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El estado de la literatura dramática gallega

La cultura occidental no puede entenderse sin el papel fundamental que jugó en su desarrollo la dramaturgia de Esquilo, Sófocles, Eurípides, Aristófanes o Menandro. ¡Cuánto le debemos a Grecia!

La literatura inglesa no puede entenderse sin reparar en la obra de Marlowe o de Shakespeare. De la misma manera, la literatura española sin el teatro de Calderón de la Barca, Lope de Vega o Tirso de Molina, tampoco sería lo que es, y esto por citar solo algunos de los ejemplos más conocidos, igual que podríamos pensar en otras latitudes, lenguas y dramaturgias.

En la actualidad, en las letras alemanas, inglesas, francesas o catalanas, uno de los ámbitos de mayor potencia y proyección es el de la dramaturgia textual. Ese acervo artístico constituido por obras que aúnan valores literarios y, a la vez, una ingeniería dramatúrgica que los yergue en nuestro escenario de la imaginación o sobre las tablas de los teatros. De ahí que dramaturgia y literatura puedan ser, en casos tan célebres como el de Federico García Lorca o Ramón María del Valle-Inclán, dos ámbitos que confluyen y se enriquecen mutuamente.

Sin embargo, en Galicia parece que no acabamos de despegar del tópico aquel que considera nuestra lengua, hechicera y dulce, apta, sobre todo, para la lírica, pero poco valorada, por ejemplo, para la producción dramática.

La Literatura Dramática Gallega está marginada en todos los campos, tanto a nivel de las instituciones culturales gallegas como de las estatales (incluidas las teatrales) y, del mismo modo, está marginada a nivel social. Las editoriales, la crítica, el sistema educativo y universitario, las compañías teatrales de aquí y de allá… no se interesan, ni fomentan, la Literatura Dramática Gallega. Sencillamente, la Literatura Dramática Gallega no existe.

Desde esta conciencia y deseando cambiar esta lamentable e injusta situación, hace unos años, Roberto Salgueiro organizó un encuentro de dramaturgas y dramaturgos en el marco de la Universidade de Santiago de Compostela, eso fue hacia el año 2006 o 2007, si mal no recuerdo. Desde aquella no se volvió a mover nada de manera explícita sobre este tema respecto a la dramaturgia contemporánea gallega.

Hace unos meses, retomando esta inquietud y buscando modificar la situación comenzamos a hacer reuniones informales Clara Gayo, Vanesa M. Sotelo, Santiago Cortegoso, Fran Godón, Rubén Pérez Pombo, Roi Vidal Ponte y quien firma. La idea era analizar el estado en el que se encuentra la dramaturgia actual en lengua gallega e intentar organizarnos para establecer líneas de acción. De ahí pasamos a convocar a todas las dramaturgas y dramaturgos en lengua gallega y, con sendos encuentros en la Mostra Internacional de Teatro Cómico e Festivo de Cangas 2015 y en la Mostra Internacional de Teatro de Ribadavia 2015, comenzaron a ponerse las bases para fundar una asociación profesional que fomente la dramaturgia en lengua gallega.

Por su parte, la AELG (Asociación de Escritoras/es en Lengua Gallega) también ha manifestado, a través de su Xunta Directiva, sensibilidad hacia este ámbito en el que dramaturgia y literatura coinciden.

Próximamente, el sábado 26 de septiembre de 2015, en el Pazo de Congresos de Pontevedra, la AELG celebrará el VI Congreso de Escritoras/es y han programado una Mesa de Trabajo sobre el estado de la Literatura Dramática Gallega, que me tocará coordinar.

Para esta Mesa de Trabajo invitamos a todas las personas relacionadas con ese ámbito (escritoras/es, directoras/es de escena, actrices y actores, docentes, periodistas…).

La AELG ofrecerá café en las pausas y se hará cargo de la comida de las personas asistentes, por eso pedimos que nos comuniquéis, antes do 18 de septiembre, a efectos organizativos, vuestra disposición para acudir a esta MESA DE TRABAJO. Correo electrónico: oficina@aelg.org

Se trata de analizar la situación en la que se encuentra la Literatura Dramática Gallega y trazar un proyecto de acción que resuelva algunas de las cuestiones y otras que puedan surgir:

– La casi inexistente publicación.

– La ausencia de estudios y de crítica.

– La poca presencia en el sistema académico.

– La falta de proyección social.

– Las dificultades para su escenificación.

– La carencia de proyectos de traducción e internacionalización.

Estamos en una época de cambios a muchos niveles. Las artes escénicas y la cultura de Galicia no pueden seguir siendo un cero a la izquierda. Quizás va siendo hora de hacer algo juntas/os.

Afonso Becerra de Becerreá.


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