El Teatro Fernán Gómez estrena ‘Monsieur Goya, una indagación’ de José Sanchis Sinisterra
El Teatro Fernán Gómez de Madrid arranca su nueva temporada con una producción propia, ‘Monsieur Goya, una indagación’, obra de José Sanchis Sinisterra que se podrá ver del 19 de septiembre al 10 de noviembre.
El Fernán Gómez quiere rendir un homenaje al pintor Francisco José de Goya y Lucientes, en este año en el que se cumplen 200 años desde que empezara a pintar las denominadas pinturas negras en la Quinta del Sordo. Por este motivo, tanto la Sala de Exposiciones con la muestra de arte contemporáneo ‘El sueño de la razón’, como la Sala Guirau, con una producción teatral propia, tendrán a este pintor como el eje sobre el que gira su programación.
‘Monsieur Goya, una indagación’ es una obra escrita por Sanchis Sinisterra, dirigida por Laura Ortega, con Suso Saiz en la música y el espacio sonoro, y con Daniel Canogar en su primera videoescena realizada para un teatro. El elenco está compuesto por Alfonso Delgado, Inma Cuevas, Alfonso Torregrosa, María Mota, Andrea Trepat, Fernando Sainz de la Maza y Font García.
Sobre la obra
En 1824, Goya abandona Madrid por Burdeos –donde ya vive expatriado su amigo, Leandro Fernández de Moratín– en compañía de su segunda familia. Leocadia Zorrilla, su segunda mujer, y sus dos hijos, Rosario y Guillermo Weiss, guardan el enigma de los últimos años del pintor, en los que jamás dejó de aprender. Hoy mismo, escondido en algún lugar del teatro, un autor en apuros intenta reconstruir la historia de estos personajes. A ellos les corresponde el papel de explicarse, mientras Goya pinta o sale a pasear, acercando al público a los pequeños y grandes acontecimientos de los que fueron protagonistas. Entre brumas, veremos desfilar por la escena los restos de un naufragio: el enfebrecido ambiente de guerra y conspiraciones del Trienio Liberal, la lucha entre liberales y absolutistas, el cuadro de La lechera de Burdeos…
En ‘Monsieur Goya, una indagación’, José Sanchis Sinisterra reflexiona sobre la incertidumbre creativa y la condición del exilio en la modernidad. Esta iluminadora propuesta escénica parte de una pregunta sobre cómo poner en imágenes la propia historia, y nos invita a entender la figura del artista como testigo fantasma de nuestro presente. Con una estética y un lenguaje contemporáneos, la obra hace del teatro dentro del teatro una sensacional máquina óptica, gracias a la cual nos adentramos en un mundo de ilustrados, mujeres libertarias, románticos, pintoras y niños soldado que habitan, como nosotros, entre humo de pólvora y sombras de fantasmagoría.
En palabras de la directora del montaje, Laura Ortega: «Las Pinturas negras son un misterio inagotable para el espectador moderno. Y muchas las incógnitas que plantean, transcurridos dos siglos desde que Goya comenzase a pintarlas en la Quinta del Sordo. Las conjeturas sobre la relación entre la biografía del artista y las figuras de estos murales han ido multiplicándose, pero nuestra mirada tropieza, una y otra vez, con más preguntas que respuestas. ¿Qué quiso pintar Goya? Toda aproximación es forzosamente un intento, siempre ilusorio, de recrear sus intenciones. Bien entendida la cuestión, el pintor aragonés tiene en común con nosotros lo mismo que nosotros con la moderna figura del autor y sus personajes: envueltos en los dilemas de la acción y la representación, nos debemos, como ellos, a un destino en el que a menudo nos extrañamos, acaso para ganar algo de lucidez».