Sud Aca Opina

¿Razón o resultado?

Frente a cualquier iniciativa o emprendimiento, en definitiva, no importan las razones que se puedan esgrimir como para justificar el no haber llegado al resultado esperado, lo único que cuenta, sobre todo en nuestros días de exitismo descontrolado, es que no se logró. El no logro se transforma en sinónimo de fracaso, aunque no necesariamente sea así.

Por más razonamiento que se haga, solo los resultados serán evidencia irrefutable de mi actuar.

Quien pretenda tener siempre éxito o es iluso o no sabe dónde está parado o simplemente es un candidato seguro a una depresión producto de sus fracasos.

Por supuesto que, si alguien se embarca en un asunto, es porque siente que tiene al menos una mínima posibilidad de lograr el objetivo, de lo contrario sería prácticamente un suicidio.

Tampoco se trata de solo emprender en áreas donde se tenga pleno dominio, porque creo firmemente en que, si no hay desafío, la potencia del logro se ve disminuida.

La razón debería estar en el inicio de todo actuar, pensar en las posibilidades y si después de hecha una evaluación consciente, creemos poder lograrlo, la duda no debería existir. Y si en el otro extremo del pensamiento, creemos que nos es imposible, aun así, si en un principio lo pensamos seriamente, es porque la semilla ya estaba plantada y a pesar de lo que racionalmente creemos, la posibilidad, aunque mínima, siempre existirá. El problema o desafío, es que la energía a utilizar y los sacrificios serán de marca mayor.

Puede que estas palabras se lean como una extrema contradicción cuando trato de justificar lo injustificable; evaluar nuestras posibilidades de éxito antes de embarcarnos en una aventura incierta, y después de razonar más contras que pros, sin embargo, emprender, aunque creamos no poder hacerlo.

El mundo contemporáneo está lleno de frases de auto ayuda del estilo; «Si lo puedes soñar lo puedes hacer», «Porque no tenemos nada lo queremos todo», «1% de inspiración, 99% de transpiración»…, suma y sigue.

Si al menos lo pensamos, es porque la posibilidad existe.

Si no tenemos ni tendremos los recursos económicos necesarios, no podemos pretender adquirir un yate, pero si lo que nos gusta es la navegación a vela por el mar abierto y no la ostentación de unas velas blancas llegando al muelle, siempre podremos encontrar la alternativa de aprender lo necesario hasta llegar a ser considerados como alguien importante de una tripulación, incluso indispensable.

Pero quiero dejar en claro que el razonamiento puro no vale de nada si no es acompañado de valores sociales positivos y por supuesto, de la necesaria dosis de pasión.

Algunos personajes de la historia considerados exitosos en sus campos de acción, solo destacaron en la mínima parcela que los llevó a destacar, pero la invitación es a investigar un poco más sobre sus vidas. Todos, sin excepción tuvieron un obscuro lado b que les imposibilitó, a pesar de sus supuestas capacidades superiores, llegar a una plena felicidad.

¿Razón o resultado?

Siempre será el resultado, a pesar de nuestro vano razonamiento por justificar no haberlo logrado.


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