Los días 10 y 11 de julio, Thomas Ostermeier regresa al Festival de Almada después de 14 años con la adaptación de La Gaviota de Chéjov. Durante estos años han sido aclamado sus espectáculos por todo el mundo consiguiendo en 2011 el León de Oro de la Bienal de Venecia.
Dirige la Schaubühne, la mítica sala de Berlim, desde 1999, recuperando todo su prestigio en la primera línea teatro mundial. Rn los últimos años se ha aproximado de manera clara a los clásicos, montando a autores com Ibsen, Shakespeare o Tchekov. Recusa no obstante el teatro tradicionalista, museológico. La estética de sus obras incluye la realidade actual del mundo del consumismo. Thomas Ostermeier confronta al público con personajes marginales, alcohólicos o toxicodependientes. Sus puestas en escena tieneden casi siempre hacia «el otro lado» haciendo uso de un realismo casi agresivo. «El realismo no es naturalismo. El realismo intenta descubrir lo que está detrás de las imágenes de superficie. Este es mi concepto de realismo, mas no tien nada a ver con la estética realista»
Siendo un director de la modernidad y un feroz opositor al teatro post-moderno, basasus creaciones en los actores. En esta Gavieta no faltan alfiletadas a la llamada performance post-dramática.
