El Chivato

El sector de las Artes Escénicas y la Música reclama 52 medidas extraordinarias para afrontar la crisis

Numerosas asociaciones del sector de las Artes Escénicas y la Música del Estado español presentan un documento en el que reclaman 52 medidas extraordinarias para afrontar las consecuencias de la crisis sanitaria provocada por el Covid-19 en el mencionado sector.

 

IMPACTO DE LA CRISIS PROVOCADA POR EL COVID‐19 EN LAS ARTES ESCÉNICAS Y LA MÚSICA: CONTEXTO Y ANÁLISIS DE LA SITUACIÓN

Las asociaciones abajo firmantes representamos la práctica totalidad de los profesionales, creadores, empresas productoras, espacios de exhibición; lo público y lo privado de las Artes Escénicas y la Música de nuestro Estado.

Nuestro trabajo se desarrolla alrededor de las disciplinas artísticas del teatro, la danza, el circo y la música clásica y popular. En definitiva, toda la expresión de la cultura en vivo.

Las empresas, asociaciones, circuitos y profesionales que representamos se ocupan de esas disciplinas artísticas en toda su cadena de valor y desarrollan su actividad en todos los tipos y tamaños de espacios de exhibición existentes en nuestro Estado.

Nuestra representatividad se extiende a todo el territorio nacional y según los datos estadísticos oficiales, llevamos a cabo más de 155.000 actuaciones que disfrutan casi 45 millones de espectadores cuya realización supone la movilización de prácticamente 1000 millones de euros.

En definitiva, representamos a más de 300.000 profesionales de la creación, de la producción, de la distribución, de la interpretación, de la programación y asistencia técnica de las Artes Escénicas y la Música en España.

Por primera vez desde la restauración de la democracia nos dirigimos conjuntamente y con una sola voz a todos los representantes políticos de nuestra sociedad, a todas las instancias administrativas y a los órganos de representación de la soberanía de este estado, con el fin de demandar su socorro ante las consecuencias devastadoras que para el sector va a suponer el impacto del Covid‐19.

Somos conscientes de las repercusiones económicas de la emergencia sanitaria que estamos viviendo. Sabemos que van a ser graves y muy duras para toda la sociedad.

Somos sensibles a las dificultades del sector empresarial para mantener la estructura productiva, nos consta que muchas personas deberán enfrentarse al paro, que las dificultades financieras se multiplicarán para buena parte de la ciudadanía. En definitiva, de la angustia que todo ello va a producir durante algún tiempo a nuestros compatriotas. Sin embargo, permítasenos llamar la atención sobre el hecho de que todo eso, pero multiplicado, lo va a sufrir el sector de las Artes Escénicas y la Música.

Lo que afirmamos no es una llamada de atención gratuita. Obedece a la experiencia que el sector ha vivido en otros momentos difíciles para nuestra sociedad y surge del convencimiento de que en nuestro Estado se carece del conocimiento necesario sobre la singularidad de nuestro sector y su extrema debilidad para soportar nuevos embates económicos.

A lo largo de estas semanas, se ha demostrado una vez más que los trabajadores y las empresas de la cultura somos fundamentales para el sostenimiento de nuestra convivencia y valores. En particular hemos asistido a la manera generosa con que los profesionales de nuestro sector se han volcado en cientos de iniciativas para ayudar a sobrellevar de la mejor manera posible el confinamiento; algo que se nos ha agradecido porque la ciudadanía ha recurrido a la cultura como a un bien de primera necesidad.

Es por ello que la actual situación de crisis ha puesto de relieve nuevamente la necesidad de que el estado y sus diferentes niveles administrativos consideren a la cultura en general, y a las Artes Escénicas y la Música en concreto, como un sector estratégico.

Las Artes Escénicas y la Música propician la difusión entre la ciudadanía de valores ligados a la cohesión social, a la comprensión del momento histórico que atraviesan sus gentes, sus anhelos, necesidades y contradicciones. Como una parte más de la cultura es un instrumento básico para el desarrollo social y la transmisión de los valores democráticos. Puede que no sea el sector productivo y económico más grande del estado, pero aparte de que también genera riqueza y trabajo, tal y como ocurre también con la educación o la sanidad, es un servicio público indispensable para una sociedad equilibrada y plenamente desarrollada porque “no sólo de pan vive el hombre”.

De hecho, en los países más desarrollados de Europa es así como se entiende nuestro papel en sus sociedades y, coherentemente con ello, por boca de sus primeros mandatarios hemos sabido que han diseñado medidas específicas para la recuperación del sector de las Artes Escénicas y la Música de cara a la futura superación de la emergencia sanitaria. Desgraciadamente tenemos dudas de que en España se siga ese mismo camino por tres razones básicas:

1.-­ Servimos a la ciudadanía en su tiempo de ocio y por ello a menudo se confunde nuestra actividad con algo que viene después de lo importante. En consecuencia, las medidas prácticas dirigidas a la protección y al desarrollo de nuestra actividad suelen situarse en un segundo o tercer lugar.

2.-­ Frecuentemente  existe  un  desconocimiento  de  la  naturaleza  compleja  y  singular  de nuestro  sector.  Así,  por  ejemplo,  se  suele  olvidar  que  su  producción  no  se  regula directamente  por  el  mercado  o  que  una  buena  parte  de  su  estructura  empresarial  y productiva  tiene  un  carácter  artesanal  determinada  por  una  estacionalidad  peculiar,  así como que la mayoría de la contratación laboral que genera está sometida a la intermitencia.

Quizás por todo lo anterior, aunque se han presentado medidas económicas audaces y extraordinarias para paliar los estragos de esta emergencia sanitaria en muchos ámbitos, debemos señalar que respecto a nuestro sector no han sido suficientemente específicas, por lo que no van a dar respuesta adecuada a los daños que la actual crisis está provocando en las Artes Escénicas y la Música.

3.-­ Debemos añadir el hecho de que el reparto competencial en relación con la cultura puede diluir las responsabilidades sobre nuestra situación en todos los niveles administrativos.

La adopción de cualquier clase de medidas en nuestro ámbito debe respetar la especial configuración de nuestro estado. Aunque sean las administraciones central y autonómica los interlocutores más fáciles para hacer llegar las medidas necesarias para este sector, es la administración local donde reside el principal gasto cultural del estado.

Llegar a esta administración, fragmentada en más de 8.000 entidades, constituye todo un reto, máxime cuando la Constitución, y reiteradas sentencias de los más altos tribunales del estado, recuerda que el principio de la autonomía local es sagrado.

Respetando los principios marco establecidos por las administraciones central y autonómica los ayuntamientos, diputaciones, consejos, cabildos e islas tienen plena capacidad de decisión en la gestión de sus competencias. Solo la fijación legal de la cultura como un derecho ciudadano y como servicio público esencial y estratégico, justificaría la intervención de la administración central o de las comunidades autónomas. Mientras tanto solo queda el camino de la recomendación o de los incentivos con los fondos que manejen estas administraciones supraprovinciales.

Sin embargo, la situación actual exige en nuestro ámbito más que nunca una acción conjunta de todas las administraciones. Podríamos decir que es imperativo que los principios de coordinación, cooperación y colaboración interadministrativa sean una realidad para afrontar con solvencia esta crisis en relación con las Artes Escénicas y la Música ¿Será ello posible?

Pensamos que más allá de las recomendaciones, si las administraciones supramunicipales utilizaran los mecanismos de los incentivos y la creación de programas de coordinación, todo sería más fácil. Más aún si las normas, que han de ser un instrumento para la convivencia y la prosperidad social, no se convierten en un obstáculo para poner en marcha las medidas que nos permitan reaccionar con contundencia ante esta situación excepcional.

Tenemos el convencimiento de que la inacción, las tibiezas o la lentitud en la respuesta a las apremiantes necesidades de todo el tejido empresarial y profesional de las Artes Escénicas y la Música pueden deteriorarlo hasta destruirlo en una buena parte; algo que representaría un empobrecimiento lamentable de la riqueza tangible e intangible de nuestra sociedad.

¿Por qué demandamos medidas específicas?

En los países más desarrollados de Europa y especialmente en los que son el ejemplo a seguir en cuanto al desarrollo de su sector de Artes Escénicas y la Música, saben bien que nada en la cadena de valor de ese ámbito se mueve en los parámetros habituales del mercado y es por ello que establecen marcos normativos adecuados a esa idiosincrasia o, como en este caso, medidas específicas para salvaguardarlo. Desgraciadamente en España tanto unas como otras no se han desarrollado convenientemente. Antes al contrario en algunos terrenos opinamos que hemos retrocedido respecto a los primeros años del actual estado democrático.

En España, como en el resto del mundo desarrollado, la producción en las Artes Escénicas y la Música está muy intervenida por los recursos públicos puestos en juego porque sería imposible contar con un sector robusto si esto no fuera así dado que la oferta y la demanda no se ajustan automáticamente. Sin la intervención pública la diversidad, cantidad y calidad de la producción artística y su disfrute generalizado sería imposibles.

Además, una buena parte de la producción se sitúa en manos de pequeñas empresas, colectivos, o autónomos para los que el margen de beneficio es un desiderátum inalcanzable. Por añadidura los recursos financieros del conjunto del sector son muy pequeños.

El trabajo asalariado de creadores, intérpretes y técnicos está sometido con mucha frecuencia a la intermitencia y su encaje en el sistema de protección social, tal y como se demostró en el proceso de aprobación del Estatuto del Artista, no es el adecuado; algo que resulta especialmente evidente en estos momentos.

Todo el sector, además, aún no se había recuperado económicamente del impacto de la crisis de 2008 y debe hacer frente a la suspensión en el periodo marzo-­‐mayo 2020 de unas 30.000 funciones y a unas pérdidas superiores a los 130 millones de euros.

La contratación pública es determinante en una buena parte de la economía de las Artes Escénicas y la Música y ésta, como ya se ha apuntado, no siempre ha entendido la importancia estratégica de este sector. Así, por ejemplo, una simple reducción de un 10% de la contratación pública, expulsará del sistema a miles de trabajadores de la cultura y provocará muy probablemente la extinción de cientos de proyectos creativos.

El sector, en su mayor parte, carece de capacidad de resistencia financiera. Las compañías, los creadores, etc. viven sobre todo de los “bolos”. Si éstos se reducen, la ya precaria economía del medio devendrá imposible.

Por ahora se carece de un compromiso solemne y general de las administraciones de nuestro Estado que asegure la disposición de los actuales recursos de contratación artística como garantía para la supervivencia del sector. Nos tememos mucho que las necesidades contingentes que esta crisis va a acarrear, una vez más, tal y como hemos indicado anteriormente, podrían situarnos entre las últimas necesidades a atender.

No sabemos cuándo acabará esta crisis, hemos hecho cálculos aproximados de las pérdidas hasta mayo, pero nos consta que la vuelta a la normalidad no será automática y muy posiblemente, la actividad de nuestro sector, en la medida en que exige para su desarrollo la reunión de un público, no será de las primeras en recuperar la normalidad. Además, la puesta en marcha de la actividad estará muy mediatizada por la actitud del público, por la disposición de fechas para acomodar la actividad suspendida, los procesos de comunicación y comercialización de la actividad, etc.; dificultades enormes que retrasarán aún más las posibilidades de recuperar la normalidad y en muchos casos la incapacidad de que puedan llevarse a cabo muchas actividades previstas para los próximos meses tales como festivales, ferias, estrenos de nuevas producciones, etc.

En algunos casos, esta situación devendrá definitiva para la actividad de muchas compañías y profesionales que, precisamente en estos meses es cuando llevan a cabo la mayor parte de su trabajo y facturación. Así por ejemplo muchos espectáculos en vivo desarrollados en las calles de nuestro Estado.

Podemos añadir que aquellos ámbitos de las Artes Escénicas y la Música en los que el mecenazgo tiene cierta relevancia, dada la suspensión de la actividad, las propias dificultades de los mecenas provocadas por la crisis y la carencia de un marco legal adecuado, van a ver drásticamente reducida la llegada de recursos por esa vía.

En consecuencia, todo apunta a que las pérdidas serán mayúsculas para las empresas y profesionales de las Artes Escénicas y la Música.

Ese es el panorama al que debemos enfrentarnos y para el que hemos llevado a cabo un esfuerzo de reflexión conjunta que hemos sintetizado en las 52 medidas de choque para salvaguardar del marasmo al sector de las Artes Escénicas y la Música en España.

Las diferentes Asociaciones y Federaciones que suscribimos estas propuestas, hemos adelantado diversos diagnósticos y propuestas de acción adecuadas en cada caso para distintos subsectores de las Artes Escénicas y la Música. Todas ellas son instrumentos útiles, pero coincidimos todos en la necesidad de señalar lo urgente, lo necesario y lo conveniente para el conjunto del sector en este documento. Tiene, por tanto, una naturaleza estratégica porque si se responde adecuadamente a lo que en él se demanda, se estará beneficiando al conjunto del sector.

Entendemos la complejidad del momento y que nuestras peticiones se unen a otras muchas. Comprendemos las dificultades legales que pueden apuntarse para la puesta en práctica de lo que solicitamos. Estamos abiertos a matizar ajustar y explicar todo lo que se solicita, pero con toda humildad anunciamos que si nuestro Estado no asume lo que aquí se propone; si no se trabaja para su consecución de manera coordinada y decidida por parte de todos los niveles administrativos, la subsistencia de un sector de Artes Escénicas y de la Música mínimamente homologable a los estándares europeos en España estará en peligro.

Asociaciones componentes de la Mesa de Artes Escénicas y la Música Covid‐19

AAT: Asociación de Autores y Autoras Teatrales

ADE: Asociación de Directores de Escena de España

ADGAE: Asociación de Empresas de Distribución y Gestión de Artes Escénicas

AECC: Asociación de Empresas de Circo de Creación

AEOS: Asociación Española de Orquestas Sinfónicas

AMPOS: Asociación de Músicos Profesionales de Orquestas Sinfónicas

APDCM: Asociación de Profesionales de la Danza de la Comunidad de Madrid

APM: Asociación de Promotores Musicales

ARTE: Asociación de técnicos del Espectáculo

ASOCIACIÓN DE FESTIVALES FLAMENCOS

ASSITEJ: Asociación de Teatro para la Infancia y la Juventud

CIRCORED: Federación Estatal de Asociaciones de Profesionales del Circo

COFAE: Coordinadora de Ferias de Artes Escénicas del Estado Español

CONARTE: Confederación de Artistas Trabajadores del Espectáculo

ES-­MÚSICA: Federación de la Música de España

FAETEDA: Federación Estatal de Asociaciones de Empresas de Teatro y Danza

FEAGC: Federación Estatal de Asociaciones de Gestores Culturales

FECED: Federación Estatal de Compañías y Empresas de Danza

FEMA: Federación de Músicos Asociados

FEST‐CLÁSICA: Asociación Española de Festivales de Música Clásica

FMA: Asociación de Festivales de Música

GEMA: Asociación Española de Grupos de Música Antigua

LA RED: Red Española de Teatros, Auditorios, Circuitos y Festivales de Titularidad Pública

ÓPERA XXI: Asociación de Teatros, Festivales y Temporadas de Ópera

PATEA: Asociación de Profesionales de Artes de Calle

PLATAFORMA ESTATAL POR LA MÚSICA PLATAFORMA JAZZ ESPAÑA

PROMUSICAE: Productores de Música de España

RED DE TEATROS ALTERNATIVOS

TE-­VEO: Asociación Te-­Veo de Teatro para Niños y Jóvenes

UNIMA Federación España: Unión Internacional de la Marioneta

UNIÓN DE ACTORES Y ACTRICES

Medidas


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