Sueño experimental
Lo primero es agradecerles que se hayan dado el tiempo para ojear este articulo e idealmente leerlo hasta el final.
Lo segundo es pedirles una colaboración voluntaria. No se asusten, no estoy estirando la mano para recibir algunas monedas. Les pido su colaboración para hacer un simple experimento.
Mi abuela que no era profesional de la mente pero toda una experta en la vida, muchas veces me sacó de mi soñar despierto porque según ella estaba perdiendo el tiempo. Casi nunca se equivocaba. Casi nunca.
Gracias a encefalogramas como evidencia científica irrefutable que han demostrado como la actividad cerebral sigue activa durante el sueño, se plantea, creámoslo o no, que todos soñamos todas las noches y al despertar somos capaces de recordar esas imágenes oníricas pero como hacemos caso omiso a los mensajes de nuestro subconsciente, las olvidamos rápidamente, por lo que nos queda la sensación equivoca de no haber soñado.
Con papel y lápiz a disposición en la mesita de noche y un entrenamiento consciente, al despertar aún bajo los efectos de las fantasías nocturnas, podremos anotarlas para fijar como recuerdo en nuestras mentes todo lo soñado con lujo de detalles para sacarle provecho a la honestidad de los mensajes de nuestro fuero interno. Incluso podríamos seguir soñando y anotar cosas agregadas estando despiertos.
Pero volviendo al experimento, tratemos de soñar despiertos. Piensen en ese lugar perfecto para ustedes, un castillo, el campo, la montaña, el mar. Temperatura de confort. Luz azulosa del amanecer, blanca durante el día o roja al atardecer. Sonidos estimulantes o silencio inquietante. Piensen en esas condiciones perfectas para abrir el espíritu a la creación.
Vuelvan a pensarlo una y otra vez agregando paulatinamente detalles para hacerlo más real o probable.
Luego regulen su respiración para bajar el acelerado ritmo del vivir contemporáneo y cierren los ojos por un tiempo indefinido, déjense llevar por el azar y hagan el esfuerzo por recordar las imágenes cuando vuelvan a abrir los ojos.
Si fueron cómplices de estas sugerencias que mi abuelita hubiese censurado, pueden haber ocurrido varias cosas.
La primera es que dada la rigidez adquirida por el tiempo en que llevamos viviendo sin tiempo para nosotros mismos, no haya pasado absolutamente nada porque no tenemos tiempo que perder en tonterías. Cerrar los ojos es para dormir, no para soñar despiertos.
También pudo pasar que en el momento en que comenzábamos a relajarnos y las imágenes comenzaban a aparecer, la responsabilidad, esa de lo que se debe hacer, nos atacara obligándonos a abrir los ojos para esfumar nuestros sueños.
Quizás lograron el objetivo y tuvieron un maravilloso viaje por sus fantasías pero al despertar se conectaron demasiado rápido con la realidad y ahora difícilmente recuerdan el detalle de lo irreal pero de alguna manera vivido.
En el mejor de los casos sucumbieron a la tentación de liberarse para soñar despiertos y para no olvidar, incluso antes de seguir leyendo este artículo, anotaron algunos detalles de los imposibles soñados.
Soñar despierto se puede lograr con el entrenamiento adecuado y sin duda es lo que hacen los creadores para transformar sus pensamientos en realidad material. Para crear primero se debe imaginar, pensar y luego ejecutar.
Frases para el bronce se les han atribuido a personajes mundiales
Si lo puedes imaginar, lo puedes lograr – Einstein.
Si lo puedes soñar, lo puedes hacer – Walt Disney
Ya que tenemos la capacidad de imaginar y soñar, sin duda ha llegado el momento de terminar con las postergaciones y materializar gratificantes creaciones.
¡Buenos sueños, mejores creaciones!