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La tesis doctoral y el comienzo de curso en huelga en la ESADG

Cuando escribo esto es viernes, 14 de septiembre de 2018. Los medios de comunicación y las fuerzas políticas, entre otros asuntos, destacan como problema nacional la tesis doctoral del presidente del gobierno, Pedro Sánchez (del PSOE). Primero pusieron en duda la existencia de la tesis doctoral y, ahora, una vez publicada, están sembrando desconfianza respecto a un posible plagio. En resumen, se trata de una lucha por descabezar al presidente, igual que había acontecido con el escándalo del Máster falso de aquella presidenta de la Comunidad de Madrid, Cristina Cifuentes (del PP).

El lunes 17 de septiembre de 2018 comienza el curso en la Escuela Superior de Arte Dramático de Galicia (ESADG), pero, por primera vez en la historia de la ESADG, y yo trabajo como profesor de Dramaturgia desde su fundación en septiembre de 2005, no vamos a comenzar el curso y vamos a hacer huelga, tanto el profesorado como el alumnado.

El curso pasado, 2017/18, perdimos 3 puestos de profesoras/es. Este curso 2018/19 perdemos otros 3 puestos de trabajo.

La razón es que aunque la ESADG expide un título equivalente al Título Universitario de Grado, se rige por la normativa de Secundaria y las autoridades educativas nos están aplicando ahora esa normativa al pie de la letra.

En los estudios superiores, igual que en la Universidad, las asignaturas se organizan por Créditos Académicos y dentro de éstos se contemplan las Tutorías Docentes, imprescindibles para el desarrollo óptimo de los ejercicios y trabajos prácticos propios de las artes escénicas. En el régimen de Secundaria no existen las Tutorías Docentes, entonces al aplicar esa norma sobran profesoras/es.

Pero no se trata de números. Entre los docentes que quedan sin trabajo en este curso voy a mencionar, a modo de ejemplo, un caso concreto: el profesor de escenografía, Eufrasio Lucena, que ha estado haciendo una labor importantísima en el Departamento de Movilidad Internacional y que ha conseguido conectar nuestra escuela con otras instituciones muy relevantes de enseñanzas artísticas a nivel europeo (Universidad de Graz, en Austria; Universidad de Exeter, en Inglaterra;  Akademia Sztuk Pięknych im. Władysława Strzemińskiego w Łodzi – Strzemiński Academy of Fine Arts Łódź, en Polonia; Stockholm University of the Arts UNIARTS – Stockholms Konstnärliga Högskola, en Suecia; etc.)

Eufrasio no solo estaba cumpliendo con creces su trabajo docente sino que, como jefe del Depto. de Movilidad Internacional, ha estado buscando convenios con otras escuelas y universidades del resto del mundo, recibiendo profesorado y alumnado de otros países y cuidando que su estancia en la ESADG y en Galicia fuese agradable y satisfactoria. Eufrasio es un andaluz que tiene el don de lenguas, habla gallego, polaco, inglés… y posee, además, una importante experiencia y contactos fuera y dentro de Galicia, porque, desde que yo le conozco, siempre se ha implicado activamente con la profesión teatral de aquí y de otras latitudes.

Al final, este ejemplo es para mostrar que, por encima de los recortes de puestos de trabajo de docentes en arte dramático, se pierden personas concretas que, como en el caso de Eufrasio, son un modelo de dedicación, vocación y buen hacer. Pero esto a la Administración, que permanece en sus despachos, no parece importarle.

Mientras en el Estado español hay una guerra cruzada entre la política y la prensa, por causa de los títulos de máster y doctorado de algunos cargos políticos, se va cerniendo, a nivel internacional, un cierto desprestigio sobre la universidad española. Hace unos días, Asunción Bernárdez Rodal, profesora de la Universidad Complutense de Madrid,  señalaba en su muro de Facebook:

“SOBRE TESIS Y DEMÁS DESASTRES

Es vergonzoso este espectáculo mediático entre los políticos y los periodistas que no se cortan un pelo en destruir nuestras instituciones si les viene bien para su campaña política. 

Me produce bochorno que no se esté hablando de los desastres en la Justicia, de la gestión económica, en la académica o en la sanitaria. ¿Qué pasa con la Ley Mordaza? ¿Qué pasa con la reforma laboral? Parece que esto ya no importa. 

Tengo estudiantes que se van de Erasmus y los profesores no los admiten en sus clases porque vienen de España y «tienen mala formación».

¡Señores, quédense para pelear en un ring cuerpo a cuerpo y cuiden nuestras instituciones y nuestra imagen en Europa y en el mundo! Las consecuencias las pagan nuestros hijos que son el futuro y que arrastrarán esta lastra de desgobierno.”

El sistema educativo es la columna vertebral del progreso de un país y aquí ha estado sometido al capricho y a los intereses partidistas más o menos encubiertos.

Un detalle importante que pone en evidencia el nivel del país en el que vivimos respecto a tomarse en serio la educación: las escuelas superiores de arte dramático, los conservatorios superiores de música y los de danza, funcionan con una titulaciones equivalentes, a todos los efectos, en territorio español, al Título Universitario de Grado, pero con unas condiciones organizativas y laborales que se rigen por la normativa de Educación Secundaria.

Aunque el nivel de exigencia sea equivalente al universitario, el alumnado y el profesorado de música y artes escénicas en España están dentro de un régimen que les impide desarrollar plenamente los objetivos y competencias que les son propios. ¡Ah! Y cuando salen de España, su Titulación Superior puede ser o no ser convalidada fuera, porque la equivalencia al Título Universitario de Grado, como ya he anotado, solo se da en territorio español según la ley vigente. Una chapuza en toda regla, avalada por la ley española desde hace muchos años y que perpetúa la discriminación y la marginación hacia las artes escénicas y musicales.

La normativa de Secundaria resulta, como es lógico, muy deficiente para que funcionen bien los estudios superiores equivalentes al Título Universitario de Grado. Esto es obvio y no me voy a extender en todas las desventajas y prejuicios que ocasiona. Pero a los gobernantes esto no les importa.

El teatro, la danza y la música, que son una parte muy substantiva de la cultura de un país, a los políticos que nos gobiernan desde el inicio de la democracia hasta hoy, no les importan, sino que incluso, parecen molestarles.

¿Quién quiere un país culto? Quizás, para los gobernantes, sea mejor un país inculto, pero productivo y consumista. Un país inculto más fácil de manipular y dirigir. No sé. Ojalá me equivoque, pero para muestra un botón: la chapuza legislativa en materia de enseñanza superior en arte dramático, música y danza en España. Esto no es más que el reflejo del aprecio y la rigurosidad de las autoridades educativas.

Mientras tanto, nosotras/os, en las aulas, intentamos hacer de la necesidad virtud y de las tripas corazón.

En la huelga de la ESADG, convocada por los sindicatos CCOO (Comisiones Obreras) y CIG (Confederación Intersindical Galega), haremos manifestaciones en Vigo y Pontevedra, delante de la Administración de Educación.

Allí estaremos con quien nos quiera acompañar, con pancartas y ánimos constructivos. No podemos permanecer calladas/os por más tiempo.

No pedimos más dinero ni trabajar menos horas.

Pedimos la equivalencia en las condiciones organizativas y laborales acordes con la titulación superior que se imparte en este centro. Así de sencillo.

Se pierden puestos de trabajo precisamente porque no se atiende a esa necesaria equivalencia.

La Consellería de Educación e Ordenación Universitaria de la Xunta de Galicia tiene competencias para resolver este grave desequilibrio, que va en detrimento de alumnado y profesorado. Una Escuela Superior de Arte Dramático que quiera cumplir con los objetivos que le son propios y aumentar en calidad no puede funcionar al pie de la letra como un Instituto de Secundaria. ¡Nuestro alumnado ya ha hecho el Bachillerato!

 

 


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