la misma manera que yo entiendo que los filósofos griegos no pueden ser los actuales…
AJ- …¿descriptores?…
RS- …descriptores de la sociedad contemporánea, tampoco Shakesperare puede serlo. Entonces a partir de aquí….
AJ- ….lo reivindicas…
RS- …Lo reivindico como una especificidad del festival. Soy un gran admirador de la cultura clásica, y tengo una cultura clásica muy bien formadita y reglada -ríe a carcajada limpia-, ¡sí, de verdad! de profesión soy filósofo, bueno, debería serlo -sigue riendo (Simó es licenciado en Filosofía y Ciencias de la Educación por la Universidad de Barcelona -facebook.com/notes/grec-festival-de-barcelona/ramon-simó…-). Uno de mis autores de cabezera es Goethe. Pero una cosa no quita la otra. Cada cosa tiene su espacio y su momento. Y en este sentido por ejemplo, yo sería más partidario de Nietszche y «las tempestades», donde dice que tanta referencia y dependencia del mundo clásico acaba enseñando la vida de nuestra impotencia, de nuestro poco atrevimiento a la hora de formular el mundo y hablar de él. Hasta qué punto los clásicos son coartada de muchas cosas, es una cosa donde está todo por hacer, todo por decir. A pesar de todo el teatro clásico, las formas teatrales han de evolucionar, adaptarse al tiempo, adaptarse a las personas, como ha sido siempre, no me invento nada, siempre han sabido adaptarse a cada momento y hemos de trabajar para ello. Porque si queremos tener público, si queremos que el público venga al teatro, hemos de hablarle también en su lenguaje, el lenguaje que le es propio, el lenguaje que esta viviendo en todos los sitios. En el caso del festival pasé más radicalmente a buscar la dramaturgia…, va, dije, vamos a buscar más el presente, vamos a hacer un festival que hable de esto, de aquello, ¿por qué? Porque clásicos ya hacemos en todos los demás teatros. Teatre Lliure, Teatre Nacional de Catalunya, Liceu, Romea…todos los teatros hacen clásicos. Y el año que viene -mira en la lejanía-, que será el año Shakespeare……-remueve cabeza, cuerpo y mano graciosamente-: ¡nos podemos preparar!
AJ- ¡¿En el Grec habrá Shakespeare?! -(…yo pregunto, ¡¿no?!)
RS- No creo -con mirada pilla-, …..tendremos que hacer algo divertido …¡Pero siempre hacemos alguna! -piensa quizá en la programación presente….por lo de programación…y por lo de presente…!-, una cosa es la linea de orientación del festival, la otra es que el festival es muy grande y servimos a mucha gente. No hacemos sólo lo de la línea básica del festival, esa es la mayoritaria, es la que lo define, pero a mi me gusta colocar en el festival alguna pieza de origen clásico. Cada año hay una o dos obras que están basadas en algún autor clásico.
«Quizá la decepción es un poco esta: haber constatado que Barcelona tiene menos interés por la cultura del que yo pensaba»
AJ- Antes te he preguntado sobre sorpresas y decepciones, no si te arrepientes de algo. ¿Han habido decepciones?
RS- No. Decepciones decepciones no. No porque las cosas que no me han gustado la hemos corregido y ya está. Tengo tendencia a ser pesimista racional y optimista voluntarioso. Esta voluntad optimista. Esto es voluntad. Y esta voluntad hace que estas decepciones…decepciones siempre hay, en el sentido de, es más una constatación que una decepción, en el sentido de cómo cuesta llevar las cosas al público, es decir que la gente entienda… -Simó quiere ser más concreto-, uno de los temas que me he puesto entre ceja y ceja es la transversalidad, que público que no va a ver espectáculos extranjeros, los vaya a ver; que la gente se interesa por cosas más modernas, más contemporáneas. Quizá la decepción es un poco esta: haber constatado que Barcelona tiene menos interés por la cultura del que yo pensaba. …quizá esta es la gran decepción. Tú me decías «¿Qué te ha decepcionado?», a mí me decepciona esto -mueve rotundamente la mano, si dar un golpe sobre la mesa. Me decepciona vivir en la ciudad que constato que no tiene el interés por la cultura que yo creo que debería tener.
AJ- …
RS- Es así. … -silencio también en su mirada-. Hay espectáculos fantásticos, traemos cosas estupendas de todo el mundo, no yo, antes ya se hacía en el Grec igual, yo no he inventado nada. Y cuesta mucho que la gente se interese por las cosas de la cultura, cuesta mucho. En Barcelona cuesta mucho, cada vez más.
AJ- Esto lo has constatado en estos cuatro años.
RS- Sí, lo he vivido más en vivo y en directo. No es que antes del Grec yo pensara que Barcelona era una ciudad interesada por la cultura, aquello que decíamos del pesimismo de la razón, siempre he pensado que los catalanes somos gente muy poco interesada por la cultura, ahora me matarán al decir esto, y no sólo los catalanes, es igual, España. No vivimos en un país donde se potencie la cultura, donde se potencie de verdad. Y no hemos conseguido desde el franquismo hacia aquí que la cultura forme parte de los hábitos de las personas. No lo hemos conseguido todavía. Entonces…, esto es lo que a mí me decepciona: no haber conseguido, o no conseguir, o no tener que luchar tanto para conseguir que la gente se de cuenta que la cultura puede ser o es debería ser importante para su vida y formar parte de su vida cotidiana. No hemos conseguido esto. En esto estamos muy lejos de los países más desarrollados. Muy lejos.
«Es vergonzoso que los medios de comunicación hagan veinte minutos de deporte y treinta-y-dos segundos de cultura»
AJ- ¿Desde aquí tenemos la imagen que en América Latina quizá allá el hábito sea mayor?
RS- No, tampoco. Esto es un mito. No…, en Argentina, en Buenos Aires sí que es así, pero esa es la excepción -pausa-. Pero nosotros los catalanes, que tenemos más esa cultura del trabajo, la tienda, el negocio, la casita y el huerto, esa cosa tan burguesa, que hace que la cultura no sea tan importante…
AJ- …por lo que la hemos colocado en el apartado de ocio…
RS-…, no, bueno, ni tan solo esto, …no sé qué es. Lo peligroso es que empieza a ocurrir también en Francia. Se habla de «aculturización» o de desprestigio social de la cultura. Hay una serie de gente que, por lo que sea, en una entrevista no lo podemos analizar -(esto es que nos invita a reencontrarnos otro día para hablar de ello, ¿no?)-, sí les interesa muy poco que la cultura forme parte de la gente -y regresamos a nuestro país-. Y no se potencia ningún aspecto: no se potencia desde la escuela, no se potencia desde los medios sociales, no se potencia desde los medios de comunicación. Es vergonzoso que los medios de comunicación hagan veinte minutos de deporte y treinta-y-dos segundos de cultura.
AJ- (Silencio breve e imperante. Simó no exagera, está describiendo hechos reales)
RS- Y esto, los responsables, lo siento mucho, son los periodistas.
AJ- (Otra pausa)
RS- Los responsables son los periodistas. Son ellos quienes al final hacen la noticia y son responsables de la ordenación del tiempo. Entonces esto lleva implícito este desprestigio, este menosprecio, esta cosa de ser de segunda fila, como que no interesa….
AJ- …las últimas páginas en el periódico.
RS- Bueno, es que ahora ni esto. Ahora casi ya no hay ni secciones de cultura. Toda esta cosa es una responsabilidad muy bestia. Es una responsabilidad social. Es una responsabilidad que viene de muchos medios, de muchos sitios. Esto es lo que me decepciona, que tengamos tan poco interés -Simó ríe. Ahora otorga decir aquello de «…reir por no llorar».
Seguimos.
«(…) hemos implantado un modelo»
AJ- Después de treinta y nueve años de Festival Grec, ¿qué queda de aquellos inicios o qué se puede recuperar?
RS- De los comienzos no sé, porque era en ese momento post-franquismo, ’76, fiesta, auto-gestión, momento en el que realmente la profesión se junta para crear un fenómeno. Y que después este fenómeno se institucionaliza…, pasa a ser un festival. Creo que todavía se mantiene vivo es la ilusión por tener un espacio en el cuál puedas encontrar una serie de manifestaciones extraordinarias de la cultura que no podrías en otro sitio. Y que durante treinta y nueve años hayan habido personas que hayan pensado que esta celebración extraordinaria de la cultura tenga que estar, tenga que existir, sea posible, esto es lo mejor. ¡Aquí no nos hemos desinflado! ¡Esto está bien! -añade más risas de satisfacción.
AJ- Por lo tanto, seamos clásicos ¡ahora sí! -sonrío pícara-, en la pregunta que añado yo: ¿treinta y nueve años más de Grec?
RS- ¡Sí, claro! A ver, yo ahora después de cuatro años pienso que hemos implantado un modelo, este modelo funciona, y pienso que ahora tenemos que cambiarlo; bueno cambiarlo…; si yo continuo, que no lo sé -traspasa honestidad en sus palabras-, deberíamos reestructurar y corregir algunas cositas. He tenido cuatro años para hacer este modelo muy basado en coproducciones, muy basado en presente, muy basado en internacionalización, muy basado también en hacer una función, de una manera, de dar vida y lugar y espacio a las compañías, es decir, dar mucho apoyo a los proyectos de la compañías y esto ha hecho que haya un festival un poquito grande y que, en función de cómo está la función, se debía ayudar, creo yo, a las compañías a llevar a cabo su proyecto. Y ahora seguramente, después de estos cuatro años, para el año que bien, el cuarentavo aniversario -dice con satisfacción-, habrá una pequeña reformulación…. -(Déjenme que insista ahora en mayúsculas: 40º Aniversario)
AJ- …osea, nos puedes avanzar alguna sorpresa, alguna primicia…
RS- Sí habrá sorpresas…..pero todavía -ríe- no las sé, …!!
AJ- ¡Las intuyes!
RS- Ahora estamos en un momento de cambio. No…, seguramente pensamos básicamente en hacer este modelo…, en implementar una serie de cosas que permitan que todos estos objetivos que te decía sean un poco más fáciles, más evidentes.
AJ- ¿Crees que todavía hay gente de a pie que no conoce el Festival Grec?
RS- Sí, y tanto -(formulé la pregunta pero no me esperaba esta respuesta). Mira que es difícil, eh. Porque hacemos de todo. Pero esto va en relación con lo que te decía antes. Después de treinta y nueve años…, todo el mundo que está un poco interesado en la cultura, ya lo conoce y no le has de explicar….
AJ- …la pega es que no todo el mundo está interesado por la cultura…
RS- ….la pega es como ampliar este horizonte, cómo cuesta ampliar este horizonte.
«Público joven y público nuevo es el objetivo de todo el mundo»
AJ- Por lo tanto, ¿los esfuerzos los pondrías más en mantener este público que ya tenéis o buscar uno nuevo?
RS- Siempre en ir a buscar público nuevo. Buscamos nuevos públicos, y lo hacemos desde todos los puntos de vista.
AJ- El que está, ¿ya está fidelizado?
RS- Ya tenemos un púbico más o menos fiel, un público bastante fiel. Tenemos un público de fieles seguidores.
AJ- Ante este nuevo público ¿este público fiel puede desaparecer?
RS- No. No sufras -ríe-. No, al contrario -retoma su tono más serio-, yo pienso que se mantiene una linea de trabajo, una línea clara, si la gente sabe que ofreces, estamos intentando atraer un público nuevo, y sobre todo, público joven. Joven me refiero gente que realmente esté interesada en lo que hacemos ahora. Público joven y público nuevo es el objetivo de todo el mundo. Es todo lo que queremos, no hay ningún teatro que no trabaje para buscar esto. Pero quizá se debe hacer una apuesta más decidida de la que quizá hacemos, en este aspecto.
«El teatro no hace falta aprenderlo»
AJ- ¿Te molesta más la ignorancia teatral o la ignorancia emocional?
RS- (risas) La ignorancia emocional, evidentemente. El teatro no hace falta aprenderlo, si está bien hecho, por osado que sea, y por muy formal que sea, por muy extraño que sea, siempre busca al espectador, siempre.
AJ- ¿Pero no encuentras como compañera de platea a gente que es un enciclopedia teatral y que, en cambio, no hay nada que le traspase?
RS- Bueno, pero esto es un problema personal. Hay gente que va a ver una cosa como si, ohhh, buenoooo…. Cuando vamos a ver un espectáculo, yo particularmente mi perspectiva es la de ir a disfrutar de alguna cosa…, de pasármelo bien ante un espectáculo que me ofrecen.
«Se ha perdido mucho del público ocasional en el teatro»
AJ- Debido a las heridas que estamos arrastrando por la crisis real, la de llenar nevera, cuando esa persona consigue sentarse en platea porque ha conseguido comprar esa entrada, cuando se sienta allí, debido a esas heridas ¿está más impermeable o más permeable que nunca?
RS- Creo que la gente que va a teatro, actualmente, el público que va a teatro es ya público, es decir, se ha perdido mucho del público ocasional en el teatro. Pienso que hay una parte de la crisis que ha hecho perder ese público; la gente que quizás iba al teatro uno o tres días al año, no va. Se ha perdido una parte de ese público menos comprometido con el teatro y más de diversión, más de ocio o incluso por cosas que le interesa más. En cambio, la gente que ya va al teatro porque le gusta y porque ya le gustaba, se ha mantenido. Y en la medida de lo posible, es quién lo sustenta, este pequeño eco-sistema, que ahora es muy pequeño eh. Pequeñito, pequeñito. Claro que sí que cuesta, a veces si tienes una situación más complicada. Acabo de hacer un espectáculo muy bestia, muy bestia, muy duro, que una de las cosas que me decía la gente es «…osti Ramon, está muy bien el espectáculo pero es demasiado duro, ahora mismo, para mí, esto…»-pausado-. ¿Por qué? Porque precisamente duele «….Ramon estoy en cierta situación, que me dices nosequé y entonces vienes tú y pam…., me pones torturas, y violencia contra las mujeres…, me gusta mucho pero, ahgg, podrías haber hecho…», «no es el momento». ….Yo pienso que sí, que siempre es el momento para disfrutar de una obra artística, por compleja que sea, y por dura que sea. Pero es verdad que la gente ahora tiene menos voluntad de sufrir. Tiene más ganas de reír, de pasarlo bien, de ver cosas sin excesivas complicaciones, y quizás esto sea un problema, un error.
AJ- …
RS- Ya veremos cómo va.
«El teatro es una cosa que ha de ser real y posible»
AJ- Un buen director de festival, ¿ha de ser un buen gerente o un buen director artístico?
RS- Son dos trabajos diferentes que se complementan evidentemente y que son necesarios ambos.
AJ- ¿En una misma persona o dos personas que se complementen y formen un buen tándem?
RS- Depende, depende. Hay gente que puede tener la habilidad para ambas y hay quién no.
AJ- ¿…y tú?
RS- Yo hago un poco de todo, ¿sabes?- reafirmándose-: un poco de todo. Pero porque tengo todos los oficios del teatro, como si dijéramos. El teatro es una cosa que ha de ser real y posible. Creo que la función fundamental de un director es la de hacer de director artístico, es decir, generar unas líneas de interés, trabajar por unas estéticas, mirar qué tipo de relación con el espectador se puede establecer, porque el espectador forma parte de la poética, forma parte de la estética -sigue-, cómo te relacionas con la gente, cómo comunicas las cosas, …todo esto forma parte de este trabajo de dirección artística. Entonces hay un trabajo de producción que, evidentemente, hay que hacer. Pero no pueden estar desconectados. Si están desconectados ya puedes hacer volar pájaros que….. -pone cara de «no vas a ningún lado»-. Finalmente el teatro es una cosa física. La gran gracia del teatro es que es físico, es «matérico», has de trabajar con la materia, has de trabajar con las personas, has de trabajar con los objetos, y con todo el respeto, además -pausa-. A mí, la parte de producción es la que creo que hace al teatro diferente de muchas otras artes. Es decir, tienes tu estética, tus compromisos, tus mensajes, tienes tu arte. Entonces todo ese arte, en este sentido es como la escultura: o tienes un bloque de piedra que has de picar o si no tienes bloque de piedra, no hay escultura. El bloque de piedra has de tenerlo, ha de estar allí, hay que gestionarlo, el bloque se ha de transportar y forma parte del proceso, todo esto, del proceso creativo. Ha de ir todo junto, una cosa ha de hacer posible la otra, y lo que no puede ser, seguro -tajante-, es que la parte de producción gobierne por encima de la parte artística. Ocurre a veces, pero no ha de ocurrir.
…Seguimos
AJ- ¿Por qué no hay casi nada de danza en el Teatro, no me refiero al festival, Griego?
RS- ¡Inaguramos con danza, con la Veronal!
AJ- Esto sí. Sí, pero sólo un espectáculo -insisto porque especialmente me gusta ver danza en este espacio, os invito a ello aquellos que todavía no lo habéis hecho., ahora ya Festival Grec 2016.
RS- El año pasado tres.
AJ- Ya, es que prácticamente esto es una reivindicación personal -pongo cara de lástima, a ver si le afecta.
RS- Intento que en el Grec, que son cuatro semanas y media… Claro -pone tono de justificación-, la danza necesita espacio (…), la música necesitas un día, claro, ahora es aquello que comentábamos de producción, el teatro y danza necesita cerrar el espacio para montaje y desmontaje una semana. Me puedes decir que hay mucha música, pero, claro, lo hago en un sólo día. Entonces, a la hora de plantear el programa, no es sólo cuántas cosas haces sino el tiempo que le dedicas -ríe relajado-. Pero también hay uno de circo que es danza y circo -sólo le falta levantar la ceja-. Danza, estrictamente danza, sólo hay la Veronal -ahora levanto internamente la ceja yo-. ¡El año que viene, más! -estaré atenta (os guiño el ojo!)
AJ- ¿Por qué ha tardado tanto en existir un «Mini-Grec»?
RS- Pues no lo sé. Nosotros hace tres años que lo hacemos. Mi primer año ya programé infantil, porque no había. Y el segundo ya empezó el «mini-Grec». ¿Por qué no había? No lo sé. Tampoco es tan fácil. Nosotros primero lo empezamos bastante grande, después hemos tenido que reducirlo. Reducirlo porque julio es un mes particular. Los niños están de vacaciones… Creo muy necesaria una programación para niños, el año pasado ya le encontramos la medida, su segundo año, y este tercero espero que ya funcione bien.
AJ- Cómo público entendido ¿qué echas de menos en el Grec?¿Qué te queda por programar?
RS- …hay tantas cosa que me gustaría programar!
AJ- Pero como público, tu niña de los ojos es…
RS- ….hay muchos. No. No te lo puedo decir -¡vaya!, no se le escapa nada-. No, pero hay compañías que me gustaría que estuvieran con nosotros y hace tiempo que no lo están. Compañías de gran formato internacional difíciles de traer…
AJ- ….pero ¿me dices algún nombre?…
RS- …No. No porque después se enfadarán -pone carita de pena-. Sí, hay compañías que quisiera traer y no lo he hecho todavía -remarcando esta última palabra, y menciona un par de compañías de danza…-. Y después, otra cosa que me gustaría hacer y todavía no he hecho, es hacer una pequeña recogida de compañías muy relativamente pequeñas pero con una incidencia importante en un movimiento de teatro, que en Europa está funcionando, que es teatro político, teatro social, gente que están haciendo cosas muy bien. Esto es pequeño, pero existir en este camino es otra de las cosas que me gustaría seguir haciendo.
«Somos el motor de muchas de las cosas que pasan en Barcelona»
AJ- ¿Qué dirías a la gente que piensa que hace años que el Grec se ha convertido en un catálogo de toda la programación que se hace en todas las salas de Barcelona?
RS- Hubo un tiempo que fue así, pero hace mucho que no se hace. Yo no lo conozco. Nosotros lo que hacemos precisamente ahora mismo es al revés. Somos el motor de muchas de las cosas que pasan en Barcelona. Es decir, somos el motor total. Coges, por ejemplo, nuestras producciones…
AJ-…¿el Grec tiene sello propio?
RS- Evidentemente. Nosotros hacemos nuestras producciones, que después se explotan en Barcelona.
AJ- Que este sello propio es el de «internacional, búsqueda de nuevos públicos y presente»…
RS- ….y de la dramaturgia contemporánea de aquí. Normalmente, entonces, nosotros lo que hacemos es proponer espectáculos, hablamos con las compañías, escogemos las producciones que nos gustarían, y después proponemos a salas de Barcelona si las querrán hacer, explotarlas durante su temporada… Este es el proceso habitual. Piensa que nosotros hacemos treinta y pico producciones.
«Somos un festival de creación, básicamente lo que hacemos es estrenar espectáculos»
AJ- Hay menos salas que participan este año.
RS- Por esto, porque las explotaciones son normalmente durante la temporada, no son durante el Grec. Nosotros en el Grec lo que hacemos es producir, estrenar, poner los proyectos en la calle y, si podemos, ayudar como festival, un festival de creación. Y como festival de creación que somos, ponemos espectáculos en la calle. Y después, si podemos, ayudamos a las compañías para que lo exploten fuera del festival. Somos un festival de creación, básicamente lo que hacemos es estrenar espectáculos.
AJ- Quizás sea este un rasgo diferencial de muchos años atrás.
RS- Era diferente. Se partía más de las propuestas desde las salas, y éstas se acogían al programa. Nosotros lo hacemos un poco al revés. Hubo un momento que todo lo que se hacía en Barcelona era el Grec.
AJ- Hace cinco o diez años sí, pero hace veinte la propuesta era la apuesta hacia las compañías para que estrenasen sus producciones
RS- Sí, y ahora es lo que hacemos. Yo creo que es lo que se ha de hacer. Ayudar a las compañías, ayudarlas a producir, ayudarlas a hacer sus espectáculos, ayudarlas a que corran por el mundo.
«Dice el gobierno, «el agua puede tener el IVA reducido porque es necesaria, la cultura no es necesaria»
Cambio de tercio, insistamos en ello:
AJ- ¿Conseguiremos bajar el IVA cultural?
RS- Yo creo que mientras haya este gobierno, no -su tono es serio y sin concesiones-. Lo tengo claro. Mientras PP esté en el gobierno, no. Yo creo que el IVA cultural no variará. Y no bajará, básicamente, por una cuestión de «empecinamiento» -me lo dice textualmente en castellano para que mi traducción no pueda, creo, reblandecer su expresión-. Cuando partes de una base ideológica que dice «tú no tienes porque proteger a la cultura», que «la cultura es lo mismo que una petrolera», o que «es lo mismo que cualquier otro negocio del mundo», no tienes porqué bajar el IVA. No tienes ninguna motivación ideológica para hacerlo. No es ningún motivo humanista para hacerlo. ¿Por qué una obra de teatro ha de ser diferente a una botella de agua?» -Simó, da un pequeño pero intenso golpe con la botella de agua sobre la mesa-, …si no percibes esta diferencia, si tu capacidad intelectual es tan limitada que no te permite ver la diferencia… Al contrario, acabarás diciendo, como dice el gobierno, «el agua puede tener el IVA reducido porque es necesaria, la cultura no es necesaria». Si los principios ideológicos que utiliza el PP son estos, no tiene ninguna razón para bajar el IVA cultural, y si no tienes ninguna razón ¿para qué vas a hacerlo? -pausa con cinismo-. Al contrario, tampoco les interesa que la gente consuma cultura porque además están obsesionados en que la gente de la cultura somos sus adversarios. Normal ¿no? Todo el mundo debería saber, cuando tiene una posición conservadora en la vida, que cualquier pensamiento sobre el mundo intentará cambiar cosas o intentará criticarlas o intentará evolucionar, pero eres tú, quién eres el conservador. Lo que no puedes hacer es que tú pretendas que el mundo vaya solamente en tu dirección, ignorar el resto.
AJ- Entonces….la bajada (del IVA) está más cerca (¿no?).
RS- Creo que la bajada está más cerca, si hay cambio de gobierno. Creo que no hay ninguna tendencia política en este país que no entienda que esto del IVA cultural es una burrada. Incluso Manuel Valls, que puede tener políticas muy cercanas a las del PP, ha bajado el IVA cultural en Francia, porque es evidente. Es una tontería. Además, está demostrado, así lo demuestran los números de las asociaciones de profesionales, que el estado pierde dinero en ello, con la subida del IVA. La subida del IVA ha provocado una caída del consumo cultural que hace que el estado ingrese menos por IVA cultural que lo que ingresaba antes. Incluso numéricamente es un error. Entonces…, chicos…¡no sé! Si numéricamente es un error, si ideológicamente es un error, y no hay la voluntad mínima de decir «bueno señores, vale, de acuerdo» -….-. Creo que es por testarudez, más por mala… -quiere ser preciso en sus palabras-, por un principio ideológico funesto que dice que la cultura no es necesaria, sobretodo la cultura crítica, la cultura que no dice lo que tu quieres que diga, no bajarán el IVA cultural.
AJ- (silencio necesario)
RS- No tengo ninguna esperanza, que lo bajen.
AJ- Con mi gesto indico que ya acabamos esta entrevista: ¡¿Qué ha faltado que te pregunte?!
RS- …No. Ya está bien. ¡Me has preguntado un montón de cosas! -risas, y «the end»-. Gracias.
AJ- ¡A usted!
Gracias Ramón, por tu rato largo y tendido.
Un abrazo.
Anna Jarque. Barcelona, Festival Grec 2015.