Abusos y silencios
En todos los lugares donde conviven hombres y mujeres existen situaciones que se pueden escapar a la normalidad. En todos los oficios existen relaciones circunstanciales, estabilizadas, ocasionales que son fruto de la convivencia, de las horas y situaciones pasados juntos. Las estadísticas dicen que es en el lugar de trabajo donde se crean un número elevados de relaciones. Nada que objetar. Incluso hay profesiones muy dadas a ello debido a las circunstancias que concurren, de tiempo y situaciones emocionalmente fuertes. En toda jerarquía existen dominaciones que escapan de lo ético. La solicitud de relaciones sexuales para escalar en una empresa es un abuso del que se conoce siempre desde la sospecha, casi nunca desde la denuncia formal.
En el mundo de la farándula, del cine, la televisión, el teatro, siempre ha existido una gran libertinaje. O eso se ha dicho. Pero siempre se ha sabido que hay unas prácticas que no por ser relativamente habituales dejan de ser execrables. La figura del productor que siempre va acompañado por hermosas aspirantes a artistas, forma parte de la leyenda, pero responde de alguna manera a algo que sucedía, sucede y me temo sucederá. Entre las ambiciones de unos y la falta de escrúpulos de otros. Y en parte de este problema no existe distinción de sexos. Está más narrado el de productores o directores que hacen parte del reparto femenino entre sábanas pero también el masculino. Y me temo que de manera muy rebajada, sin tanta trascendencia profesional y económica, sucede algo semejante en todas las variantes de producción, desde el adicionado a las súper producciones.
Y lo demuestra el caso destapado estas semanas de un reconocido y exitoso productor de Hollywood que a raíz de la denuncia de una actriz, se ha ido descubriendo que su práctica de abuso de situación, sus chantajes sexuales para conseguir papeles en sus películas era una práctica llevada a cabo desde hacía décadas. Y en este caso se señala que tanto para actores como para actrices. Y algunas de las que se han atrevido a denunciarlo ahora son estrellas, que accedieron o se negaron, pero que señalan a Harvey Weistein como un conocido practicante de estos abusos. Todo el mundo sabía, pero nadie decía nada. ¿Por qué este silencio?
Algunos silencios son comprensibles. Si eres el o la que ha sufrido el abuso, si has accedido al mismo o te has negado, la agresión ha existido, y ante alguien que controla muchos resortes del negocio, denunciarlo puede significar finalizar tu carrera. O al menos que se ralentice o deba ir por otros derroteros. Es una situación penosa, una tensión añadida. Algo que, me temo, pasa con demasiada frecuencia y no solamente en la Meca del cine. Puede estar sucediendo muy cerca de nosotros.
O acaso no hay rumores, chascarrillos, casos, personajes a los que siempre les acompaña esa negra leyenda en nuestras artes escénicas y visuales. Claro que sí. Todos conocemos alguno. O algunos. Todos guardamos el cómplice silencio, porque se trata de un testimonio, casi siempre sin pruebas, de una mujer, no siempre actriz, que lo cuenta pasado un largo tiempo. Lo cuenta compungida, con lágrimas, es un relato no solamente verosímil sino que uno llega a la conclusión de que es la estricta verdad. Y cuando intentas acompañarla en la denuncia, le cedes medios, apoyo, siempre aparece una negación, el auténtico dolor, la vergüenza, el qué dirán, lo negará, quedaré estigmatizada ante la profesión.
Yo sé de varios casos de personas que han sufrido este acoso, y no solamente para acceder a un reparto, sino que se sabe que en alguna Escuela Superior, incluso en alguna Universidad, coinciden varios testimonios señalando a un profesor que ha usado esas asquerosas prácticas para asegurar un aprobado. Y algunos casos más. Quizás sea un momento para prestar atención a estas circunstancias. No solamente hay castings falsos que intentan abusar de los concurrentes, sino que en otros ámbitos que rodean la producción también hay individuos que abusan de su situación. De nuevo a todas las afectadas y a todos los afectados les brindamos este medio para su denuncia y el apoyo posterior para su proceso judicial si lo hubiera.
Y escribo esto desde Polonia, después de haber disfrutado de manera total con un magnífico espectáculo de Alain Platel, “En avant, marche!” que inauguró el Festival Dialog que se celebra en Wroclaw. Ya se lo iremos contando.