Cordilleras rítmicas
Si en su espectáculo anterior (Who will save me today?) Janet recibía al público como una amable y sonriente anfitriona, con el Stabat mater de Pergolesi de fondo, aquí el espectador se siente un poco huérfano a la entrada en la que ya el propio ambiente creado por la iluminación, una fina capa de humo y el blanco del suelo y del ciclorama crean un espacio extraño que nos indica que estamos dentro, que “aquello” ya ha empezado nada más cruzar la puerta de entrada.
La mezcla del sonido, generado a partir del movimiento y de los golpes y roces del cuerpo de Janet con el suelo y con el aire, generan un espacio lleno de cordilleras rítmicas que abren la puerta al vacío por el que vamos cayendo. La luz va a jugar un papel fundamental, colocando el espacio en un estado de penumbra sugerente por el que transita la bailarina creando sonidos que, a su vez, la van transportando. Lo que viene a continuación supone una ruptura que no he llegado a entender muy bien porque los lenguajes dejan de ser lo que eran, pierden o cambian la identidad sígnica con la que han comenzado y sólo el movimiento guarda una línea continuista y repetitiva. Después de unos quince o veinte minutos vuelve a haber otro giro y, de nuevo, el desconcierto, si bien en esta última parte Janet nos brinda ritmos distintos en los que el movimiento busca salvarse, como si hubiera perdido los espacios y luchara consigo mismo por encontrarlos. El sonido le va acompañando en está búsqueda, generando sensaciones que habían aparecido al principio, como es el vértigo y un especial estado de salvación. No me llegó a gustar mucho la imagen diabólica de esa especie de masa negra con la que jugó a construir una máscara, creo que no era necesario y pienso que rompe un poco la línea rítmica a la que asiste el espectador.
Una hora de movimiento, ritmo, silencio y sensaciones vertiginosas al dejarnos caer, como espectadores, por un abismo de la mano de esta extraordinaria bailarina.
‘Si pudiera hablar de esto no haría esto’ es la cuarta obra en solitario de la bailarina y creadora gallega Janet Novás. El solo de danza-performance que plantea la artista intenta ampliar los límites del cuerpo utilizando para este fin una compleja serie de herramientas: objetos que construyen imágenes metafóricas, vestuario que reflejan la luz, luces que construyen extraños espacios, texturas sonoras que crean paisajes.
En sus procesos creativos hay dos grandes líneas o principios recurrentes importantes: una de carácter intuitivo y somático y otra que reflexiona y se hace preguntas sobre la primera. El resultado estético de sus piezas es una transcripción del diálogo entre estas dos formas de pensamiento. Los trabajos de Janet Novás se han presentado en prestigiosos festivales nacionales e internacionales como: Rencontres Choregraphiques, Festival de Marseille, Festival Nouvelles-Pole Sud, Cement Festival, Danza en Tránsito, MOV_S, TNT Dansa, Mes de Danza Sevilla y el XXV Festival de Madrid en Danza.
Fulgencio M. Lax
Obra: Si pudiera habalr de esto no haría esto – Creación e interpretación: Janet Novás – Dramaturgia: Ricardo Santana – Música original: Haru Mori / Espacio Sonoro: Haru Mori y Óscar Villegas – Acompañamiento artístico: Antía Díaz y Lipi Hernández – Diseño de iluminación: David Picazo y Cristina Bolívar – Imagen: Virginia Rota – Vestuario: Panamá Díaz y Maravilla Muñoz – Un espectáculo coproducido por: Festival de Otoño en Primavera de la Comunidad de Madrid, Teatro Pradillo, Escenas do Cambio y Festival BAD Bilbao – Centra Párraga (Murcia) – 24/02/18
