Nos siguen sorprendiendo
Escribí no hace tanto tiempo sobre el encarcelamiento de los miembros de Títeres desde Abajo con motivo de la representación de su espectáculo La bruja y don Cristóbal en Madrid. Comentábamos la cadena de errores producida en todo este embrollo: no se enteraron de los contenidos ni antes de la programación del espectáculo, ni durante la representación del mismo. Se censuró el espectáculo con estilo depurado, con estupidez porque no se enteraron, como pasaba en la censura clásica de antaño. Todo vale. Les da exactamente igual. En el transfondo existe una perversión: una perversión política. Pasados unos días liberaron a los titiriteros y, en estos momentos, están intentando que les quiten los cargos.
Cuando parecía que el asunto se podría quedar en una crónica casposa de esa España profunda que subyace y que aparece de vez en cuando, resulta que no, que nos siguen sorprendiendo. Como en el circo, también en la política española el más difícil todavía…es posible.
La compañía 43.2 ha denunciado la semana pasada que el Ayuntamiento de Cartaya en Huelva ha censurado el espectáculo La mirada del otro, sobre encuentros entre víctimas y disidentes de ETA, programado para el 9 de abril, tras la polémica de Madrid. El espectáculo documenta los encuentros que tuvieron lugar entre víctimas y disidentes de ETA en la cárcel de Nanclares de la Oca (Álava) en 2011, gracias a un programa de mediación impulsado desde la Dirección de Víctimas y Derechos Humanos del Gobierno Vasco. Es un espectáculo, precisamente, que busca la normalización de la convivencia y la apuesta por el diálogo». Todo lo contrario a algo remotamente subversivo. El Ayuntamiento lo niega pero da la impresión que éstos tampoco se enteran.
Ya se suspendió hace un año Soziedad Alkoholika en Madrid por orden municipal, por posibles riesgos de alteración del orden público. Hacía 9 años que fueron juzgados y absueltos de supuestos delitos de humillación a las víctimas. Lo último ha sido la suspensión de otro concierto, en esta ocasión, porque alguno de sus miembros están pendientes de un juicio… Suma y sigue.
La realidad es que nos siguen sorprendiendo. Evitar la diversidad ideológica, la libertad de pensamiento, la libertad de expresión…son objetivos de una gente que intenta adoctrinar, domesticar, humillar y controlar una sociedad madura; y marcar el único camino posible para su hegemonía social y económica. Nos seguirán sorprendiendo, no lo duden.