No basta
No basta con escribir si nadie lee.
No basta con hablar si nadie escucha.
No basta con meter un mensaje en una botella y arrojarlo al mar.
Se dice que la voluntad mueve montañas, eso siempre y cuando la montaña tenga una mínima disposición por ser movida, de lo contrario, es imposible.
En los complejos mecanismos de comunicación que a lo largo de su desarrollo ha elaborado el ser humano, para que esta se produzca, se necesita de al menos 2 individuos.
Están archiestudiados los mecanismos y los 2 extremos de la comunicación como son el emisor y el receptor pero muy poco se habla sobre la disposición de cada uno de ellos para entender o hacerse entender.
Puede ser el mismo idioma, pueden manejarse relativamente los mismos conocimientos y sentimientos pero el fenómeno de la comunicación efectiva solo se dará de manera real si ambas partes comprometidas están realmente decididas para hacerlo.
Incluso se puede dar que el uno ignore completamente las herramientas comunicativas utilizadas por el otro, pero si existe la voluntad siempre se podrá llegar a puerto.
Me gusta viajar, sobre todo a lugares de los cuales ignoro sus costumbres y por sobre todo no conozco su idioma. Algo de inglés puedo usar para defenderme, el idioma que se ha transformado en universal, pero me ha agradado cuando me he visto obligado a recurrir al ingenio para salir de una situación dada.
Unos gestos, dibujos no tan bien logrados, sonidos, todo sirve e insisto, si existe la voluntad de comunicarse, al final esta se logrará.
Al hacer un viaje a parajes desconocidos existirá más que la voluntad de hacerlo, la necesidad por encontrarse en un ambiente ajeno. Idealmente, quien actúe de receptor, por solidarizar con nosotros, si trata de hacerlo, nos entenderá.
Un fenómeno que lamentablemente se da mucho en las grandes ciudades contemporáneas, por la velocidad a la que se vive en ellas y la despersonalización de las urbes, al hacer una pregunta lo más probable es que si logramos una respuesta, esta sea no pensada y probablemente errada solo para deshacerse rápidamente de la incomodidad que el comunicarse puede provocar a quien siempre estará retrasado.
Como en muchas actividades humanas, la practica hace al maestro, tanto al emisor como al receptor.
Contradiciendo la conocida frase del famoso arquitecto Mies Van der Rohe de “Menos es más”, en este caso específico “Más es más”; mientras más nos comuniquemos más nos entenderán y mientras más escuchemos más entenderemos.
No cabe duda que el a veces complejo lenguaje del arte, si insistimos en entenderlo, nos dará la posibilidad de entender realidades ajenas a la nuestra.
La poesía, la mal llamada música culta, el teatro experimental, las instalaciones o cualquier otra expresión artística no son más que actos comunicativos en que el creador trata de traducir sus sentimientos en obra material. Puede que no entendamos y que incluso nos desagraden pero sin un intento por entender, solo nos quedaremos en la ignorancia negándonos la posibilidad de comunicarnos no solo con el creador de la obra sino con la parte a veces obscura de nosotros mismos.
No basta con quedarse por siempre en las mismas expresiones artísticas, se deben conocer otras para, por ultimo desde un punto de vista informado, desecharlas de plano.