Manuel Iedvabni dirige ‘El círculo de tiza caucasiano’ de Bertolt Brecht en el Teatro IFT de Buenos Aires
El 1 de agosto se estrena ‘El círculo de tiza caucasiano’ de Bertolt Brecht con dirección de Manuel Iedvabni en el Teatro IF de Buenos Aires. Las funciones de esta obra, cuya versión musical es de Esteban Morado, tendrán lugar todos los martes en el citado teatro.
Durante una revuelta el gobernador y su esposa deben abandonar el palacio para salvar la vida y, en la prisa, abandonan al niño. Una joven sirvienta del palacio, se apiada del pequeño y se hace cargo de él. Con muchos sacrificios lo lleva a una aldea vecina y allí lo cría y lo cuida como si fuera suyo. La misma revolución convierte a Azdak, un borracho y pendenciero, en juez, y sus sentencias favorecen siempre a los pobres y desgraciados. Ante él comparecen un día Gruche y la esposa del gobernador, alegando ambas ser la verdadera madre del niño. Azdak no sabe la verdad y las somete a la Prueba del círculo de Tiza, para dar su veredicto. ¿Qué debe hacer el común de la gente para sobrevivir y conservar su sentido de lo humano en medio de convulsiones políticas y sociales? Y, sobre todo, ¿cómo conservar la bondad en medio de la crueldad circundante? Ya no nos basta comprender el mundo. Eso es apenas una condición imprescindible para poder modificarlo. ¿Puede el teatro contribuir a modificarlo? Esa obsesión recorre toda la práctica teatral de Brecht.
Así parte la nueva obra que dirige Manuel Iedvabni, obra de Bertolt Brecht de cuya adaptación también se encarga el propio director y que cuenta con un elenco formado por Dana Basso, Cristina Sallesses, Roxana Del Greco, Gabriel Dopchiz, Matías Sebastián Tisocco, Pablo Flores Maini, María Marta Guitart, Ariel Levenberg, Rodrigo Pagano, Juan Manuel Romero, Gustavo Siri.
«Mi abordaje a la obra de Brecht comenzó de muy joven y cuando el autor aún vivía (“La condena de Luculus”) en 1954. Continúo con otros diez espectáculos que incluyen “La resistible ascensión de Arturo Ui”, “Santa Juana de los mataderos”, “La buena persona de Se-Chuan”, etc. En 1982 comencé a trabajar en “El círculo de tiza caucasiano” en un seminario que organicé para poner en escena la pieza. La estrenamos en junio de 1983 a pocos meses de la entrega del poder por parte de la dictadura militar de entonces. La escenografía y el vestuario eran de Gastón Breyer y Nereida Bar. Quise ahora rendirles un homenaje a aquellos grandes creadores que ya no están con nosotros, procurando reproducir su trabajo que aun hoy me parecen maravillosos. Una nueva mirada de la obra reclamaba sí una música original que quedó a cargo de Esteban Morgado, quien ya había colaborado conmigo en la puesta de 1983. Brecht consideró siempre su proyecto estético como el comienzo de un intento que pretendía que fuera experimentado y enriquecido por otros teatristas. Su legado está resumido en esta frase: “No quiero para mí, lápida alguna, pero si alguna van a hacerme me gustaría que dijera: “Hizo propuestas que fueron tenidas en cuenta” (palabras de Iedvabni sobre este montaje).