Heisei Nakamaruza presenta su espectáculo de kabuki ‘Fuji Musume/ Renjishi’ en Madrid
Los Teatros del Canal de la Comunidad de Madrid presentan, por primera vez en el Estado español, ‘Fuji Musume/Renjishi’, una obra de teatro kabuki interpretada por la compañía Heisei Nakamaruza. Este espectáculo, programado por Escenario Clece, forma parte del programa de actos conmemorativos de 150 aniversario de las relaciones diplomáticas España–Japón, y estará en la Sala Roja del 27 de junio al 1 de julio.
Rara vez puede verse en los escenarios internacionales un espectáculo de Kabuki, dada la arraigada tradición que existe en Japón y la dificultad de trasladar su numeroso equipo junto con sus grandes montajes. En este año especial, la Embajada ha querido contar con uno de los espectáculos más célebres de Japón de mano de una de las más prestigiosas compañías: Heisei Nakamuraza, creada en el año 2000. Su artífice, Kanzaburo Nakamura, proviene de una de las familias más conocidas del Kabuki.
Tradicionalmente, los actores de Kabuki transmiten sus saberes de generación en generación, por lo que existen famosos apellidos de familia que se dedican a este arte escénica, como la familia Nakamura. Su creador, Kanzaburo, decidió dar un paso más y crear una compañía en la que realizar un Kabuki más innovador y a la vez heredero de la más rigurosa tradición.
Todo espectáculo de Kabuki siempre consta de más de una de obra. En esta ocasión, la compañía ofrecerá dos representaciones. ‘Fuji Musume’, la primera de las obras que se podrá ver, se representará por primera vez en el Estado español por esta compañía. Su título puede ser traducido como la “joven de la glicinia”. El origen de este personaje es muy popular en Japón. Durante la primera mitad del siglo XVII numerosas imágenes religiosas y de motivos populares llamadas Otsue empezaron a ser difundidas entre la población como souvenir de Tokaido, un camino construido en esta época que pasa por Otsu, en los alrededores de Kioto. Fuji Musume sería uno de los personajes que entrarían a formar parte de estas imágenes y así del acervo popular de la cultura japonesa. Su figura representa a una mujer de la nueva época que siempre va acompañada de su sombrero negro y la flor de glicinia.
Tanto es así que se ha convertido en un souvenir muy popular de la cultura japonesa. En esta obra se muestra una de las principales peculiaridades del Kabuki: el onnagata, el actor que representa un papel de mujer. El origen de esta tradición se remonta a los orígenes del Kabuki cuando las autoridades de la época prohibieron a las mujeres realizar este tipo de representaciones para evitar desórdenes sociales. Desde sus inicios esta imitación del rol femenino se desarrolló gradualmente y fue convirtiéndose en una disciplina que ya no pretendía representar a la mujer real. Ese naturalismo dio paso a la exageración y a una feminidad forzada pero refinada.
La segunda obra se denomina ‘Renjishi’. La compañía la estrenó por primera vez en 2007, aunque su primera representación se remonta a 1872. Su escenografía está basada en la recreación del monte de la deidad budista Manjushri. Esta escarpada montaña está atravesada por el puente Shakkyo de treinta metros de largo que marca la frontera entre el mundo de los humanos y el de los espíritus. Los shishi, animales imaginarios con figura de león, son los guardianes del lugar. Cruzar este puente significa llegar al paraíso de la divinidad. En la primera parte, los personajes caracterizados como actores de Kyougen aparecen con una marioneta de la cabeza de un león y nos cuentan la leyenda en la que un león arroja a sus hijos al fondo de un valle y anuncia que cuidará únicamente a aquél que consiga volver de allí. Los intérpretes expresan con sus gestos un amor severo pero profundo. En la parte final, padre e hijos convertidos en el espíritu del león, bailan una coreografía llena de fuerza en la que sus melenas ondean simultáneamente.