Sud Aca Opina

Se acabaron los cuentos de hadas

No, no me pegué un martillazo en el pulgar, pero que más se puede decir frente a la situación a la cual, muchos como yo, nos vemos enfrentados en estos días caóticos de estallido social agravado por la pandemia.

 

Se nos acabaron los cuentos de hadas; La Bella Durmiente despertó con una halitosis insoportable, Caperucita Roja se comió al lobo, Blanca Nieves no era tan blanca y los 7 enanos están en huelga a pesar de que Pinocho nos sigue mintiendo.

Fuimos tan bien seducidos por las historias de exitismo que nos contaron durante tanto tiempo, que no fuimos capaces de ver la realidad.

El oasis de estabilidad fue azotado por un nuevo terremoto, los jaguares sudamericanos se sinceraron como gatos.

Este país depredado por la inversión extranjera dada la poca carga impositiva para con ellos, por supuesto atrajo capitales, capitales que se multiplicaron de manera escalofriante, aunque no para todos.

Somos un pequeño país del fin del mundo, pero tenemos millonarios en la lista de las mayores fortunas mundiales.

¿Alguien me lo puede explicar?

En la cúspide de la pirámide existen unas pocas familias sostenidas en su sitial de privilegios grotescos, por una inmensa base de casi personas teniendo una casi vida en sus casi casas.

Desde siempre hemos sido una puta que entrega sus favores por migajas, ni siquiera hemos sido lo suficientemente astutos como para ser escorts de alto nivel.

Exportamos productos que recogemos de la madre naturaleza e importamos artículos de consumo capaces de consumirnos.

Somos el mayor país productor de cobre. Invito a quien lo desee a investigar cuantos impuestos pagan las mineras, nada en proporción a sus ganancias multi millonarias. Hace más de 40 años, un presidente tuvo la mala idea, para el capitalismo despiadado, de nacionalizar la producción de cobre que en esa época era principalmente explotado por los Estados Unidos de Norteamérica, el gentil auspiciador del golpe de estado de 1973. Hoy en día, menos del 40% de la producción pertenece al estado chileno, el resto, a honorables capitales extranjeros.

Si tan solo los políticos comisionistas de propinas enormes para ellos y miseria para el mal llamado pueblo, legislaran con una justa conciencia de nación y bien común, todo sería muy diferente.

En estos tiempos de pandemia, la clase gobernante, que en realidad son algunas familias y no los políticos comisionistas, solo ha evidenciado su descriterio para con aquellos que no consideran sus semejantes.

Como un jubilado sentado en la plaza de la ciudad, alimentando palomas con migajas de pan duro, la elite económica de mi país, está entregando “ayuditas” a los más necesitados, sentados en el país. Pan para hoy, hambre para mañana. Necesitamos salir de esta situación caótica en la cual estamos, con leyes que nivelen la cancha para que todos podamos jugar a la altura de nuestras capacidades y no de nuestro apellido u origen.

Lamentablemente, dada la evidencia que estamos viviendo, creo que la vacuna para el Covid-19, va a llegar muchísimo antes que la vacuna contra la desigualdad social presente en mi querido país, Chile.

¡Puta madre!


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