Críticas de espectáculos

Las peladas / David Roldán-Oru / Las Ansiadas Producciones

Liberar del horror

Algunos especialistas en la mente humana son partidarios de la regresión como método para sanar ciertos trastornos sicológicos que han llevado al individuo a un desequilibrio social y emocional. En otro orden de cosas, hay quienes piensan que el sacramento de la confesión se fundamenta, entre otras cuestiones, en recordar y verbalizar los pecados para conseguir el perdón. En ambos casos, actúan los mecanismos del recuerdo, de la memoria, con el fin de llegar a la liberación en el sentido ontológico del ser. No obstante, la memoria también conforma la identidad de la sociedad.

La memoria y la evocación de los recuerdos, tanto en sentido identitario como en el de mecanismo para la liberación, constituyen los dos ejes sobre los que gira la obra “Las Peladas”, un texto de David Roldán-Oru que se está representando en la sala Cuarta Pared hasta el sábado día 16 de este mes.

En una primera lectura posible de la pieza, se aprecia el punto final de un personaje definido por la vejez. Benito está acogido en una residencia de ancianos donde tiene cubiertas todas las atenciones básicas. Pero la etapa vital se le escapa y protagoniza constantes alucinaciones de un pasado marcado por el sufrimiento, el miedo y el dolor.

Hay quien dice que, en el tránsito de la vida terrenal a la otra dimensión, las personas recordamos toda nuestra existencia pasada como en una película que visionamos a gran velocidad. Aunque todavía no hay constancia de que esto suceda, éste puede ser el caso de Benito que funde la realidad con la evocación en un acto desesperado y sublime a la vez con el que alcanzará la liberación.

Sin embargo, “Las Peladas” permite una lectura política de sumo interés puesto que dibuja la identidad colectiva de unas gentes señaladas por su condición política, de compromiso y social.

La España legítima que surgió de las urnas con la República se vio truncada por un golpe de estado encabezado por un grupo de militares con el apoyo institucional de la Iglesia Católica y de la Guardia Civil de aquel entonces. Fueron años de destrucción de bienes, de personas y de identidades, seguidos con más de 40 años de represión para los vencidos: asesinatos, violaciones, hijos robados, ejecuciones sumarísimas, personas desaparecidas, miedo al delator, abuso de poder, deshonor e impunidad, cabezas rapadas, miedo, terror y horror…

Benito recuerda su historia de perdedor: ser rojo –afín a la República legal– tuvo consecuencias tremendas para su familia y para él. Benito metaforiza la memoria de un colectivo identitario y de unos sucesos que hoy todavía hay personas que se obcecan en ocultar o, cuando menos, minorar con frases como: “En los dos bandos se cometieron barbaridades”, dice el personaje de Sor Inés que subraya con el oxímoron “La razón está en la fe”.

En “Las Peladas” se plasma la memoria histórica de las dos Españas de Machado. Es la historia que, por más contada, nunca será suficiente su reconocimiento para, al menos, restituir la justicia de los olvidados. Y es que, no es cuestión de reabrir heridas como dicen quienes se empeñan en la negación de un pasado atroz, sino de liberar y restituir la voz de los silenciados por el pánico al horror.

Como espectáculo, “Las Peladas” muestra un tipo de teatro común en el buen sentido; con escasos elementos escénicos –no precisa más– se dibujan dos espacios donde transcurren tanto las acciones reales como las evocaciones. Quizá la escena de la ducha se podría resolver de otra forma menos explícita y más poética con las siluetas –no transparencias– o con el diálogo en off.

El montaje juega con los tiempos –pasado y presente– y con los personajes a modo de narración fílmica, si bien conserva un desarrollo lineal. Las dos actrices doblan personaje sin obstáculos ni soluciones destacables. Alfonso Rodríguez en el papel de Benito se crece a lo largo de la función: desde los tópicos tics de la vejez hasta alcanzar el clímax con el delirio donde se confunde con el recuerdo adoptando la personalidad de su mujer.

La compañía Las Ansiadas Producciones consigue un trabajo más que digno y, ante todo, valiente por tratar un tema manido sin caer en maniqueísmos ni en la vulgaridad. Sin duda, “Las Peladas” es un gran homenaje a la memoria de una generación de personas silenciadas pero que aún tienen muchas cosas qué contar.

Manuel Sesma Sanz

Espectáculo: Las Peladas. Autor: David Roldán-Oru. Reparto:  Sofía Cano, Laura Garmo y Alfonso Rodríguez. Iluminación: Ángel Hidalgo. Músicas y espacio sonoro: Mariano Marín y David Roldán-Oru. Dirección: David Roldán-Oru. Compañía: Las Ansiadas Producciones. Sala Cuarta Pared, 9 de marzo hasta el 16.


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