Depredador
Con todos nosotros recluidos a las paredes de nuestros hogares para evitar contagiarnos de la Covid-19, el mayor depredador de todos está ausente y la naturaleza está retornando a sus dominios, con animales volviendo a los lugares de los cuales alguna vez fueron desplazados por el invasor humano.
Yo vivo en la periferia de mi ciudad, a los pies de unos cerros y a los típicos conejos que solo se atrevían a salir de noche y ahora también lo hacen de día, se han sumado zorros e incluso cóndores. Por las calles de ciudades antes histéricas de tanta humanidad, también se han visto pumas y lobos de mar en Chile, jabalíes en Francia, cabras en el Reino Unido, Canguros en Australia, Ciervos en Japón… en una de las ciudades más visitadas por turistas como es Venecia, se han visto patos nadando apaciblemente por los canales cristalinos como hacía mucho tiempo no se veían. Ni los patos, ni las aguas cristalinas.
Cuando esta crisis sanitaria pase, porque de seguro pasará, ¿será posible una armónica convivencia entre el ser humano y su medio?
La evidencia, al menos hasta el momento, indica otra cosa. A pesar de estar en plena conciencia del efecto de sus actos, el ser humano está destruyendo su entorno en una actitud suicida desquiciada. Gases de efecto invernadero, calentamiento global, contaminación, especies extintas y muchas más en futura extinción, incendios intencionales en la Amazonia, explotación del hombre por el hombre…
¿Será que nos hace falta un Pepe Grillo más enérgico para entrar en razón?
Solo cuando nos vemos obligados a comer mierda, nos damos cuenta de lo delicioso de un simple plato de comida caliente.
Tengo esperanzas, aunque no demasiadas, de que la emergencia sanitaria por la cual estamos pasando, nos haga re plantearnos nuestra actitud ante la vida.
La gripe española de 1918, dejó un saldo de 500 millones de muertos, un tercio de la población de la época.
¿Y no hemos aprendido nada como humanidad?
Está claro que tenemos problemas de memoria. Somos corto placitas e incapaces de proyectarnos hacia el futuro a partir de una situación presente.
Las medidas de auto cuidado para tener una mente sana en un cuerpo sano, la caridad para con el necesitado sin esperar nada a cambio, el potenciar las relaciones familiares con una comunicación más fluida, el solo conversar para compartir y no para imponer, son comportamientos que esta pandemia de la Covid-19 ha tenido como efecto colateral, pero lamentablemente, la experiencia así lo confirma, este cambio que debería mantenerse a futuro, solo durará un tiempo, porque el ser humano ante todo, es ser humano, con sus virtudes y defectos.
Somos el mayor depredador de todos y a pesar que de vez en cuando podamos ver por las redes sociales a un gato durmiendo plácidamente en el regazo de un perro, la excepción no confirma la regla. Los gatos siempre serán perseguidos por los perros y no precisamente para hacerles cariños.
Es un hecho, somos el mayor depredador de todos, está en nuestra naturaleza.
Sálvese quien pueda.