Sud Aca Opina

Otros crímenes de guerra

¿Cómo pueden existir el sólo concepto de crímenes de guerra si la guerra en si misma ya es uno de los peores crímenes que se pueden cometer contra la humanidad?

¿Será que en ese eterno afán del hombre por disfrazar de bien el mal, quiere castigar, al menos moralmente, una atrocidad dentro de otra?

Tratando de comulgar con ese instinto natural, podría decirse entonces que asesinar a alguien lentamente es más atroz que matarlo rápidamente. ¿Pero apretar un botón y matar a miles de manera instantánea es menos punible que el matar a una sola persona lentamente?

Las guerras siempre han existido y seguirán existiendo mientras el hombre sea hombre.

Difícil se me hace pensar en un niño aun no contaminado por las malas prácticas de la sociedad que preste uno de sus juguetes preferidos sin que su ángel malo le esté susurrando al oído la posibilidad de esconderlo aunque no lo esté usando.

Es evidente que existen excepciones a la regla, pero me atrevería a afirmar que desde el comienzo funciona nuestro instinto de supervivencia arraigado en lo más profundo de nuestro código genético. Estamos programados para sobrevivir y eso nos lleva a ponernos a como dé lugar delante de la fila.

¿Y dónde está el supuesto grado de desarrollo superior en relación a otras especies en los aspectos emocionales e intelectuales de la raza humana?

Teóricamente deberíamos ser capaces de evaluar nuestro comportamiento y sus posibles consecuencias pero la teoría es idílica en relación a la práctica.

Tomándonos un café con amigos mientras filosofamos sobre el devenir de la humanidad, podríamos llegar a un modelo perfecto pero el día a día nada tiene que ver con ese modelo.

¿Cuantos de nosotros ayudamos a desconocidos sin esperar nada a cambio?

Aunque en nuestro fuero interno sepamos que el beneficio individual gradualmente se expande y que al ayudar a otros nos estamos ayudando a nosotros mismos, pocos lo hacen.

Los valores universales reconocidos como positivos son pisoteados a diario, teniendo incluso que llegar a oficializarlos a través de documentos oficiales como leyes o la declaración universal de los derechos humanos y yendo un poco más allá, la declaración universal de los derechos del niño.

¿Los conocemos o los intuimos?

¿Los respetamos cabalmente?

Ningún juez que no sea la propia conciencia será capaz nunca de cambiar en lo más mínimo nuestro comportamiento. Es sabido que un alto porcentaje de quienes son encarcelados, vuelven una y otra vez a prisión.

¿Entonces?

Quien viva encerrado en su metro cuadrado de relativo confort nunca conocerá otras realidades, ni mejores ni peores y repetirá hasta el infinito su actuar.

El arte y sus diferentes manifestaciones nos pueden ayudar a sensibilizarnos ante el prójimo, ese que pasa todos los días a nuestro lado pero que preferimos ignorar. Más que conocer, podremos llegar a sentir sus penas y alegrías pero lo más importante es que podremos mirarnos a nosotros mismos y juzgar nuestro actuar para con los otros.

Al emocionarnos con una melodía triste o querer bailar un ritmo alegre, quizás derramar unas lágrimas con una obra de teatro o una película, el pasar más tiempo de lo que se podría considerar como normal frente a un cuadro que nos lleve a la reflexión, son los caminos de entrada a la auto evaluación, esa que nos llevará al mejor actuar.

Vivamos arte para erradicar los crímenes de guerra y los otros también.

¿Utópico?

¡Si, pero sin utopías la humanidad no habría evolucionado jamás!


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