Un punto de inflexión
1937, por las sendas del recuerdo, Otehitzari biraka, Hnuy illa, Komunikazioa / Inkomunikazioa son espectáculos del universo Kukai. He tenido la suerte de poder disfrutar de todos ellos. También de Latidos, Gelajauziak, Hazipenen Pozak, Sorbatza en propuestas para espacios no-convencionales. Desde los inicios Kukai entabló diálogos, conversaciones, mestizajes con creadores equidistantes provenientes del teatro, de la danza contemporánea o del flamenco. Kukai ha buscado, espectáculo tras espectáculo, empaparse de otras formas de sentir, de otros conceptos artísticos, de otras sensibilidades. Han empatizado y creado junto a otros. Con Mireia Gabilondo dieron unos primeros pasos muy importantes, y continuaron caminando. Apareció Israel Galván, Cesc Gelabert, Jone San Martín, Damián Múñoz, Virginia García… Ahora, en esta última creación, aparece Marcos Morau para llegar a Oskara, espectáculo que marcará un antes y un después en la trayectoria de la compañía.
Las cosas no son por casualidad, a veces sí. No en este caso. Fruto de una evolución artística y de un proceso de maduración en la producción Oskara acerca dos universos coreográficos muy diferentes, dos miradas muy distintas. Partiendo la cultura tradicional vasca hacia lo contemporáneo, hacia lo Universal. Espectáculo repleto de dobles lenguajes, de una simbología que subraya un camino emocional por una iconografía muy plástica. Los mitos, las señas identitarias, la música, los sonidos… Tradición llevada al extremo hasta llegar a un aurresku irreal, bailado en el subsuelo, como metáfora de lo que pudo haber sido, de lo que imaginamos, de lo que soñamos. Una juego de contrastes, de constantes contraposiciones: lo imaginado y lo real, la tradición y la actualidad, el deseo y la realidad, o incluso la realidad y la temeridad. La figura de Martikorena, como árbol vasco impertérrito, nos une directamente a los latidos de un corazón que no descansa, que late sin cesar.
Marcos Morau, coreógrafo muy reconocido a nivel europeo, Premio Nacional de Danza en España 2013 afronta un reto de estas características por primera vez en su carrera. La Veronal en una serie de trabajos ha tomado como punto de partida un país o ciudad del mundo, creando una analogía entre danza y geografía. Esta estrecha colaboración para sumergirse en la identidad y en la Cultura Vasca es novedosa para el artista valenciano. Para Kukai, que cuenta con varios Premios Max, Oskara supondrá un antes y un después: un punto de inflexión. Por su madurez artística, por su evolución coreográfica, por su nivel de producción, por su atrevimiento, por su ambición y por sus expectativas. Es verdad que en espectáculos anteriores han ido avanzando en un sentido o en el otro. Lo que ocurre es que en Oskara dan un salto en todos los sentidos a la vez. Larga vida a Oskara. Citando a Joxemiel Barandiaran: «Jana eta edana beharrezkoak dira baina gizabidea helburu». Pues eso, como eje que subyace y vertebra la creación de la compañía…el objetivo final es el ser humano.